Newsletter N.º 31 | Projeto Territórios Sustentáveis para a Paz em Caquetá

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BOLETÍN N° 31 Abril 2021

TCSP ha trabajado en dos renglones económicos que son estratégicos para el departamento y que pueden tener un potencial muy grande en términos de inclusión social y desarrollo económico rural: el cacao y los productos no maderables del bosque (PNMB). Ambas apuestas cumplen con las características y condiciones que defiende el proyecto: (i) son actividades que no ponen en riesgo los ecosistemas y que fomentan el aprovechamiento sostenible de los suelos y las especies locales; (ii) existe una alta demanda en el mercado y grandes oportunidades para la innovación, la diversificación y la generación de valor agregado; (iii) están alineadas con la visión de desarrollo que plantea el Departamento de Caquetá tanto a nivel comunitario como a nivel de los instrumentos territoriales de planificación; (iv) permite la participación activa de las comunidades campesinas y de las poblaciones vulnerables de la región, facilitando el mejoramiento de sus ingresos y sus economías familiares. Estos elementos representan el enfoque estratégico de TCSP y están totalmente alienados con los resultados que se esperan de la intervención, así como con su visión de sostenibilidad, una vez concluya la financiación externa. Por esta razón, a lo largo de este boletín hacemos un recorrido por ambas líneas de trabajo, visibilizando su alcance e integralidad. Esto se refleja principalmente en un modelo de incidencia a lo largo de toda la cadena de valor, conectando asistencia técnica en finca, asesoría y formación especializada, fortalecimiento organizacional, dotación de infraestructura y maquinaria para la transformación, acceso a financiación y acciones para el acceso a los mercados.

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Se mejoran los conocimientos y las capacidades de los cacaocultores para la implementación de buenas prácticas de cosecha y postcosecha del cacao El proyecto no solo se enfoca en el fortalecimiento de los modelos de negocio a nivel rural sino que también pretende impulsar una transformación cultural, es decir, una modificación de los patrones de comportamiento y manejo de los productores con el objetivo de garantizar un menor impacto ambiental y una mayor protección de los ecosistemas locales. Esta tarea no es sencilla ya que las dinámicas tradicionales han sido diferentes y no son siempre compatibles con el enfoque sistémico y de producción orgánica que fomenta TCSP. A pesar de estas dificultades, los avances del proyecto en esta materia son muy significativos y se identifica que cada vez hay una mayor sensibilización sobre el tema y una disposición creciente de los participantes para aprender e incorporar estas recomendaciones. Aunque el porcentaje de productores que están vinculados a estas iniciativas es todavía incipiente, son líderes y pioneros que pueden consolidarse como una referencia a nivel local y motivar la participación de nuevas comunidades sobre a través de su ejemplo. Se espera que la experiencia de TCSP permita consolidar un conjunto de casos de éxito a nivel territorial, los cuales pueden ser replicados, adaptados o escalados a otros contextos y subregiones del Caquetá. Para avanzar en este proceso el equipo técnico ha diseñado un conjunto de talleres y un plan individualizado de acompañamiento en campo. Por un lado, se trata de mejorar el conocimiento teórico y garantizar que se manejan los conceptos y enfoques básicos. Por otro lado, se trata de transferir un conjunto de metodologías y prácticas que puedan mejorar las actividades de cultivo, manejo y beneficio y brindar asistencia técnica en finca para apoyar su implementación.

