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La economía circular, clave para un sector farmacéutico más sostenible

siduos y la actividad de SIGRE como Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP), que gestiona dos flujos indisociables de residuos (los medicamentos y los envases que los contienen).

Mar A Jos Bl Zquez

Directora T Cnica Y De Operaciones De Sigre

a oportunidad de garantizar un futuro habitable y sostenible para todos se agota rápidamente, como recalca el informe presentado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) el pasado mes de marzo.

Este futuro pasa inexorablemente por una economía circular, bajo nuevos modelos de producción y consu- mo que garanticen un crecimiento sostenible en el tiempo. Esta hoja de ruta debe ser el plan de gobiernos, empresas y ciudadanos. No hay un plan B porque no tenemos un planeta B.

Y al igual que existe una sola Tierra, también existe una sola salud. A estas alturas ya nadie debería dudar de la estrecha relación que existe entre la salud humana, animal y el medio ambiente. Una interdependencia que se conoce como «One Health» («Una sola salud»).

En este contexto, cobra especial relevancia la correcta gestión de los re-

SIGRE es una iniciativa del sector farmacéutico creada bajo los principios de la economía circular y su actividad permite reducir el consumo de materias primas a través de las medidas de ecodiseño en los envases farmacéuticos; recuperar los materiales mediante su reciclado; y reducir el impacto medioambiental de los residuos mediante la logística inversa y la valorización energética de los residuos de medicamentos.

Hoy, gracias a las medidas que aplican las compañías farmacéuticas, uno de cada tres envases de medicamentos es más sostenible y respetuoso con el medioambiente. Todo un logro al que también contribuyen de manera decisiva los procesos de logística inversa que realiza la distribución farmacéutica para garantizar la trazabilidad y seguridad de los residuos depositados en los Puntos SIGRE y las farmacias, que realizan una labor esencial de asesoría al ciudadano sobre la revisión periódica del botiquín doméstico y el correcto tratamiento medioambiental de los medicamentos y sus envases.

Un proceso logístico que culmina en nuestra Planta de clasificación de envases y residuos de medicamentos, una instalación pionera y referencia mundial dotada de un elevado grado de automatización y herramientas de inteligencia artificial que permite alcanzar altos porcentajes de reciclado los envases recuperados.

Todo ello permite cerrar adecuadamente el ciclo de vida del medicamento, consolidando un modelo eficiente, seguro y sostenible para la gestión de los residuos de medicamentos y sus envases, que sitúa al sector farmacéutico a la vanguardia en la implantación de los principios de la economía circular.

Podemos estar orgullosos de los resultados obtenidos, pero aún nos quedan apasionantes retos por delante. En 2022 se han promulgado dos importantes normativas medioambientales -la Ley 7/2022, de residuos y suelos contaminados para una economía circular y el Real Decreto 1055/2022, de envases y residuos de envases-, que trasforman estructuralmente la responsabilidad ampliada de productor (RAP) en relación con la gestión de los envases que ponen en el mercado.

Hasta ahora, los productores solo tenían la responsabilidad de organizar

Haciendo Camino Hacia Un Futuro Sostenible

y financiar, a través de sistemas colectivos, la gestión de los residuos de envases domésticos. En el caso de las compañías farmacéuticas esta responsabilidad alcanza también a la gestión de los residuos de medicamentos. Ambas obligaciones se canalizan, desde su inicio, a través de SIGRE.

Con la nueva normativa, todas las compañías farmacéuticas tendrán que organizar y financiar también la gestión de los residuos de envases comerciales de medicamentos que se generan en todos los centros sanitarios del país (hospitales, clínicas especializadas, centros ambulatorios, etc.), oficinas de farmacia y almacenes de distribución. Y aquellas compañías que comercialicen además productos cuyo destino sea otra industria, tendrán asimismo que hacerse cargo de los residuos de envases industriales que se generen.

Estas nuevas obligaciones plantean un reto logístico y financiero enorme, al multiplicar los puntos de recogida de envases desde las 22.000 farmacias que actualmente disponen de un Punto SIGRE para recogida de envases domésticos a los más de 150.000 nuevos puntos de recogida de envases comerciales e industriales que estimamos que habrá que atender.

Desde SIGRE se ha venido trabajando durante los últimos meses para apoyar a las compañías farmacéuticas ante este nuevo escenario, analizando cuál debe ser la mejor manera de abordar colectivamente este reto. Una de las posibles soluciones que manejamos en estos momentos es que SIGRE amplíe su ámbito de actuación, organizando centralizadamente la gestión de los residuos domésticos, comerciales e industriales.

Afrontar estos cambios, en un periodo de tiempo tan corto como el que establece la ley y con obligaciones financieras que se aplicarán ya desde enero de 2024, es un reto enorme, pero creo que SIGRE está en disposición de repetir con los envases comerciales la historia de éxito que se ha conseguido con los envases domésticos de medicamentos.