Spanish completa. Un artículo del 2016 del American Journal of Clinical Nutrition resumió un resultado de un trial en el que aquellas personas que consumían legumbres una vez por día tenían mejores resultados en el descenso y el mantenimiento del peso.
Arándanos: son beneficiosos para nuestra salud porque contienen vitaminas C y K pero además traen antioxidantes y nutrientes para la salud cardiovascular, la salud cerebral y la prevención de la diabetes. Tal es así que un estudio del 2013 de la American Heart Association arrojó como resultado que las mujeres que consumían arándanos y frutillas tenían menos riesgo de padecer enfermedades cardíacas. Cacao: el chocolate y el cacao amargo contienen numerosos beneficios dentro de los que se encuentra la salud cardiovascular, mejoran la resistencia a la insulina, regulan la presión arterial, y los niveles de colesterol. También provee hierro y magnesio y flavonoides.
Vegetales verdes: todos poseen gran cantidad de nutrientes. En especial aquellos de hoja, son bajos en calorías y altos en micronutrientes, contienen fibra, vitamina C, K, hierro. Lo ideal es mezclar distintas variedad de vegetales verdes: espinaca, rúcula, lechuga. Dentro de los beneficios, se encuentra el de ser protectores de la salud cognitiva, la memoria y la prevención de Alzheimer.
Semillas de lino: contienen altas concentraciones de proteínas, fibras, fitonutrientes y omega 3. Lo más conveniente es molerlas para aprovechar mejor sus nutrientes. Hay que prestar atención a los alimentos con omega 3: estos ácidos grasos son beneficiosos para la salud cardiovascular y nos protegen contra el Alzheimer, depresión, la inflamación, el cáncer, la diabetes y el degeneramiento neurológico.
Kale y crucíferas: el kale es considerada, junto con las crucíferas, como una superverdura. Contiene vitaminas y minerales esenciales como el manganeso, las vitaminas A, C y K y las vitaminas del complejo B. En el caso del Kale,
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además contiene grandes concentraciones de Calcio, y contiene compuestos que previenen el cáncer.
Limón: contiene grandes cantidades de vitamina C, ayuda al sistema inmunológico, a absorber mejor el hierro y es un poderoso antioxidante. Contiene además muchas propiedades anticancerígenas
Quínoa: además de ser un pseudocereal porque en realidad es una semilla, la quínoa tiene todos los aminoácidos esenciales que la hacen una proteína completa. No contiene gluten y es nutricionalmente densa. Reduce el colesterol, controla la presión arterial y mejora la función cardiovascular. Contiene fibra, manganeso, magnesio, fósforo, vitaminas del complejo B y hierro. Un estudio de 2015 arrojó como resultado que la quínoa además es un excelente prebiótico, favoreciendo la salud de la microbiota intestinal. Cúrcuma: es una raíz que contiene grandes propiedades antioxidantes, y es además el principal ingrediente en el curry. Se puede disfrutar en bebidas o para resaltar comidas. El poder antiinflamatorio de la curcumina la convierte en un antioxidante de excelencia. Tiene propiedades digestivas y calmantes.
Algas: son conocidas por sus propiedades antioxidantes, por contener fibra, proteínas, hierro, calcio, magnesio, y manganeso. Contienen iodo que es beneficioso en cantidades controladas, especialmente para aquellas personas con afecciones tiroides. Las algas que podemos encontrar y consumir son el alga de mar, kombu, wakame, nori y lechuga”. “Lamentablemente, no. Vuelvo al concepto de la comida real, verdadera, con todos los macro y micronutrientes que necesitamos para vivir plenamente. Las bebidas en polvos y las cápsulas constituyen productos procesados, manufacturados que distan de ser alimentos reales, integrales. Como health coach insto a mis clientes que deconstruir estas prácticas y a preguntarse por qué llegar a este tipo de conductas que promueven la restricción y no educan sobre lo que realmente es una alimentación integral saludable”. l