Durante los días 12, 13 y 14 del mes de Abril se desarrolló el taller de buenas prácticas de cosecha y postcosecha, el cual contó con la orientación y el liderazgo de Elizabeth Agudelo Villamizar, de Arauquita (Departamento de Arauca). Esta región es conocida por sus variedades nativas, por la calidad de su cacao y por su creciente reconocimiento a nivel internacional. El taller tuvo una gran aceptación por parte de las comunidades y los actores locales ya que es un tema ampliamente demandado por ellos y que puede tener un impacto muy significativo en la gestión de sus unidades productivas. En ese sentido, la participación fue amplia y se contó con la asistencia de 2 representantes de cada una de las siguientes organizaciones: Comité de productores de cacao en sistemas agroforestales de la Unión Peneya (COPROPENEYA), Asociación de productores de cacao Santa Rosa (ASPROCASARO), Asociación de cacaoteros de El Paujil, Caquetá (ACPAC), Comité de Cacaoteros de los municipios de El Paujil y El Doncello (COMCAP), Corporación de productoras y transformadoras de cacao amazónico del municipio de El Doncello (CHOCOAMAZONIC) y el Comité de Cacaoteros del Caguán (CHOCAGUAN). Los integrantes del equipo productivo del proyecto también acompañaron todas las jornadas, ya que como técnicos locales se encuentran en permanente capacitación con el objetivo de garantizar la capacidad instalada y la posibilidad de difusión a futuro. https://www.blueshieldcafoundation.org/

https://www.blueshieldcafoundation.org/

El currículo formativo se centró en tres áreas de trabajo, distribuidas en cada una de las jornadas. En primer lugar, se dedicó un día completo a hacer un recorrido teórico por los temas más relevantes. Por un lado, se les dio una introducción general sobre los comportamientos del producto y del mercado, principalmente en términos de evolución histórica, tendencias globales, comportamiento de los consumidores, etc. Por otro lado, se socializaron otros ámbitos y dimensiones más relacionadas con manejo y calidad: fermentación, fase anaeróbica y fase aeróbica, composición de la pulpa y su acción microbiana, picos de temperaturas, cambios internos en el grano y secado y perdida de humedad. Los participantes interactuaron con la experta y compartieron numerosas experiencias sobre sus fincas y los problemas que enfrentan en su ciclo productivo. http://www.artofhosting.org/

En segundo lugar, se programó una jornada de trabajo en campo, la cual se desarrolló en la vereda La Serranía. Esto permitió aplicar muchos de los conocimientos destacados durante el día de formación teórica e intercambiar conocimientos sobre las diversas prácticas de cosecha, recolección y preparación existentes así como de las técnicas más apropiadas para la selección de granos y el manejo de cajón de fermentación. Los problemas que manifiestan los productores son comunes a gran parte de ellos, por lo que el espacio se convirtió en oportunidad valiosa para compartirlos y discutir sobre las alternativas de solución, con la asesoría y las recomendaciones de la experta.


Por último, se organizaron unos ejercicios demostrativos para evaluar la calidad de los granos de cacao. Para ello, se tomaron cinco muestras diferenciadas y de manera conjunta se hizo una revisión individualizada de cada una de ellas, discutiendo con los participantes cuales eran las características diferenciales, como se valoran por parte de los clientes más especializados y cual es la relación entre mejores prácticas de manejo y mejores condiciones y calidad. Esta jornada permitió culminar el proceso de formación y conectar conocimiento empírico, procesos de producción y comercialización. Los resultados se han podido visibilizar en el marco de las iniciativas de comercialización colectiva que viene impulsando el proyecto, actualmente a tres niveles: se han mejorado los métodos de recolección, se han aplicado los modelos de fermentación y las fichas de procesamiento en los centros de acopio y se han mejorado las prácticas de secado para retirar la humedad del grano y liberar acidez y astringencia.

Se desarrolla un taller de chocolatería y bombonería, mostrando a los productores como es el proceso de agregación de valor y que técnicas son necesarias para lograr un producto de alta calidad El proyecto trabaja con la cadena productiva del cacao y, por lo tanto, no solo se concentra en el acompañamiento en finca y en la puesta en marcha de los centros de acopio comunitario. Estas primeras etapas garantizan la calidad del producto y son estratégicas para aquellas familias y organizaciones que venden en grano, ya que esto puede incrementar su precio de venta y mejorar las condiciones de negociación y alianza comercial. En cambio, también se trabaja con organizaciones que se dedican a la transformación del cacao y que también son compradores a nivel territorial. Estas iniciativas inciden en otros eslabones de la cadena, sobre todo en aquellos que se dedican a la transformación y a la elaboración de productos orientados al consumo final. Aunque ya hay experiencias positivas en el Departamento del Caquetá, el proyecto ha identificado la necesidad de fortalecer sus conocimientos en tres ámbitos: utilización de maquinaria y equipos, control y estandarización de la calidad e innovación y diversificación hacia nuevos productos y mercados. Durante este mes se programó un curso de 5 días completos para abordar estos aspectos.

