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María de Juan

Dramática apunta a uno de los discos del año. Corazón y valentía han llevado a María de Juan, quién si no, a culminar esta audaz reencarnación de la copla en el imaginario sonoro y urbano actual. Una película de las de antes, con personajes de ahora.

En marzo de 2020 a María se le paró el tiempo. Su prometedor debut, 24/7 acababa de salir, un álbum que paradójicamente hablaba sobre las horas del día y sus diferentes sensaciones, y quien le iba a decir a la granadina que se iba a quedar encerrada con su relato mientras los planes se cancelaban. Como tantos, esas veinticuatro horas cíclicas en busca de una revelación a María le sirvieron para replantear su vida y su carrera. “Desde SonBuenos, mi oficina, me lanzaron una pregunta: ¿Qué música cantas tú en la ducha? Y yo respondí copla. Sin embargo yo nunca me había atrevido a acercarme al folclore, le tenía como mucho respeto” Afortunadamente era el momento propicio, la pandemia, para afrontar retos y romper algún tabú. “Pensé que tenía que dejarme de prejuicios, de miedos y de academicismos, que la copla era la música de la calle y que no necesitaba ningún máster en folclore ni pertenecer a una familia de renombre artístico. Tenía que ser yo y darle al género mi perspectiva de mujer de 26 años de este siglo”. El destino estaba ahí, y sí, María de Juan, hija de actor, es también sobrina nieta de Gregorio García Segura. Los hermanos García Segura compusieron para Sara Montiel, Lina Morgan, Raphael y su libro de partituras fue el primer documento con el que iniciar un trabajo de campo de tres años, que bien podría convalidar ese máster. Lo tenía todo entonces. “El primer año fue de estudio, de investigar. Porque hay que estudiarse las reglas para después romperlas. Y me di cuenta que a la vez de escuchar mucha copla, también estaba escuchando mucho reggaeton y mucho trap, y me llamó la atención, porque no me chocaba. Pensé que no era por casualidad, que la copla era la urbana de su tiempo. Una música que estaba conectada con las plazas, con los barrios, con la censura y por eso pienso que hay esa conexión con el techno, con las raves, con el reggaeton, el trap...” A todo esto añadimos que María de Juan se una a esa corriente de artistas que han encontrado en sus raíces y en su entorno cercano una respuesta inspiradora, desde Dani Llamas a Carmen Xía, desde Compro Oro a La Plazuela. “Creo que después de cada colapso surge un movimiento, creo que después del Covid hay un empoderamiento de las raíces de uno, en nuestro caso del folclore. En resumen, una búsqueda de nuestra identidad. En este disco yo me he encontrado a mí misma, en lo artístico y en lo personal”.

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El concepto del disco está claro. Extraer de la copla ese contexto suburbial para poder conectarlo formalmente con los géneros actuales y que el relato fuera actual. Por otro lado, una conexión intergeneracional, porque esos lugares comunes tampoco han cambiado mucho, esas historias dramáticas que ha guionizado María de Juan como escenas de una misma película. Luego están las letras. “Uno de los elementos principales de la copla que he querido llevarme a mi terreno ha sido la manera que tenían que escribir, letras muy directas pero con muchos mensaje ocultos o velados para evitar la censura. Ni que decir tiene que en mis letras del disco también hay mensajes que me los guardo para mi (risas)” Y es que como dice María, en este disco canta hacia fuera, tras tanto encierro.

ARTURO GARCÍA +en

Dramática

María de Juan

Son Buenos, 2023

¿Qué poderío tendrá? La respuesta es clara, mucho. La trama que María de Juan ha urdido para su segundo disco llega en el mejor momento para ser recibida, cuando hay una mirada amable a la música de raíz en toda la nueva escena musical. La granadina ha encontrado en la copla el género perfecto para encontrarse a si misma y lo va a hacer Vestida de Encaje Dramática tiene un relato cinematográfico. La copla era cine y la música urbana es imagen. Tatuajes y caracolillos. Tango y rave. Luego Me enveneno de esa voz dulce como el anís y diabólica como el éxtasis. El encaje de piezas era el reto, y funciona, ni un ripio en todo el disco, nada forzado, ni siquiera el encuentro con Antonio de Arde Bogotá, el galán. Salvado el nudo, llega la fiesta, El Jari, y Avilipinti son el destape. Ya lo dice María, una noche dramática. A.G.