13 minute read

AMFest 2022, un festival alternativo de calado internacional

AMFest 2022

un festival alternativo de calado internacional

Advertisement

LEER MÁS

Los barceloneses se han acostumbrado a tener eventos de todo tipo. La fiebre de los festivales asociada a una ciudad cosmopolita y con gran turismo todas las épocas del año, favorece la existencia de este tipo de reuniones en la ciudad.

A veces la sensación entre tanto festival es que hay que saber bien elegir, sobre todo aquellos que amamos la música y a la vez valoramos otros aspectos ajenos a ella, pero que también son importantes en el desarrollo de tal elenco artístico.

El tejido festivalero es amplio, realmente abrumador, permitiéndonos disfrutar estrellas mundiales a precios prohibitivos, pero también descubrir futuras estrellas de gratis o a precio de dos cervezas. En definitiva lo que es Barcelona, que puedes encontrar casi cualquier cosa a cualquier precio. Y en eso de trabajar para enseñarnos nuevos artistas, nuevos proyectos, nuevos sonidos, tenemos a los currantes de Aloud Music.

AMFest 2022, un festival alternativo de calado internacional

Aloud Music los conocíamos por su relación con otros festivales, por ejemplo el BAM, quien siempre tiene hueco para las bandas del sello, pero también la famosa sala underground extremeña The Rincón Pio Sound, donde parte de su programación está ligada al sello discográfico.

Como extremeños afincados en Barcelona, conocíamos la agencia y algunos de sus grupos, pero no el festival, hasta que en primavera nos llegó a nuestras manos el flyer del AMFest.

Investigamos y descubrimos que era su noveno aniversario (ya que la edición del 2020 quedó cancelada), y tuvimos claro desde un principio que teníamos que ir. Las bandas eran completamente desconocidas para nosotros. Habíamos visto a Goodspedd You Black Emperor y de Carpenter Brut teníamos sus discos, pero del resto ni idea.

Celeste repiten (festivales franquicia), explotación laboral, consumismo musical, y escaso decoro con el público, AMFest ofrece todo lo contrario a esta mala praxis.

un festival alternativo de calado internacional

Nos parecía absolutamente maravilloso encontrar un festival con múltiples bandas desconocidas provenientes de diferentes continentes, con niveles musicales altísimos, y donde la mezcla de estilos era evidente: Rock, Metal, Gótico, Electrónica, Experimental, Punk, Pop, es decir, para todos los gustos. Eso sí, con una esencia en común: la potencia de las guitarras, el Noise como eje primordial, el prefijo “Post” y el desgarro sonoro.

A medida que fuimos indagando, descubrimos el decálogo del festival, lo cual nos llamó mucho la atención, y nos pareció absolutamente fascinante. Hemos recorrido muchos festivales a lo largo de la Península Ibérica (Festimad, FIB, Primavera Sound, Sònar, Vida Festival, BAM, Festigàbal, Superbock Superrock, NOS Alive, Festival Sudoeste, Extremúsika, Contempopránea, Zorrock, Udumbara, Womad, entre otros muchos festivales más pequeños), y en pocos de ellos tienen una filosofía tan elaborada y afectuosa con trabajadores, público y bandas. Con AMFest, el “feedback” organización vs público es natural y fundamental. Desde que pisabas el recinto, tenías la sensación de encontrarte en un lugar casi familiar (público fiel, tranquilo, respetuoso, no desfasado). Buen trato de trabajadores, tanto en las zonas de barras como de comida, sin necesidad de colas y con ubicación que te permitía disfrutar de los conciertos; unos baños limpios y en condiciones pulcras y sin colas; sin apelotonamiento en los escenarios, pese haber mucho público (poder disfrutar un grupo en primera fila y sin pantallas no tiene precio), y lo mejor de todo sin tiempo de espera.

La zona de descanso con sillas, butacas, taburetes, césped artificial y luces. La sensación de comodidad es importante, y este festival lo tiene, además de un sonido contundente y exquisito, de manera que se escuchaba la música en buenas condiciones desde cualquier lugar del recinto.

Los horarios, perfectos para la conciliación familiar y laboral, pero también para el descanso de los vecinos y para poder desplazarte en transporte público. Un acierto, sin duda.