El ciclo de talleres tuvo una semana de duración y se desarrolló entre los días 15 y 19 de Abril en la planta agroindustrial de procesamiento de cacao, ubicada en el municipio El Paujil, la cual fue puesta en marcha en el marco del proyecto TCSP. El proceso se denominó “Chocolatería y bombonería para el fortalecimiento de los procesos productivos que caracterizan la transformación del cacao, con aprovechamiento de materiales promisorios de la región”. Como podemos observar la propuesta mantiene la lógica general del proyecto, la cual vincula potenciales endógenos locales, vocación e identidad territorial y dinámicas de mercado. El ciclo fue liderado también por Elizabeth Agudelo, de la finca Villa Gaby del municipio de Arauquita (Arauca), contó con la participación de la gran mayoría de asociadas de CHOCOAMAZONIC, representantes de las organizaciones CHOCAGUAN y COPROPENEYA y delegados de la Universidad de la Amazonía. Todos ellos son actores que, de una u otra forma, tienen relación y experiencia directa con la transformación del cacao y con la investigación de nuevos usos, formatos y propuestas comerciales. En total participaron 18 personas quienes tuvieron la oportunidad de hacer un recorrido completo, práctico e intensivo por todas las etapas del ciclo productivo. Se realizaron las actividades de tostión, explicando detalladamente el uso de la maquinaria y los equipos, y se debatió colectivamente como se produce la evolución aromática y que tipo de técnicas permiten aprovechar al máximo las características y los diferenciales de cada cacao. Se socializaron buenas prácticas para el proceso de descascarillado, donde se obtiene el nib, que es el resultado de la extracción de la cascarilla de la almendra. Las metodologías de trabajo planteada permite preservar la calidad y evitar un manejo agresivo o invasivo del producto. De manera colectiva se hizo una premolienda, a través de la cual se reduce el micraje para pasar a la etapa de refinado y


conchado. En esta fase, se compartieron fórmulas para combinar los nibs con azúcar y manteca y fusionarlos en chocolate, garantizando equilibrio y balance. Finalmente, los participantes pudieron aprender diversas técnicas para la elaboración de bombonería y para realizar las actividades de relleno y combinación de sabores. Para ello, se utilizaron frutos originarios del Amazonas, valorizando los recursos y los activos territoriales. Se destacan tres grandes resultados finales. Por un lado, las mujeres participantes han logrado tecnificar su producción y poner en marcha estrategias para la mejora de la calidad de sus productos. Ahora cuentan con mejores técnicas y con un mayor conocimiento para manejar los utensilios y maquinarias proporcionadas por el proyecto. Por otro lado, se realizaron innovaciones prácticas y se logró la elaboración colectiva de productos novedosos para ellas como barras de chocolate al 65%, bombones rellenos, ganache recubiertos de frutos secos como el sacha inchi y el castaño y manteca de cacao de diversa composición y características. Por último, el ciclo intensivo de formación permitió certificar a los participantes, lo que abre futuras oportunidades para que ellas se conviertan a su vez en formadoras y difundan el conocimiento adquirido en otras comunidades y organizaciones de base.

Continua el fortalecimiento de la cadena de canangucha generando condiciones adecuadas para el trabajo en altura y compartiendo estrategias para la prevención y protección contra caídas Aunque la canangucha es una palma que está presente de manera tradicional en las fincas y en los ecosistemas caqueteños, la explotación de estas especies es relativamente novedosa y no existe un conocimiento extendido sobre cuales son las técnicas para hacerlo de una forma eficiente y efectiva. Además, el proyecto tiene un requisito primordial y es que dicho aprovechamiento sea sostenible, es decir, que no ponga el peligro el crecimiento y la supervivencia de las plantas que proveen los frutos. Para ello es importante que la extracción no se haga tumbando bosque sino que los frutos se corten y recojan sin cortar las raíces o las ramas que dan vida y alimento a la planta y a las especies que la rodean. Para ello hacen falta técnicas, herramientas y conocimientos específicos. Durante los últimos meses las comunidades de base han recibido asesoría especializada por parte de equipo de TCSP para poner en práctica dichos procedimientos y garantizar que las iniciativas de desarrollo económico no representen una mayor afectación ambiental y ecosistémica. En el mes de Abril, las acciones se han concentrado en formar a los productores para la realización de trabajos en altura y en la transferencia de metodologías para prevenir potenciales caídas y accidentes.

