Generalmente, no se recomiendan operaciones de cirugía estética en menores, pero la otoplostia es la excepción que tienen de sí mismos, sino por las burlas que sufren constantemente. Estas burlas frecuentemente se convierten en bullying o acoso escolar, una situación común en los colegios que se suele sufrir en silencio y que desencadena fuertes depresiones. Esto convierte a la otoplastia en un procedimiento que se recomienda principalmente para los menores de edad, con el fin de evitar que estas situaciones difíciles interfieran en su desarrollo. Otra de las intervenciones más habituales de otoplastia es aquella enfocada a la corrección de los lóbulos, conocida como lobuloplastia. Esta sirve para reparar los desgarros en esta área, como el aumento de tamaño de los agujeros debido al peso de los pendientes o las dilataciones, entre otros problemas. Además de estos casos, existen otras anomalías por las que se realiza una otoplastia, como son las orejas con exceso de tamaño, las orejas asimétricas, los defectos de forma por falta de pliegues o incluso la ausencia total de oreja (una de las tareas más complicadas y que supone el trabajo más artesanal del cirujano). CANDIDATOS PARA UNA OTOPLASTIA Como norma general, no se recomienda que los pacientes se sometan a intervenciones de cirugía plástica o estética hasta alcanzar la mayoría de edad. En el caso de la otoplastia, nos encontramos con una excepción a esta regla. Esta intervención se puede realizar en cualquier momento desde edades muy tempranas. Teniendo en cuenta la importancia que tienen las orejas durante el desarrollo en la infancia y la adolescencia, se recomienda actuar lo antes posible. A partir de los 6 años, el 80% del tamaño de la oreja ya se ha desarrollado por completo. Es a partir de esta edad cuando se empiezan a generar los complejos
CIRUGÍA ESTÉTICA
y problemas de autoestima. Atajando el problema a estas edades tempranas, conseguimos evitar un desarrollo marcado por las burlas y el acoso. ¿EN QUÉ CONSISTE UNA OTOPLASTIA? El procedimiento de la otoplastia empieza, como en cualquier otra cirugía, con un estudio y una planificación exhaustiva por parte del cirujano. Una vez estudiado el caso, se presenta ante el paciente, atendiendo a las ventajas que ofrece el procedimiento frente a las posibles desventajas o inconvenientes y ofreciendo siempre una visión realista de la medida en que se cumplirán los objetivos.
FEDERICO REHBERGER BESCÓS Director Quirúrgico de la Clínica Rehberger López-Fanjul Board Europeo Cirugía Maxilofacial y Cirugía de Cabeza y Cuello Fellow Cirugía Plástica Facial IMClinic
Generalmente, la intervención se realiza con anestesia local, pero para esas personas con ansiedad o miedo, se puede recurrir a la sedación consciente. En el caso de las orejas de soplillo, la operación consiste en realizar una incisión por detrás de las orejas para exponer y remodelar el cartílago. Una vez remodelado el cartílago, se realiza la sutura de la zona. Al realizar la intervención desde la parte posterior de la oreja, se evita que queden marcas o cicatrices visibles. El tiempo estimado de la intervención es de una a dos horas aproximadamente y no requiere hospitalización, por lo que el paciente puede volver a casa tras la intervención. Al finalizar la operación, se coloca un vendaje para cubrir ambas orejas, acompañado generalmente de bandas elásticas que mantengan la zona protegida. Esta protección se llevará alrededor de dos semanas y se programarán revisiones para evaluar su evolución. Tras la intervención, el cirujano explicará las diferentes recomendaciones postoperatorias para reducir el dolor, la inflamación y conseguir una recuperación lo más rápida y cómoda posible.
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