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EL RECICLADO DE AUTOMÓVILES, UN CASO PARADIGMÁTICO DE ECONOMÍA CIRCULAR

MANUEL KINDELAN DIRECTOR GENERAL DE SIGRAUTO

La economía circular está marcando y va a marcar el futuro de la Unión Europea. Poco a poco toda la sociedad ha ido interiorizando la necesidad de hacer un uso eficiente de los recursos de los que se dispone y se ha comprobado el grave problema que supone que determinadas materias primas e incluso capacidades de producción se encuentren fuera de nuestras fron- teras. Todo esto está llevando a la necesidad de impulsar aún más las capacidades de recuperación de los materiales y la energía de los residuos que generamos.

En nuestro día a día hemos introducido ya una serie de hábitos relacionados especialmente con los residuos domésticos y poco a poco también se están viendo cambios importantes en los productos que se comercializan donde aspectos como la prevención/ reducción, la reciclabilidad o incluso el contenido de material reciclado ya son argumentos de venta. La práctica totalidad de estos residuos son envases de distintos tipos de materiales como el vidrio, el papel y cartón o los plásticos. Estos residuos domésticos son recogidos en su práctica totalidad - aunque hay ciertas fugas – y, según los últimos datos reportados por España a

Eurostat relativos al año 2020, el 36% de ellos se reciclan, el 12% sevalorizan energéticamente y el 52% se deposita en vertederos.

Otros de los residuos que generamos y que deben ser gestionados por otras vías son por ejemplo las pilas o los aparatos eléctricos y electrónicos. Si hablamos de las pilas, todos sabemos que, a pesar de que se ha avanzado muchísimo, hay una buena parte de ellas que no son recogidas de forma separada y acaban donde no deberían por lo que no pueden ser adecuadamente recuperadas. El índice de recogida de las pilas y acumuladores portátiles en España según los datos de Eurostat es del 41% y de lo recogido se recicla aproximadamente el 70% en peso de sus materiales. Si habla- mos de aparatos eléctricos y electrónicos las cifras son similares a las de las pilas con un índice de recogida del 50% y de lo que se recoge se obtienen unos niveles de reciclado del 75-80%.

Todo lo anterior son cifras realmente importantes y en las últimas décadas en todos esos ámbitos se han producido incrementos muy significativos tanto en las cantidades recogidas de forma separada como en los porcentajes de recuperación alcanzados.

Un elemento con el que también convivimos casi a diario es con el automóvil pero, teniendo en cuenta que la edad media de los automóviles que llegan al final de su vida útil es de 20 años de antigüedad, son pocas las veces en las que nos encontramos en la tesitura de tener que desprendernos de él y saber cómo hacerlo para que éste sea reciclado adecuadamente. Cuando llega ese momento, la buena noticia es que todo es tremendamente sencillo gracias a una serie de particularidades que tiene el vehículo como producto y que son:

• La normativa establece tanto los requisitos técnicos de las instalaciones como los procesos a seguir para poder obtener la autorización para recibir automóviles al final de su vida útil y darles el tratamiento medioambiental adecuado. Son las Consejerías de Medio Ambiente las que, tras verificar que se cumple con dichos requisitos, otorga la autorización como Centro Autorizado de Tratamiento de Vehículos (CAT)

• El vehículo es prácticamente el único producto del que se conoce su pro-

En Primera Persona

España cuenta con uno de los sistemas más eficaces de toda la Unión Europea para garantizar que el 100% de los automóviles son entregados en los CATs donde se garantiza a su vez que los automóviles van a someterse a todos los procesos establecidos en la normativa que regula la gestión de los automóviles al final de su vida útil pietario al estar inscrito en el Registro General de Vehículos de la Dirección General de Tráfico.

• Para poder dejar de ser responsable de lo que suceda con el vehículo y poder dejar de pagar el impuesto sobre vehículos de tracción mecánica (IVTM), es necesario tramitar la baja definitiva del vehículo en el Registro de la DGT.

• La normativa española establece que únicamente se puede tramitar la baja de un vehículo en un Centro Autorizado de Tratamiento de Vehículos (CAT). El CAT debe recibir el vehículo, verificar que quien lo entrega es el propietario y que no hay impedimento para su baja y entonces, de forma telemática, tramita la baja definitiva en el Registro y entrega al propietario la baja oficial y el certificado de destrucción del vehículo.