Para ello, se programó un ciclo de capacitación que tuvo lugar los días 13, 14 y 15 de Abril en las instalaciones de PREVENSST S.A.S en la ciudad de Florencia – Caquetá y que se desarrolló bajo la supervisión y las instrucciones de los profesionales de dicha empresa. Las jornadas contaron con la participación de cinco personas del equipo de cosecha de frutos de canangucha pertenecientes a la Asociación de Mujeres Rurales de Colombia y el Caquetá (ASMUCOCA) y dos técnicos del componente productivo del proyecto, quienes podrán aplicar algunos de estos aprendizajes en futuras iniciativas de asesoría y asistencia técnica. El objetivo fue generar condiciones para que los beneficiarios del proyecto puedan cosechar los frutos de canangucha con protocolos adecuados y garantías suficientes. Antes de comenzar el proceso formativo, se realizó un examen de evaluación médica ocupacional con énfasis en altura, para verificar que las personas que van a asumir dichas funciones en las comunidades son aptas y no presentan riesgos adicionales para ejecutar actividades de altura. Se identificaron los equipos y herramientas de trabajo necesarios, principalmente: arnés de seguridad, casco, gafas protectoras, zapatos con suela antideslizante, conectores, mosquetones, eslingas, pretales y cuerdas certificadas. De manera conversada y a través de ejercicios prácticos, se revisó el modo correcto de uso de cada uno de estos instrumentos, se respondieron inquietudes y se dieron indicaciones para la elaboración de nudos con las cuerdas de seguridad.


Se socializaron cuales son las principales causas de accidentes, cuáles son los actos inseguros más comunes, se explicó la diferencia entre peligro y riesgo y los mecanismos para identificarlos y se aclararon los diversos tipos de responsabilidades (laboral, civil, penal, administrativa). Finalmente, se explicó la resolución 1409 de 2012 que legisla y regula el trabajo en alturas. Por último, se realizó un conjunto de ejercicios prácticos: entrenamiento de escalado, elaboración de nudos y rescate en altura, instalación y desinstalación de andamios, trepa en postas de concreto con el uso de pretales y eslinga de posicionamiento, entre otros. Todos los contenidos contribuyen directamente a una mejora de las prácticas de extracción y aprovechamiento que realizan las organizaciones, con resultados positivos en tres dimensiones: mayores garantías de seguridad para los trabajadores, incremento de la productividad por jornada y mejores protocolos para el cuidado y protección de las palmas. Tras este ciclo formativo ASMUCOCA ya cuenta con dotación, herramientas y conocimientos para el aprovechamiento sostenible.

