EL LIBRO BLANCO DE SAN LA MUERTE
EL CÍRCULO MAGICO El círculo mágico de protección es nuestro lugar de residencia al momento de practicar cualquier ritual o hechizo. Este círculo nos protege de espíritus o malas energías. Nuestras energías se moverán dentro del círculo para lograr nuestro cometido. El círculo solamente permite la entrada de las energías que son las buenas para nuestro trabajo, sin permitir que cualquier otra energía no llamada o no deseada, interfiera en nuestro trabajo. Si no trazáramos el círculo de protección, nos veríamos influenciados por estas energías y nuestro trabajo se vería perturbado o bien, no surtiría efecto alguno. Una vez que hayamos trazado el circulo de protección, no podremos salir de él, ni podemos permitir que nadie entre. Pongamos un ejemplo: Si hacemos una burbuja de jabón alrededor nuestro y pretendemos salir de ella, la burbuja se rompería. Con el círculo de protección pasa lo mismo. En caso de que necesitemos salir si o si, debemos abrirlo, y luego volver a cerrarlo. Hay una manera de hacer una especie de puerta que nos deje salir momentáneamente, pero no es recomendable bajo ningún punto de vista y menos si no tenemos la experiencia necesaria. Solamente los animales pueden entrar y salir del circulo, aunque así y todo, no es aconsejable. El círculo debe ser el límite entre dos mundos. El círculo puede ser trazado con la imaginación o también puede ser dibujado para poder tener una guía visual segura y no desconcentrarnos al tratar de adivinar por dónde dibujamos el círculo. Se puede dibujar con pemba (tiza), con arena, con una soga, con sal, con piedras y/o velas. El círculo debe estar protegido y consagrado con los Cuatro Elementos, con Los Atalayas de los cuatro puntos cardinales, nuestro Guía Espiritual (San La Muerte) y con nuestra energía. En el círculo se concentrara toda esa energía que luego podremos apuntar hacia nuestro trabajo. EL MAGO BLANCO
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