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Se dificulta y se trata de hacer deaprociablo la práclica do los Sacramentos

Pero, así y todo, permanecerá con vida, aunque ya no pueda contar, como antes, con sus brillantes organizaciones e institutos. Será llevada adelante por aquéllos mismos que han contribuído a sostenerla hasta hoy - pese a todas las dificultades e inconvenientes; - por los innumerables creyentes, sobre cuyos hombros descansa el destino del Cristianismo en el Tercer Reich.

CAPITULO Vlll

La Iglesia debe desaparecer de la vida pública

La supresión del "confesionalismo" en la vida pública, proclamada el 7 de julio de 1930, por el Ministro del Interior del Reich, Sr. Frick, n los últimos años ha .sido uno de los mayores deseos del nacionalocialismo. Sin embargo no es que el nacional-socialismo se conforme a6lo con el alejamiento de la vida pública de todos los elementos cristianos; como sistema radical totalitario, avanza hacia las esferas particulares, sin respetar la verdadera vida privada, pretendiendo intervenir hasta en las conversaciones de una mesa de familia, hasta en los pensamientos individuales de cada cual. Pero de todos modos, la aupresión de los elementos cristianos de la vida pública significa que, unte todo, aspiran a la finalidad incondicional de adueñarse del cam1 o de la Iglesia.

Se trató de lograrlo mediante la supresión de los días festivos reliq iosos, la prohibición de manifestaciones fuera de la Iglesia, la resIr cci6n e impedimento de peregrinaciones y procesiones, etc. Tales 111 didas resultan altamente instructivas, si se considera que el régi111 n nacional-socialista usa constantemente las palabras "unión na1·1onal", "sangre y suelo", "conservación de las antiguas tradiciones", "nillivo de la herencia nacional", etc., etc. ¿Qué puede haber más 111 ,ir Cimente ligado a estos bienes nacionales que las fiestas y sol 111111 dc1clos cristianas, las peregrinaciones y procesiones, en las que dt d, hnce siglos, hay un despliegue de vida nacional propia, con , 11 1 11cias y canciones, sus vistosos trajes festivos, sus desfiles y 11 ¡11, q1111 , ítmicos? 111111 ve :r. más, descubrimos aquí esa falta de veracidad del ré1 111 11 1 ¡11r y11 h mos debido consignar tan a menudo. Ningún siste111, 1, 1¡,d1, 1rr1, < n 1 curso de la historia de Alemania ha sido tan l 111 l 1 ¡1 1111 J,1 11 11 clad y la unión de los habitantes del país, como 11r 111 ! 11 1 , i1 11 , 1 11 , n 1 , presume de protector r• y promotor del bienes:1s · ni~· Fi1~:r~m~

1 c·onslituyen una trodición secular son abolidos

el un pi'üñi.azo. Así. por ejemplo, desde el año 1935, en la Alta Silesia, la festividad del Santísimo dejó de ser fiesta de precepto. Los comercios permanecen abiertos, se trabaja en las obras públicas, los mi• neros deben bajar a las minas, etc. En la católica Baviera el día de los Reyes Magos, o Epifanía, había sido siempre fiesta de guardar. En el año 1937, pocos días antes de la festividad, apareció un Decreto <lel Ministerio Bávaro en pleno, en el que se establece que: "El Día de Reyes; de la Iglesia ya no goza de ningún auspicio oficial". En ese mismo año el Ministro del Interior del Reich, de acuerdo con el Ministro de Propaganda, decretó una reducción de las restricciones tradicionales correspondientes a los días conmemorativos de los Difuntos. (Todos los Santos y Fieles Difuntos), limitándolas a las horas comprendidas entre las 6 y las 19. Hasta entonces, en esos días, desde la víspera a media noche, y durante todo el día hasta las veinticuatro, estaban prohibidos los bailes, los films ligeros, los desfiles públicos, los actos deportivos, etc. Todas estas restricciones han sido suprimidas por completo en la noche de la víspera y el mismo día de la Festividad, a partir de las 19 horas. En febrero de 1938 el Presidente de la Provincia del Rhin, publicó un decreto, retirando todo auspicio oficial a las festividades católicas de Reyes, S. Pedro y S. Pablo, y Concepción Inmaculada de María. En tales días todas las escuelas están obligadas a cumplir con el plan diario de enseñanza. El mismo decreto parece haber sido promulgado en las demás provincias.

