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FAUSTO KUBLI-GARCÍA

FAUSTO KUBLI-GARCÍA @FAUSTOKUBLI

Fausto Kubli-García Doctor en Derecho Profesor de Carrera de la Facultad de Derecho de la UNAM Autor de Instituciones de Rendición de Cuentas en Estados Unidos de América, (Ed. Tirant lo Blanch, 2020)

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Pandemia, comercio internacional y dictadura sanitaria

Para todo el orbe es un momento inédito, una pandemia que cruza fronteras y que frunce a las potencias mundiales más desarrolladas del planeta. Se trata también de un momento paradójico en el que el cúmulo y la rapidez de la información se combina con un alto grado de desinformación. También el momento es un ejemplo de cómo caudales de capitales pueden corroerse en días, en horas. Otro rasgo es la dualidad fragilidadfortaleza de las respuestas: desorden, caos, investigación científica y reacciones oportunas coexisten en el momento. Para algunos grupos en el poder, la pandemia es una oportunidad para reforzar sus estructuras, por encima de los derechos fundamentales, enarbolando la bandera de la salud pública.

El concepto de Globalización se ha entendido como una idea a la que corresponde la alta comunicación mundial; se trata de un proceso que se ha ido incentivado con las políticas liberales de los estados, sin embargo, no solamente es económica, sino también es cultural, social y ahora sanitaria. Estos meses serán recordados aún cuando no exista nadie de esta época que se encuentre vivo. Será la pandemia del 2020 que afectó al mundo entero, vaya que sí hay globalización. Este virus es altamente contagioso y ha afectado en donde más comunicación hay. Las urbes y centros mas cosmopolitas tienen mayores niveles de transmisión, derivado del alto flujo de personas.

1 ARÉCHIGA CORDOBA, ERNESTO Educación, propaganda o “dictadura sanitaria”. Estrategias discursivas de higiene y salubridad públicas en el México posrevolucionario, 1917-1945. Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México [en linea]. 2007, (33), 57-88[fecha de Consulta 26 de Marzo de 2020]. ISSN: 0185-2620. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=94120261003

No es casualidad que el mundo industrializado esté en la primicia de la pandemia, los brotes surgen a mayor intensidad en las grandes concentraciones comerciales y sus periferias, es decir, a mayor comercio, mayor contagio. Con la zona cero ubicada en China, fluyendo por el territorio hasta otro nodo comunicativo, Europa. El mapa que monitorea el correr del coronavirus, si se mira con detenimiento, emula la añeja Ruta de la Seda, camino comercial Sino-Europeo que atraviesa todo el continente asiático. Resalta en este camino la aparición de brotes en Irán, la respuesta es el enorme comercio que se tiene con China, el cual está basado en manufacturas, petróleo y armas.

Estados Unidos es otro ejemplo de lo anterior, es el centro más importante de comercio mundial y existe con ello un enorme flujo de personas. Corrobora lo anterior la concentración de contagios en California y Nueva York, ambos estados son altamente productivos en bienes y servicios, están hipercomunicados con el resto del mundo. Le siguen en magnitud el Estado de Washington, las ciudades de Chicago, Detroit y Nuevo Orleans, así como Florida.

Es importante señalar que este escenario ha dejado correr la imaginación de propios y extraños. En México, nos hemos encontrado con muchas sorpresas. Las noticias falsas, algunas divulgadas por ignorancia, otras con la mala fe y otro conjunto por ambas causas, han logrado distraer la atención a cuestiones esenciales. Lo que se sabe es que el coronavirus surgió por una conexión zoonótica de especies silvestres, está presente en murciélagos, serpientes y se ha incluido al pangolín, una especie de armadillo que también se consume. Está altamente documentado que de la recombinación de estos coronavirus se originó esta cepa humana (SARS-CoV-2).

Al respecto, están desde las hordas que niegan la existencia de la enfermedad (COVID-19), que dicen que todo es una invención del capitalismo con la intención de demacrar al comercio. Otros despistados han dicho y asegurado que se trata de una guerra comercial entre Estados Unidos y China, que el virus se hizo en un laboratorio. Si al menos estas desventuradas y desorbitadas aseveraciones se quedaran en las redes sociales, en los blogs de los Illuminati y los alienígenas ancestrales, no habría tanto problema. Lo lamentable de estas declaraciones es que han sido hechas a través de canales tradicionales, en medios de comunicación constituidos legalmente, o bien, son hechas por personajes que tienen determinada influencia en sectores de la sociedad. Es importante señalar que esto es consecuente con una sociedad que está muy alejada de una estructura fundamental, vertiente del derecho a la educación, que constituye la divulgación científica.

Por otro lado, vale la pena traer a la memoria que a principios del siglo XX, en la elaboración de la Constitución de 1917, el diputado por Nuevo León, José María Rodríguez, acuñó la doctrina de la Dictadura Sanitaria, en referencia a la política sanitaria, que debiera ser altamente rígida para lograr su objetivo principal: la salud pública (Salus Populi, Suprema Lex). 1 Incluso se llegó a decir que el Estado “intervenga, aún despóticamente, sobre la higiene del individuo, particular y colectivamente.” Esta apreciación es absolutamente errónea, existen disposiciones que dan salida jurídica aún en las emergencias. Constitución y leyes tienen herramientas suficientes para enfrentar la excepción, sin que se expongan derechos fundamentales.

A pesar de que la Organización Mundial de la Salud ha elogiado la respuesta que ha dado el Estado mexicano a la pandemia, han sobresalido muchos vicios, uno de ellos, la baja aplicación de las disposiciones constitucionales, en especial, las relacionadas con el Consejo General de Salubridad. Asimismo, cada entidad pública ha tomado decisiones por su cuenta; en las entidades federativas y municipios han llegado a extremos totalitarios como toques de queda, bloqueos de libre tránsito, todo por supuesto, al margen del orden jurídico nacional.

Algunas de las lecciones que puede aprovechar México de esta pandemia están íntimamente ligadas con la prevención. La COVID-19 es más agresiva cuando se encuentra comprometido con otra enfermedad el sistema inmune. Diabetes, hipertensión, padecimientos cardiovasculares, obesidad, todas ellas son producidas por la mala alimentación, el sedentarismo, el hábito de fumar. El Estado mexicano debe ser más enérgico en sus campañas para que el público en general tome conciencia de que los malos hábitos exponen a la salud y que pueden evitarse.

Otra de las lecciones que puede abrir una buena oportunidad para México se refiere a incentivar una atmósfera digital en la que se desplegarían una gran cantidad de soluciones. El futuro está en las redes que pueden llevar a cabo comunicaciones de gran volumen y a gran velocidad, China ha dado un buen ejemplo al respecto, utilizando drones, termómetros digitales, supercómputo, inteligencia artificial.

Si bien la pandemia ha afectado fuertemente a todas las economías del mundo no ha llegado al grado de causar desabasto alimentario. Lo que si se ha evidenciado es la enorme desprotección social en la que se encuentra la mayoría de la población aún en las economías fortalecidas. Los hospitales abarrotados por el 20% de personas contagiadas están sobrepasados y ha sido este volumen el que ha incrementado las tasas de mortandad, asociada a factores como la falta de prevención, coordinación y respuesta oportuna.