Como puede verse, España cuenta con uno de los sistemas más eficaces de toda la Unión Europea para garantizar que el 100% de los automóviles son entregados en los CATs donde se garantiza a su vez que los automóviles van a someterse a todos los procesos – empezando por la descontaminación – establecidos en la normativa que regula la gestión de los automóviles al final de su vida útil. Por el contrario, en una buena parte de los países de la Unión Europea, se estima que aproximadamente el 50% de los automóviles que llegan al final de su vida útil son entregados y gestionados por la cadena de tratamiento legal y autorizada y por ello, uno de los aspectos que la Comisión Europea quiere mejorar en el futuro Reglamento, es justamente el de eliminar o al menos reducir drásticamente el número de automóviles que terminan en “paradero desconocido”.

Pero además podríamos pensar que, el hecho de que en España el 100% de los automóviles que llegan al final de su vida útil tengan que ser entregados por sus propietarios en CATs donde se va a realizar un tratamiento medioambiental adecuado, podría suponer alguna dificultad para el propietario ya fuese porque tuviese que pagar al entregarlo o por tener que desplazar el vehículo grandes distancias por la falta de disponibilidad de CATs en el territorio cuando la situación es que:

• El vehículo al final de su vida útil (VFVU) tiene un valor positivo de mercado y el último propietario percibe una contraprestación económica cuando se desprende de su vehículo y lo entrega en un Centro Autorizado de Tratamiento (CAT).

• Este valor residual ha llevado a que exista una amplísima red de CATs que operan en un mercado muy competitivo y que no haya sido necesario crear nuevas infraestructuras.

Ya tenemos dos importantes diferencias del automóvil con otros productos y es que, actualmente se recogen el 100% de ellos cuando llegan al final de su vida útil y el propietario recibe una contraprestación económica cuando lo entrega.

Y ahora tocaría pensar que, una vez que el 100% de los automóviles son entregados en los CATs, debido a que el vehículo es un producto muy heterogéneo con multitud de materiales y formado por miles de piezas y componentes, sus niveles de recuperación debiesen ser inferiores al de otros productos. Pues nuevamente la situación es bastante distinta.

Cuando un vehículo llega al final de su vida útil y es entregado en un CAT éste procede a su descontaminación que consiste en la extracción de todos los líquidos, fluidos y elementos que le otorgan la condición de residuo peligroso al vehículo. Todos los residuos generados durante el proceso se almacenan temporalmente en las condiciones correctas de higiene y seguridad, antes de su entrega a un gestor de residuos debidamente autorizado.

Posteriormente el CAT procede a la retirada de piezas y componentes que sean susceptibles de ser preparadas para su reutilización, es decir, que puedan servir para reparar otros automóviles de las mismas características que el de origen y así alargar la vida de los mismos sin que sea necesaria la producción de nuevos componentes a partir de nuevas materias primas.

Una vez que el CAT ha procedido a la descontaminación y al desmontaje de las piezas reutilizables, el vehículo debe ser enviado a una instalación de fragmentación donde se triturará mediante molinos de martillos. A continuación, unas aspiradoras y unos ventiladores soplantes retiran los materiales más ligeros. Más tarde, mediante corrientes magnéticas se separan los metales férricos quedando una fracción con el resto de materiales como gomas, plásticos y metales no férricos.

Los metales férricos se envían directamente a la industria siderúrgica para su fundición y posterior elaboración de nuevos productos mientras que tanto la fracción compuesta por los elementos más ligeros como la formada por los más pesados son sometidos - bien directamente en la instalación de fragmentación o bien en instalaciones específicas - a distintas tecnologías de separación denominadas de post-fragmentación (cribados, flotación, corrientes de inducción, mesas densimétricas, sistemas ópticos, etc.) mediante las cuales se separan los distintos materiales para su correcta recuperación.

Pues bien, en el año 2020 - que son los últimos datos disponibles en

+ MANUEL KINDELAN, SIGRAUTO

Eurostat - esta cadena de tratamiento ha reutilizado y reciclado un 86,2% y en total ha recuperado el 93,1% del peso de los automóviles. Y lo han he- cho de los más de 700.000 automóviles que llegaron al final de su vida útil ese año cuyo peso fueron unas 800.000 toneladas de las que algo menos del 7% fueron destinadas a vertedero. Hay que destacar que en 2002 los niveles de recuperación eran de alrededor del 75% pero, desde hace ya casi una década, éstos están en el entorno del 95%.

Creo que las cifras hablan por sí solas y es conveniente que seamos todos conscientes de que, cuando un automóvil llega al final de su vida útil en España, podemos estar tranquilos de que va a ser tratado adecuadamente y se van a recuperar casi la totalidad de sus materiales. •