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Implementar la circularidad en la industria textil, una urgencia manifiesta

REPORTAJE EN EL ÚLTIMO SIGLO EL MERCADO GLOBAL DE TEXTILES HA BASADO SU MODELO DE NEGOCIO EN PROMOCIONAR EL HIPERCONSUMO DE PRENDAS DISEÑADAS PARA SER DESECHADAS EN UN CORTO PERÍODO DE TIEMPO.

AHORA, GRACIAS AL INCREMENTO DE LAS EXIGENCIAS EN MATERIA DE SOSTENIBILIDAD Y LA APLICACIÓN OBLIGATORIA DE ESTÁNDARES DE DURABILIDAD O RECICLABILIDAD, HA COMENZADO LA TRANSICIÓN HACIA UN CAMBIO DE PARADIGMA SIN PRECEDENTES QUE PROMETE REVOLUCIONAR EL SECTOR APLICANDO UN MODELO ECONÓMICO CIRCULAR.

Si bien el mercado manufacturero se ocupa de dinamizar la economía generando empleo, promoviendo el consumo, incentivando inversiones y otras tantas ventajas asociadas a su alta productividad, también tiene ligadas una serie de externalidades negativas como consecuencia de primar, fundamentalmente, un precio competitivo frente a la inclusión de unos determinados estándares de calidad, durabilidad o reciclabilidad de los materiales y productos puestos a la venta. Atendiendo a este último parámetro de durabilidad, algunos estudios señalan que tan solo el 15 o 20% de los productos textiles se recicla anualmente a nivel mundial, mientras que el porcentaje restante se deposita en vertederos o se incinera, finalizando su vida útil mucho antes de lo que debiera. Concretamente, en el caso de la Unión Europea son cerca de 5,8 millones las toneladas de productos textiles desechadas cada año en el continente.

¿ES POSIBLE ERIGIR UNA INDUSTRIA TEXTIL CIRCULAR Y SOSTENIBLE?

Ante este reto mayúsculo, impulsado tanto por las demandas de la sociedad como por un planeta que de manera cada vez más notoria exhibe las conse-

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cuencias de la explotación que sufren sus recursos, los principales organismos a nivel mundial han propuesto una serie de disposiciones normativas para tratar de poner coto al uso y gestión ineficiente de los recursos no renovables involucrados a lo largo del proceso de producción textil. El ejemplo más relevante a nivel europeo se ha concretizado en la Estrategia de la Unión Europea para Textiles Sostenibles y Circulares aprobada en 2022, cuya finalidad es impulsar la transformación verde del sector imponiendo criterios sostenibles sobre la manera en que se diseñan, consumen y gestionan los textiles. Se trata, por tanto, de auspiciar el cambio en una industria que en 2021 factura- ba cerca de 147 mil millones de euros según datos de EURATEX, de tal forma que resulte atractivo y rentable para los agentes del sector desacoplar las ganancias económicas de las sobreproducción y el consumo de materias primas y sustituirlas por estrategias de reutilización, reparación y reciclaje.

La citada Estrategia se marca como horizonte temporal el año 2030 para lograr que todos aquellos productos textiles comercializados en la UE sean duraderos y reciclables, fabricados en gran medida con fibras recicladas libres de sustancias peligrosas sin dañar el medio ambiente, para lo cual propone como pilares fundamentales la mejora en las capacidades de clasi- ficación y reciclaje, acompañadas del ecodiseño de los productos.

Enric Carrera Gallissà, director del Instituto de Investigación Textil y Cooperación Industrial de Terrassa (INTEXTER) de la Universitat Politècnica de Catalunya, argumenta que “la economía circular es una condición sine qua non no solo en el textil, sino en cualquier sector industrial para avanzar hacia una sociedad más sostenible. La implementación práctica por parte de la industria de las nuevas exigencias ambientales requiere no solo un cambio de actitud, sino también un cierto tiempo de adaptación. Si bien estas exigencias por regla general comportan un incremento de costes y existe

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la preocupación de si el mercado lo aceptará, las empresas que lideren esta transformación tendrán una notable ventaja competitiva. Hablamos de cambios tecnológicos que comportarán inversiones muy notables y el concurso de personal técnico cualificado”.

Implementando un modelo de negocio circular es posible mantener los materiales y productos en continua circulación, lo cual reduce la pérdida de valor de los mismos y desacopla de manera efectiva el rendimiento económico de extracción de materias vírgenes y la creación de nuevos productos. Tal y como indica la Fundación Ellen McArthur, la economía circular se basa en tres principios fundamentales: eliminar los residuos y la polución, fomentar la circulación de productos y materiales y regenerar la naturaleza.