Se mejoran las capacidades comunitarias para la identificación de la palma élite de canangucha (mauritia flexuosa), la obtención de aceite y harina vegetal y la elaboración de productos derivados La cadena productiva de Productos No Maderables del Bosque (PNMB) es una apuesta económica prioritaria para el Departamento de Caquetá, tal y como se recoge en sus planes de desarrollo y en sus estrategias de mejora competitiva. A pesar de ello todavía es una iniciativa novedosa y las acciones del proyecto representan un enfoque pionero en términos de desarrollo rural con enfoque territorial. Por esta razón, el equipo productivo no solo ha realizado inversiones y compra de maquinaria sino que ha invertido importantes recursos técnicos y financieros en la transferencia de conocimiento, el acompañamiento en campo y la realización de ejercicios piloto. Hoy en día, las comunidades cuentan con capacidades sólidas para el aprovechamiento sostenible, pero todavía se requieren ciertas acciones de refuerzo para la transformación y la generación de valor agregado de los frutos recolectados. Hay que tener en cuenta que el modelo de negocio se centra en la elaboración de productos derivados y no en la comercialización de la materia prima. En esta línea de acción se ha trabajado durante el mes de Abril, mediante la programación de una semana de formación teórico-práctica que se desarrolló entre el domingo 18 y el lunes 26 con el objetivo de fortalecer los procesos de obtención de aceite y harina vegetal y la diversificación hacia nuevos productos. Este proceso se llevó a cabo en la planta agroindustrial Copoazú, ubicada en la ciudad de Florencia y perteneciente a la organización Agrosolidaria. La capacitación fue liderada por el consultor Víctor Mario Sánchez quien, desde hace varios años, coordina un estudio científico sobre el fruto de la canangucha y sus usos en el entorno de San José del Guaviare. Esto permitió capitalizar los aprendizajes acumulados en dicha región, la cual guarda importantes similitudes con el Departamento de Caquetá a nivel social, ambiental y cultural. Los talleres contaron con la participación de cuatro representantes de ASMUCOCA y tres agrónomos delegados por el proyecto. Esta organización es la principal responsable de la planta de transformación de aceites vegetales y productos no maderables del bosque que ha sido implementada por TCSP y algunas de las participantes están directamente vinculadas en la gestión y en la administración de dicho espacio. La semana se distribuyó en tres grandes temas, que permiten conectar teoría y conocimiento empírico.


Por un lado, se hizo entrega de un conjunto de documentos técnicos que guiarán las acciones de la organización y que servirán de hoja de ruta para el desarrollo de la actividad económica. Son cuatro principalmente: (i) lineamientos técnicos para el proceso de congelación y deshidratado de la pulpa y protocolo para su correcto almacenamiento.; (ii) guía para la obtención de harina vegetal y extracción de aceite de canangucha; (iii) recomendaciones para la identificación y caracterización de palmas elite de canangucha, y; (iv) informe ejecutivo que describe los puntos críticos y las potenciales soluciones para cada etapa del proceso de aprovechamiento y transformación del fruto. Todos estos materiales fueron socializados y debatidos con los participantes, garantizando su comprensión y aplicación. Por otro lado, se realizaron pruebas para la extracción del aceite. Para dichos ejercicios se hizo uso de dos equipos tecnológicos. Primero, una extractora de aceites modelo VF-4 con capacidad de 2 kg/h y un tornillo sinfín y, segundo, una prensa hidráulica eléctrica con capacidad de 4-6 kg/h. Los ensayos se realizaron con pulpa de canangucha deshidratada y sirvieron para poner en práctica gran parte de los protocolos, lineamientos y recomendaciones que habían sido socializadas en las anteriores jornadas. Por último, se aprovechó el espacio y la maquinaria para elaborar un número significativo de productos derivados, entre los que podemos destacar helados, mermeladas, cupcakes, galletas, yogurt y vino (todavía en fermentación). Esto supuso una oportunidad muy valiosa para que los participantes pusieran a prueba sus conocimientos y resolviesen dudas en tiempo real. Las jornadas concluyeron con un recorrido para comprender cuales son las principales variables que determinan que una palma de canangucha sea de élite, es decir, con gran potencial para el aprovechamiento.

El cierre de este proceso formativo supone un hito particular para ASOMUCA y para el proyecto, ya que complementa las inversiones que se han realizado en la planta agroindustrial y en la maquinaria y herramientas para la recolección y transformación del producto. Podemos decir que ya se cuenta con las condiciones locales necesarias para iniciar de manera formal y continuada la actividad económica y para establecer las bases de crecimiento del modelo comunitario de negocio.

