3 minute read

8. Socialización política de la juventud

Gema García-Albacete

La socialización política es el proceso por el cual las personas adquieren las actitudes, creencias y valores relacionados con el sistema político al que pertenecen y conforman su papel como ciudadanos y ciudadanas dentro de dicho sistema. Desde los años 60, los estudios de socialización política han tratado de identificar el cómo, cuándo, dónde y de quién se adquieren di chas orientaciones (ver Neundorf y Smets, 2017) y, aunque di chos estudios evolucionaron de forma importante, sufrieron un parón en las últimas décadas del siglo XX. Con el cambio de milenio se ha dado un impulso a la investigación en torno a los procesos de desarrollo de orientaciones políticas. Esto se debe a fenómenos como la construcción europea, los flujos migrato rios, la polarización en torno a determinadas políticas, etcétera. Comprender por qué la juventud se relaciona con la política de la forma concreta en la que lo hace, así como cuáles son las influencias que conforman sus actitudes hacia el mundo políti co es especialmente importante en épocas de transformación política y social (Sapiro, 2004).

El consenso más o menos generalizado tras décadas de inves tigación es que el aprendizaje político comienza en una edad muy temprana. Los “años impresionables”, entre la infancia y la adolescencia o juventud, se consideran un periodo crucial en el que se desarrollan las actitudes y comportamientos políticos (Jennings, 1979). Debido a que durante la niñez y adolescencia no se tiene experiencia política y no se han formado todavía las preferencias políticas, los cambios tanto a nivel individual como en el contexto afectan de forma desproporcionada durante la época de juventud. Por esa razón, los cambios y transforma ciones sociales, culturales, políticos e históricos pueden crear diferencias generacionales tanto en sus actitudes como en sus comportamientos.

La segunda premisa fundamental en las teorías de socialización política se refiere a que esas actitudes y orientaciones básicas adquiridas durante los años impresionables tendrán gran per sistencia a lo largo de la vida de una persona. Hasta qué pun to el aprendizaje político puede continuar más allá de los años formativos y producirse durante toda la vida de una persona es

algo que también se ha discutido profusamente en la disciplina. Se ha llegado a la conclusión de que la hipótesis más plausible en cuanto al desarrollo de actitudes y preferencias es la que combina la persistencia de las actitudes a lo largo de la vida con la posibilidad de pequeños, pero aun así visibles, cambios durante la edad adulta (Kinder y Sears, 1985). Ahora bien, los cambios que tienen lugar en la edad adulta suelen ser respues tas a circunstancias que implican impactos importantes o trau máticos (Dinas, 2013).

En cuanto a los mecanismos por los cuáles la socialización po lítica tiene lugar, estos son diversos y en ocasiones comple jos ya que pueden interaccionar distintos contextos, procesos y agentes. En primer lugar, los niños y las niñas aprenden de forma directa o indirecta a través de los llamados agentes de socialización, estos son: la familia, el colegio, los grupos de pa res, los medios de comunicación y el contexto social y político. El aprendizaje también se produce mediante la formación de hábitos, por lo que votar las primeras veces es más costoso, pero una vez se ha votado comienza a formarse el hábito y se reducen los costes (Plutzer, 2002). Lo mismo ocurre con otras formas de participación más costosa como son las manifesta ciones, las primeras veces parecen ser las más difíciles (Verhulst y Walgrave, 2009).

En el Capítulo 7 se ha visto que, a partir de la Gran Recesión, la población joven en España se interesa por la política más de lo que lo hacían jóvenes de generaciones anteriores, e incluso ya no es tan importante la brecha de interés entre la población joven y adulta. En este capítulo se van a examinar las opor tunidades de socialización política del colectivo juvenil en dos ámbitos fundamentales: la familia y la escuela. Por primera vez en décadas, en España se cuenta con información detallada del nivel de implicación política de sus familias, si la juventud en España ha disfrutado de un clima de discusión abierta en la escuela, así como si ha tenido oportunidades de participar du rante su etapa formativa. Además, se va a evaluar brevemente el acceso que han tenido a esas oportunidades formativas en función de su clase social. Por último, se analizará si estas opor tunidades sirven como antecedentes para explicar su mayor ni vel de interés y eficacia política.