La clausula piensalo bien ante mirian g blanco

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a los dos —dijo, observando a Kate que aún permanecía tumbada en la camilla. —Deberías plantearte en ser pronto papá —habló Kate—. Desde que Melisa ha llegado no ha soltado a Dexter ni un segundo. La dulce risilla de Melisa hizo que Tyler la observara. Sus miradas se conectaron en la distancia disimula, como si los pillaran copiando en un examen. ¡Estaban nerviosos! —Gracias por robarme a mi chica, mamá —expresó él, acercándose a la morena. —De nada, hijo mío, pero aún te falta pagar el rescate —dijo ella con tono gracioso. Cuando Tyler se acercó a Mely, observó al bebé durmiendo plácidamente entre sus brazos. —Se ve tan frágil e inocente... —susurró ella con voz dulce sin dejar de acariciar con su dedo índice la mejilla del niño. El móvil de Tyler interrumpió aquel mágico momento. Retiró el aparato del bolsillo de su chaqueta, observó la pantalla y se puso rígido. —Dile a los de la empresa que se ocupen ellos de lo que sea. Hoy es un día especial para la familia —ordenó Enrico, levantándose del asiento para caminar hacia Melisa. Tyler frunció el ceño con fuerza, sin dejar de apretar el celular. —No os preocupéis. Voy a ver qué sucede. Vengo ahora —dijo, sin antes darle un fugaz beso en la frente de Melisa. Caminó con paso firme y acelerado por los pasillos del hospital. Sabía muy bien a dónde dirigirse y así hizo cuando sus pies se pararon frente a una puerta acristalada. Volvió a releer el mensaje de texto que le había llegado. Sus venas ardían, amenazaban con abrasar su carne. La cólera lo estaba quemando por dentro y la causante tenía nombre y apellidos. Gruñó con rabia y, sin un mínimo de educación, entró como un energúmeno en el despacho. —Te estaba esperando, amorcito —dijo la rubia con tono sensual, sentada encima del escritorio con un vestido demasiado corto y escotado. *****


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