Narrativa 2012

Page 141

Mi padre arranca el coche, el motor suena raro, hace frío y le cuesta mantenerse en marcha. ––¿Te gusta? –– me pregunta. ––Claro ––digo yo. ––Espero que no sea un capricho más. ––Descuida, no lo será. ––¿La usarás? ––Por supuesto. ––¿Seguro? ––Sí. ––¿Has usado alguna vez una máquina de escribir? ––Nunca. Sonríe, pero no dice nada más. Saca un paquete de tabaco del bolsillo de su camisa y se enciende un cigarrillo usando el mechero del salpicadero. Circulamos de vuelta a casa en silencio. Las calles están vacías e iluminadas con motivos navideños. Tardamos menos de diez minutos en llegar y conseguimos estacionar a un par de calles de nuestra casa. Mi padre detiene el motor pero no se baja del automóvil. Yo tampoco. ––Si algún día... ––me dice ––, si algún día consigues publicar un libro o algo de eso, recuerda que tu padre te compró tu primera máquina de escribir por mil pesetas. Le miro pero no digo nada. No digo nada porque tengo nada que decir y porque creo que él no espera que le diga nada. Bajamos del coche y caminamos en silencio hasta el portal. ––Hace frío ––dice mi padre mientras abre la puerta. ––Hace frío ––le confirmo.

148


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.