Rev economiacampesina ed02jul 2016 m

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ANUC Caribe se consolidaba como el epicentro del juego sucio de las autoridades republicanas con influencia en esa parte de la geografía nacional; donde, las manufacturas europeas con participación importante en telas, sal y papel, caracterizaron a una clase social tramposa con influencia en la burocracia republicana para acomodar amigos de sus intereses en los cargos públicos que favorecieran el ingreso sin requisitos de mercancía que les favoreciera sus arcas financieras y de poder regional. De esta manera, en las regiones con acceso a plataforma marítima y regiones fronterizas comunicadas fluvialmente o terrestremente entran a posesionarse en el siglo XIX construyéndose poderes regionales que se abren paso bajo la figura del contrabando y abriéndose paso a todo costa en debilitamiento de la participación de Jamaica, enclave europeo de estas prácticas perversas y violatorias de respeto comercial, consolidando de esta forma a Panamá, como enlace entre Europa y Estados Unidos. Así, el contrabando se enclava desde los primeros años de vida republicana manejado por grandes señores de la época y criollos, que mantuvieron este modus operandi, medio siglo después, con enclaves de poder bien consolidados y estructurados, que a la luz del siglo XXI se vivencian mucho más sofisticados y con mejores organizaciones socio-empresariales y mejores músculos financieros y apadrinados en el poder estatal. Las cifras que se manejan de más de US $6.500 millones de dólares anuales, por operación de contrabando en sus diferentes tipologías descritas por las autoridades aduaneras y de comercio exterior, no son nada despreciables. Hablamos de más de 3% del PIB Nacional, que supera nuestro presupuesto en las negociaciones campesinas para alentar el paladar de una burocracia estatal que no se compromete de verdad a luchar contra un cáncer que nos está matando lentamente a todos; de una muerte anunciada. Para el sector agropecuario las estadísticas en materia de aprehensión en los últimos años no nos favorecen mucho. Gremios del sector y agremiaciones de indígenas y campesinos, desde la apertura económica año 1991 gobierno del Presidente Gaviria, denunciamos y alertamos al país de un daño inminente en la estructura productiva del

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sector primario por causa de la liberación de mercados y el contrabando y, nadie nos ha parado bolas. El contrabando, nos perjudica y nos mata a todos. Podríamos decir que es un estilo como la calle del Bronx, con sayayines, que de movimiento en movimiento y con cargamentos de productos del sector agropecuario como: arroz, plátano, pescado, huevos, porcinos, bovinos, tomate, papa, cebolla junca, cebolla cabezona, banano, carne, leche, oleína, yuca amarga para almidón, café, maíz, y demás hortalizas y productos procesados derivados de materia prima provenientes del sector primario, nos acabó. Es claro decir que hoy las grandes superficies que intervienen en nuestros mercados de nuestro país. Más del 65% de sus productos que exhiben y comercializan son importados, sin permitir una real participación de colocar los productos de economía campesina en los mercados. De igual manera, los insumos agrícolas y pecuarios que entran de forma ilegal al país de ninguna manera abaratan los costos de la producción de alimentos de economía campesina; por el contrario genera un lucro a los contrabandistas, un enriquecimiento a costillas del pequeño productor. Nosotros sacamos nuestros productos al mercado (plazas de mercado, supermercados, restaurantes de cadena y otros clientes potenciales) y, nos los pagan a precio de huevo, lo que con el sudor y nuestra honradez sacamos de nuestras fincas y chagras. Sayayines, porque generan cordones de seguridad, regalan los productos por lo que representan sus precios, compran autoridades, delinquen, boletean, desaparecen campesinos del mercado por precios de oferta y cuidan a una clase agropecuaria y/o razones jurídicas o personas naturales inescrupulosas y corruptas, que no tienen sentido de patria. Hasta el momento las cifras en materia de lucha contra el contrabando en el sector agropecuario no nos satisfacen y alentamos desde estas líneas a la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales DIAN, Ministerio de Agricultura, Ministerio de Comercio Exterior y Policía Nacional, a sudarla con nosotros y jugarle limpio a los más de 360.000 campesinos afiliados a Asociación Nacional de Usuarios Campesinos ANUC, y demás organizaciones campesinas e indígenas del país.


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