La clausula piensalo bien ante mirian g blanco

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TYLER, ESTÁS CELOSO Melisa alzó de nuevo las braguitas negras con rayas de colores sin dejar de analizarlas con sumo detalle. «Y si Tyler y yo llegamos a...». —¡Dios! —exclamó mientras sus mejillas se teñían de un color rosado. ¿Como podía pensar que Tyler llegaría a verle su ropa interior? Él mismo le confesó que ella no era la clase de mujer en la que se fijaría. Solo era una mera acompañante de negocios. ¡Punto! —Mely. —La voz de su madre irrumpió en sus pensamientos provocando que, en reacción, lanzara sus bragas al suelo. —¡Mamá! Me has asustado —confesó con voz temblorosa y con la mano en el pecho, aún nerviosa por sus lascivos pensamientos. —Estoy tan orgullosa de ti, cariño —confesó, mientras le acariciaba la mejilla —. Ethan ya se lo ha contado al vecindario. Todos están felices por tu nuevo trabajo y el éxito que vas a tener. Tu padre dice que estarás en buenas manos, que la familia Mccartney es leal y de palabra. —No podía decir lo mismo de su hijo... —murmuró entre dientes mientras doblaba un par de camisetas. —¿Qué has dicho, Mely? —Nada, mamá. Yo también estoy feliz. Prometo que cuando cobre la primera paga os enviaré el dinero. —Melisa, no es tu deber cuidar de la familia. Yo... —dijo ella con un hilo de voz—. Sé que Ana y tú os merecéis algo mejor. —¡Mamá! —exclamó con enojo—. Ana y yo hemos tenido un amor incondicional, cariño y salud. No necesitamos dinero para ser felices. Ahora lo primordial es liquidar las deudas de papá y la hipoteca de la casa, ¿vale? María asintió con la cabeza cuando la pequeña Ana apareció por sorpresa. Todos querían despedirse de Melisa y desearle suerte en su primer viaje de


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