Enric Carrera apunta que tanto la Ley española de residuos y suelos contaminados como especialmente la Estrategia europea de textiles sostenibles y circulares van a representar un cambio radical de paradigma para nuestra industria textil y de la moda, así como

La Ley de residuos y la Estrategia europea de textiles sostenibles y circulares van a representar un cambio radical de paradigma para la industria textil y de la moda, así como una auténtica revolución tecnológica, industrial y comercial una auténtica revolución tecnológica, industrial y comercial. Como medidas más punteras el director de INTEXTER señala la implementación de un sistema de Responsabilidad Ampliada del Productor que obligará a recoger los residuos textiles, tratarlos para facilitar su reciclaje y reutilizarlos y/o reciclarlos; la normalización y fomento del ecodiseño; la implementación de un pasaporte digital de las prendas que nos informará sobre su trazabilidad; la obligación de incorporar un porcentaje mínimo de fibras recicladas en las colecciones o las limitaciones a la exportación de los residuos textiles, entre otros.

El Residuo Textil En El Punto De Mira

Cabe destacar que, si bien se está avanzando sobremanera en la regulación de las actividades relacionadas con el sector textil en occidente, los grandes productores mundiales operan desde países asiáticos, posicionándose China a la cabeza seguido de países como India, Turquía o Vietnam;

IMPLEMENTAR LA CIRCULARIDAD EN LA INDUSTRIA TEXTIL, UNA URGENCIA MANIFIESTA países donde la exigua o inexistente legislación ambiental fomenta prácticas nocivas para el medio ambiente. De cara a establecer un mercado circular, más allá de la línea de producción deben centrarse los esfuerzos en el último eslabón de la cadena de valor: el residuo textil. Concretamente, debe ampliarse la mira de este concepto y estudiar las oportunidades que los desechos provenientes de la industria brindan, pues un alto porcentaje de las fibras puede reciclarse o reutilizarse.

Por su parte, Carrera opina que si queremos implementar estrategias de economía circular y reducir la huella ecológica de la industria de la moda, “los materiales utilizados y los pasos intermedios de la larga cadena de valor del largo proceso textil no pueden estar viajando constantemente por todo el mundo. O tenemos la capacidad de reciclar en Europa los residuos de nuestra ropa usada o no tiene sentido hablar de economía circular, hace falta aumentar exponencialmente nuestra capacidad de reciclado mecánico y químico. Tampoco tiene sentido que haya una estricta, aunque necesaria, legislación ambiental para producir textiles en Europa si después no tenemos capacidad de controlar si lo que entra por las fronteras cumple estos requisitos. O aumentamos y mejoramos la capacidad de inspección de nuestras aduanas o estamos haciendo un flaco favor a la industria textil europea”.

Para transitar hacia este nuevo modelo basado en la recuperación de materias primas, las capacidades de la industria deberán verse incrementadas y contar con los suficientes incentivos económicos y fiscales para ello, además de una robusta colaboración público-privada que permita establecer una estrategia de recogida y gestión debidamente planificada. Así, el establecimiento de sistemas de recogida selectiva es indispensable de cara a efectuar un debido tratamiento que conduzca a la reutiliza- de la cadena de valor: el residuo textil

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ción y reciclaje de los residuos textiles, o en caso de ser destinadas a rechazo, garantice una eficaz valorización energética o el depósito controlado de los mismos. “Históricamente la industria textil ha sido recicladora no por ideología, sino por oportunidad. En España el subsector de los “regenerados” ha sido considerado por algunos como tecnológicamente inferior, pero hoy en día las tornas han cambiado y no sólo utilizan la tecnología más puntera, sino que se visualizan como paladines de la sostenibilidad y la economía circular. Este país destina a vertedero 900.000 toneladas de residuos textiles y solo se recoge un 12% en contenedores, por lo que el margen de mejora es espectacular y será necesario hacer grandes inversiones para dotarnos de las infraestructuras pertinentes, así como aumentar muy notablemente nuestra capacidad de reciclado”, puntualiza Carrera.

Es por ello que la innovación en los próximos años pasará a jugar un papel fundamental. La transformación tecnológica y digital de las empresas europeas permitirá alargar la vida útil de los residuos textiles y crear valor añadido a través del desarrollo de materiales alternativos naturales y reciclables. Los líderes empresariales de toda la cadena de valor, la administración y los ciudadanos deberán hacer un esfuerzo conjunto para superar las barreras que plantea este nuevo modelo y ejecutar una auténtica revolución tecnológica, industrial y comercial. Aún estamos a tiempo de revertir las tendencias actuales, que cifran en más de 15 los kilogramos de residuos textiles producidos anualmente por ciudadano en la UE, y transformar el sector de tal manera que sea posible cerrar el círculo de los residuos para crear un horizonte sostenible, resiliente y económicamente viable. •