La paridad, ¿quién dice que no se puede cumplir? Por supuesto que AMFest la cumple, y no esperábamos menos de ellos.

¿Qué nos gustaría? Puestos a pedir, un paisaje diferente. La Farga es una nave industrial (como también lo es Fabra i Coats de ediciones anteriores), como buen centro de exposiciones, y con las atmósferas, las texturas, la brutalidad, la oscuridad, y la tensión que crean muchas de las bandas del festival, consideramos que es un lugar pobre y que quizás un marco natural o arquitectura medieval sería una confluencia perfecta entre música y paisaje para un festival tan especial.

la cual nos referimos. Durante la pandemia, sabemos que AMFest se hizo en el castillo de Montjuic, un emplazamiento magnífico, aunque sin duda el transporte público es limitado hasta aquella zona. Por eso, desde aquí proponemos el Convent de Sant Agustí de Barcelona. No nos gusta de ninguna manera como emplazamientos salas de conciertos como Apolo o Sidecar, por no tener encanto ninguno para un festival de estas características.

A continuación narraremos por día los conciertos en los que estuvimos:

Crónica del festival por días JUEVES 6 DE OCTUBRE

Sólo pudimos estar en dos conciertos, pero uno de ellos era de las bandas que más ilusión nos hacía ver y mirar. Sueño cumplido. Era el día más metalero.

IRIST, El inicio violento

Vienes del curro, corriendo casi porque es uno de tus grupos favoritos, y nada más entrar te encuentras con el tremendísimo Burning Sage que tiene ese rollo Sludge Metal tan salvaje. Te permites corear y gritar, y pensar que en un mejor horario hubiera sido apoteósico.

Después vibramos con las guitarras y esos coros de Creation, seguimos flipando con Insurrection. Qué riffs más cañeros e ideales para ir acostumbrando los músculos de tu cuello, ya que vienen unos días complicados para las cervicales.

De sus últimos temas fue Dead Prayers, otra barbaridad de track con el que casi te tienes que pellizcar para darte cuenta que el festi ya está aquí, y vas a disfrutar un montón.

NARA IS NEUS, La escalera nuclear

Elevada en un altar sustentado por escaleras, la de Sabadell nos realizó un live de Electrónica Shoegaze ambiental para introducirnos en atmósferas y texturas que nos trasladan a un apocalipsis emocional a base de soundscapes dronizados y verberados, pasados por múltiples filtros y pedales. Entornos industriales para una nave industrial como es la Farga, generando la B.S.O ideal de la situación geopolítica actual de amenaza nuclear.

VIERNES 7 DE OCTUBRE

Nos enfrentamos a un día lluvioso, casi deseado por la sequía que nos rodea. Nos causó dudas de cuántas personas asistirían al evento, pero no, el quórum no se vio afectado y asumimos la segunda jornada del festival.

Fue la que más nos gustó, para nosotros era la más exótica. Podemos resumir el día entre una batalla encabezada por grupos que representaban la oscuridad (Svalbard y Cult of Luna) y la luz (Foxtails y Tricot), el infierno y el cielo, el negro y el blanco, los orcos y los elfos…

SVALBARD, La dama roja

Serena Cherry nos embaucó con todo un recital de post hardcore. Escudada en los coros por Liam Phelan, nos sumergieron en el Punk más extremo a base de latigazos como Click Bait, Grayscale, Revenge Porn o Disparity.

De voz sonora y grave, nos embrujó convirtiendo al público en sumisas mareas de cabellos flotando a ritmo de riffs en perfecta coordinación, como si de un hechizo se tratara. No todo es Trip-Hop lo que viene de Bristol, algo más oscuro y tenebroso disfrutamos aquella tarde/ noche de octubre.

FOXTAILS, Luminosidad grunge

Blue Luno fue probablemente la frontwoman más comunicativa del festival. El primer concierto de la banda en Europa, y un sueño cumplido que demostraron con gran contundencia. El público surfeó y bailó pogos gracias a temazos como Paper Tiger, Gazelle, Space Orphan o Bbq.

Mostraron sensibilidad hacia la diversidad de género, y nos enloquecieron con la claridad de sus melodías, acompañadas de la fuerza del Screamo entre pinceladas de Rock Alternativo noventero.

