EL LIBRO BLANCO DE SAN LA MUERTE
El día séptimo, tras recitar esta letanía dirá en voz alta: “En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, yo consagro mi cruz para que me traiga felicidad, amor y abundancia y me proteja de todo mal.” Después de haber realizado todo esto, usted ya puede usar su cruz; recuerde que el poder de la cruz propia aumenta en la medida que se regalen otras cruces cargadas a amigos o conocidos; para cargar cruces destinadas a otras personas bastará que en las palabras de consagración sustituya “mi cruz” por: “esta cruz para que le traiga (nombre de la persona a la que va destinada la cruz) felicidad,...·”.
EL MAGO BLANCO
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