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¿Entonces qué?

Digamos que tu instinto era correcto, y esta persona que te importa está mal.

No hay una manera correcta o incorrecta (o perfecta) de compartir tu preocupación por alguien y hacerles saber que ves su dolor y que quieres estar ahí para ellos.

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Recuerda que la persona que te preocupa seguramente creció con el mismo estigma en torno al suicidio que tú. Es posible que no se dé cuenta de que puede hablar abiertamente sobre cómo se siente.

Aquí hay un par de preguntas sugeridas tomadas directamente de la capacitación de Suspenders4Hope:

"Lamento escuchar lo difíciles que han sido las cosas últimamente. ¿Has tenido algún pensamiento acerca de terminar con tu vida?"

"Muchas gracias por ser abierto conmigo, y lamento que estés pasando por esto. ¿Has llegado al punto de tener pensamientos de suicidio?"

Evita usar lenguaje indirecto como: "¿Estás pensando en hacerte daño?"

Toda la evidencia apunta a la conclusión de que el uso de un lenguaje neutral y específico es útil, no perjudicial.

Y tú puedes ir directamente y preguntar, no necesitas rodear para poder llegar al tema.

Si no recibes un "no" claro y decisivo a tu pregunta, puedes continuar checando. Es posible que esta persona aún no se sienta cómoda abriéndose. Puede tomar algún tiempo ganar su confianza.

*Una nota sobre una comunicación sin prejuicios

"No me digas que estás pensando en suicidarte, ¿o sí? Mira todas las cosas buenas que tienes en tu vida".

Ese tipo de lenguaje efectivamente le dice a la persona en crisis que no le estás escuchando, y de hecho podrías estar juzgándola. Ese es el tipo de comentarios que pueden cerrar la comunicación.

Recuerda que el objetivo es mostrar amor y compasión a las personas en crisis para acompañarlas en su dolor.