Andreas Johanssom, a base de zarpazos al bajo, y Johannes Persson, repartiendo latigazos con su guitarra a la par que nos deleitaba con la fuerza de su voz, convirtieron para nosotros su directo en el mejor del festival.

The Silent Man, Blood Upon Stone, Light Son The Hill o Cold Burn. La violencia de las baterías (dos en concreto), la frigidez de los sintetizadores, la niebla del ambiente, las progresiones extensas e intensas, una experiencia inolvidable. La tensión, el sudor, la vibración son consecuencias directas de la perfecta coordinación de una banda de un nivel descomunal.

TRICOT, El método japonés

Desde el imperio del sol nos encontramos con esta banda que, pese a su pequeño tamaño, su nivel musical alcanzaba tal envergadura que nos dejaron boquiabiertos. Su facilidad para llevar el J-Pop al extremo más Hardcore o Math Rock era de una exactitud inaudita.

Melodías llenas de colorido se intercambiaban con riff brutales. Cómo agradecemos estos exotismos, estos giros de guión, estos trampantojos, estas salidas de tono, estas campanadas de unas bandas orientales cuyas maneras de hacer resultan excitantes, asombrosas y admirables. Disfrutamos temas tan chulos como Pool, Yosoiki, Anamein o 18,19.

SÁBADO 8 DE OCTUBRE

Es un festival, descrito por ellos mismos, donde los “silencios” recogen un papel importante. Los silencios son directos protagonizados sobre todo por artistas solistas, o bien formaciones con un líder de fuerte protagonismo y carisma.

Este día disfrutamos de la simbiosis entre silencio y apocalipsis, aunque realmente no sabemos qué fue más desolador emocional y musicalmente, si los silencios o los infiernos vividos. No Feeling is Final. Fue llegar y besar el santo con un directo apabullante, donde el rock progresivo y el post rock entusiasmaron al público. Minimalismo llevado al extremo, pero también a la emoción.

La compenetración de los teclados junto con las guitarras nos dejó sensaciones bellas. Los ingleses son un grupo consolidado en AMFest. Era la tercera visita, y se notó con la comodidad y la seguridad que mostraron en su directo.

Canciones tan rotundas como sensibles CoConspirators, Zarah, Not for want of trying o When we are Both Cats.

IKARIE, La imponencia de la oscuridad

La presencia imponente de su cantante Pablo Egido fue terrorífica. Vivimos la sensación de «A la oscuridad o te unes o huyes».

Nosotros nos unimos y disfrutamos de la presión, del desgarro, de las sombras, del purgatorio, con unas guitarras tensas, un sonido doloroso, un paisaje desolador, un Doom lleno de cicatrices y costuras subsanadas con ungüentos de Post Metal.

Probablemente el directo más tenebroso y denso del festival, con canciones tan destacadas como Maldición, Barro, Las cenizas o La herencia. En el mundo de Ikarie no luce el sol del Levante, se impone la noche más cruda.

ANNA VON HAUSSWOLFF, Ambient hacia el sepelio

La magia de un entierro (dado que sabíamos de sus problemas vocales y nos esperábamos lo peor). La compositora sueca nos brindó un concierto de esos que recuerdas por su encanto. Introducciones, atmósferas, capas y texturas fantasmagóricas entremezcladas con sensaciones pop clarificadoras, para zarandearnos entre vaivenes de la penumbra y la luz.

Con una fuerte presencia, se permitió el lujo de adentrarse entre el público para hacerlo partícipe de su hechizo musical. Nos iluminaba y a la vez nos estremecía con una banda de un talento indescriptible.

LINGUA IGNOTA, Quebrantos de una despedida

Una actuación conceptual realmente devastadora. Cada expresión de la norteamericana demostraba una aflicción, un sollozo.

Entre voces heterogéneas y llantos afligidos acompañados del piano de cola y atmósferas oscuras, transmitiéndonos sensaciones y emociones de pérdida, de desaliento, de pena, de daño. Todo rodeado de leds/velas artificiales en un ambiente íntimo tenebrosamente depurador.