En la primavera de 1938, apareció un edicto del Ministro del Interior Sr. Frick, disponiendo que en los días señalados por la Iglesia co mo feativos, pero no reconocidos tales por las autoridades oficiales, oe deb..-6: trabal ar como todos los otros días háb ·1es. El motivo aducido era qu 1 f.Rtado nacional-socialista no tenía ningún interés en fomentar dis n ion n onf 1:1ional s, sino, por el contrario, contribuir al establ cimi, nto el la unidad nacional-socialista. (Véase "Diario de Francfort" d I O clo mayo do 1930). Varios Prelados Católicos se vieron obligado a lndlc:or n sus Boletines parroquiales que, pese a las medida& oficial a, la Tgl sía no anulaba el precepto en estos días de fie&ta, razón por la cual todos los fieles tenían el deber de asistir a la Santa Misa y d obsl norso de trabajos serviles.

En Austria, n 1 v rano de 1938, el Comisario del Reich, Sr. Bürckel, publicó una ordenanza disponiendo que la festividad de S. Pedro y S. Pablo, día de gran fiesta en Austria hasta entonces, sería considerada un día hábil corriente, debiéndose trabajar normalmente en todas las oficinas, administraciones, etc. En octubre del mismo

111111, , 1 Ministro del Interior del Reich, Sr. Frick, dió una ordenanza d1 po111 ndo que los edificios públicos, lo mismo si pertenecían al Esl(ldo qu a la Iglesia, no debían ser embanderados en determinadas f1 lividades religiosas.

En su último número de febrero 1938, "Der S. A. Mann", explica lo/l motivos de la supresión de los días festivos de la Iglesia, por el nacional-socialismo. Hace notar que la inmensa mayoría del pueblo alemán no tiene el menor interés en que, ciertos días hábiles, como por ejemplo el 8 de diciembre, por ser de la "Inmaculada Concepción", estén marcc;xdos en rojo en el almanaque ... También es indiferente, para la mayoría, saber cuando se celebra la festividad de San Pedro, o cuantos domingos deben pasar entre la Epifanía y Pascua de Pentecostés. Para ellos poco importaba que en determinada fecha fuera festejado el día de los Angeles Custodios, de la Sma. Trinidad, de Cristo-Rey o del Domingo de Ramos. Mucho más importante, en el almanaque, era la lista de los Días Conmemorativos del nacionalsocialismo, etc.

Contra las fiestas públicas

Desde hace ya mucho tiempo, las fiestas de la Iglesia no pueden ser celebradas públicamente. A fines de 1934, el Ministro-Presidente prusiano, Sr. Goring, publicó una ordenanza motiv _ ada, al parecer, por la fiesta celebrada en el Palacio del Deporte por los católicos de Berlín en honor de S. Conrado de Parzham.

El texto de la disposición es el siguiente:

Del Ministro-Presidente. J fe de la Policía Secreta de Estado. II I B I 2492-34. Expreso. Decreto. "En estos últimos tiempos, y cada vez en medida creciente, se da , 1 ccTSo de que organizaciones eclesiásticas-confesionales celebran 11C'los de propaga~da en locales profanos, consagrados al deporte y olt nn diversiones. En cierto modo, es un deber del Estado, impedir que 111 1110Atraciones religiosas, como, por ejemplo, el culto a los Santos, , 1111 C'olebradas públicamente, en una forma que lo mismo puede , , ,11 lil11ir un acto- profano que una fiesta religiosa. Esas demostra' 11111 y la propaganda habilidosa que las presenta como fiestas rc1 , , , n 1, no sólo atentan contra la seguridad de la población, sino qno 1111,il, 11 clan a los enemigos del Estado un amparo propicio paro 111111 "' 111111 /111 disolvente. Por lo mismo, son incompatibles con lo 1111 drnl