Un show que no dejaba término medio: o te adentrabas en su destierro o huías del recogimiento. Su dramatismo es de Champions, y nos dejó canciones como Nothing but the Blood of Jesus, Pennsylvania Furnace, Many Hands o Do You Dubt Me Traitor.

CELESTE, Los ciclopes de Lyon

La llegada del apocalipsis musical vino de Francia. La banda entró en batalla desde el minuto uno con esa mezcla entre Slugge y Black Metal, a veces con pinceladas de Post Hardcore o Death Metal.

Los tapones en los oídos sufrían con cada brutalidad que salía de las manos de los músicos galos. Los rayos de luz que emitían de sus cabezas señalaban a las víctimas del poderío de sus riffs y la bestialidad de la voz de Johan Girardeu mordía por cada canción que tocaban.

Cette Chute Brutale, Des Torrents Des Coups, Comme Des Amants en Reflet o Nonchalantes de Beauté no defraudaron.

CARPENTER BRUT, El baile de sangre

Cómo el Synthwave puede llevar a la pista de baile a fans del Black Metal, Sludge, Doom o el Post Metal. Pues sí, Franck Hueso lo consiguió con una puesta en escena de rosa y fondo rojo, acompañado de sus habituales Adrien Grousset (guitarrista) y Florent Marcadet (baterista). Un derroche de Electrónica bailable conquistando al público que lo dio todo de principio a fin, algo aparentemente increíble en fans de estas características. Fue sonar Turbo Killer y darte cuenta cómo los movimientos de cabeza se complementaban con saltos a ritmos de los bombos. Frenesí y éxtasis todo en uno.

Antes escuchamos canciones de su último disco, Leather Terror, con temazos como The Widow Maker, disfrutamos de la versión Maniac, y comprobamos cómo conjurar al demonio desde la mismísima discoteca, como si estuviéramos en una película de terror.

DOMINGO 9 DE OCTUBRE

Último día de festival, y las fuerzas ya flaqueaban, pero no podíamos faltar y estuvimos en nuestros tres últimos conciertos. Nos íbamos

Midwife Isa Holliday fue la encargada de ponerle la sencillez y la fineza en la voz a la brutal energía que desprendían sus compañeros de banda. Un directo agradable. Fueron al grano y lo consiguieron.

Tremble, Aurora, Glow, Blue sonaron exquisitos por parte de los belgas herederos directos de My Bloody Valentine y Slowdive.

Concierto de contraste que también se comprobó en el movimiento de la banda. Mientras su frontwoman bailaba hipnótica e incluso sensual, por otro lado sus compañeros sudaban y embrutecían el escenario.

A.A. WILLIAMS, El aura introspectiva

La compositora inglesa se presentó con una banda formada por algunos componentes de Maybeshewill. Un directo plano, de Post Rock, con esencia nostálgica y una sensación de frialdad entre el público.

Presentó su último disco, As The Moon Rests, y nos gustaron temas como The Echo, Melt, Love and Pain o Evaporate. Para nosotros, una despedida sombría para un festival sobresaliente.

a perder a Godspeed You! Black Emperor, pero nosotros venimos a descubrir, y a los canadienses ya los habíamos visto años atrás. Tocaba elegir.

MIDWIFE, La voz del más allá

La voz que te canta a través de un teléfono, como si otra dimensión se comunicara con nosotros. Madeline Johston nos dejó un directo conmovedor, donde el Ambient y el Dream Pop combinaron a la perfección con el Shoegaze.

Intimismo, purificación, creatividad, experimentación, pesimismo, curación es lo que nos transmitió Name, God is a cop, 2018 o Christina’s World, como si de un ángel de la guarda nos cantará desde lo desconocido con guitarras minimalistas, tempos suaves y calmados, y fragilidad de letras y melodías.

AMFest 2022 - Aftermovie

La percepción es que AMFest ha dado un paso de gigante. Se ha convertido en un festival alternativo de calado internacional, y prueba de ello es que uno de los idiomas utilizados entre sus asistentes era el inglés, algunos de ellos venidos de diferentes puntos de Europa a disfrutar del evento.

Seguirá creciendo, sí, eso esperamos, pero también deseamos que se mantenga el decálogo, el buen trato, el cariño, la fe con la que han construido nuestro mejor festival del 2022.