ESPECIAL APOYOS FINANCIEROS A TERCEROS Un gran componente de TCSP ha sido el fortalecimiento de las organizaciones de base, las cuales representan los proyectos colectivos de diversas poblaciones y comunidades locales. Junto con el proceso de acompañamiento y formación que han recibido, el instrumento de Apoyo Financiero a Terceros (AFT) ha permitido la transferencia directa de recursos y la puesta en marcha de algunas de sus ideas e iniciativas prioritarias. En cada boletín, destacaremos el rol de una de estas organizaciones, así como sus principales potenciales, características y aspiraciones ASMUCOCA, una organización que, bajo el liderazgo de mujeres rurales, se ha consolidado como un espacio legítimo y eficaz para el desarrollo económico y la construcción de capital social La Asociación de Mujeres Rurales de Colombia y del Caquetá está conformada por 90 personas, pertenecientes a 19 veredas del municipio de La Montañita, quienes se asociaron inicialmente con el objetivo de buscar nuevas oportunidades de ingreso y empleo. Con el paso del tiempo la organización ha ido aumentando su presencia e incorporando nuevos ámbitos de trabajo hasta convertirse en una plataforma de referencia para visibilizar las demandas de las mujeres, desarrollar acciones de incidencia política y movilizar recursos y apoyos para la implementación de nuevas iniciativas y proyectos. ASMUCOCA se ha posicionado como un ejemplo de organización comunitaria que ha logrado diversificar rápidamente sus líneas de intervención y brindar progresivamente más y mejores servicios a sus asociadas, muchas de ellas ubicadas en áreas rurales dispersas de muy difícil acceso.


Podemos destacar tres grandes componentes en los que se está trabajando actualmente. En primer lugar, el desarrollo de una granja colectiva en la vereda Luz de Esperanza, como proyecto comunitario para el cultivo y la producción de diversas especies. El impacto de esta iniciativa no se limita a la creación de nuevas oportunidades de negocio sino que tiene un gran potencial en términos de reconstrucción del capital social y recuperación de la confianza. La granja es un ejemplo de inclusión y participación desde la base y representa un laboratorio local para la innovación y para la implementación de nuevas apuestas para el desarrollo rural. En segundo lugar, las mujeres cuentan con un local comercial en la zona urbana del municipio, donde comercializan productos que cultivan en las unidades productivas familiares y en la granja colectiva, así como otros víveres y abarrotes necesarios para la canasta familiar. Esto permite optimizar los procesos de intermediación y establecer canales directos de relacionamiento entre productores y cliente final. Por último, la organización ha venido interactuando con otras cadenas productivas, como la piscicultura, los procesos agroindustriales o el aprovechamiento de los PNMB. Este proceso de diversificación está posicionando a la organización ante diversas entidades e instituciones, que empiezan a visualizarla como un espacio funcional para la transformación económica local.

En este último punto es donde se ha dado una mayor articulación con el proyecto TCSP, combinando fortalecimiento productivo, apoyo comercial y acompañamiento organizacional. Las inversiones realizadas desde el componente productivo se han centrado en la cadena de PNMB, lo que ha permitido poner en marcha toda una línea de trabajo con la palma de la canangucha a través de formación, asesoría especializada y construcción de infraestructura (una planta de transformación). De manera complementaria, ASMUCOCA ha sido priorizada por el equipo social durante los tres años de intervención y ha participado en la convocatoria de Apoyo Financiero a Terceros (AFT), lo que ha desencadenado la aprobación de un proyecto. Destacamos tres grandes resultados de este proceso: Se ha incrementado el capital de trabajo disponible para ayudarles a solucionar problemas de flujo de caja con el objetivo de aumentar la compra de productos a las productoras asociadas, mejorar los procesos de comercialización y aumentar el volumen de venta y la capacidad de stock. Se ha fortalecido capacidades en dos áreas. La comunicación interna, activando la planeación estratégica y reestructurando la distribución de roles y responsabilidades, y la comunicación externa, promoviendo una mayor visibilidad de la OSC y su oferta de servicios por medio digital. La AFT ha permitido adquirir diversas herramientas tecnológicas, como un software contable y un computador, y diferentes materiales locativos como vitrinas, planta de energía, entre otros. El objetivo es incrementar las capacidades de planificación, gestión y control de la organización. ASMUCOCA es un ejemplo de que la economía social y solidaria puede ser un motor de cambio a nivel comunitario y un mecanismos efectivo para el empoderamiento de las mujeres y la reducción de muchas de las desigualdades e injusticias que enfrentan. La dimensión económica es el principal área de trabajo de la organización pero su crecimiento y su capacidad de articulación y coordinación a nivel rural visibilizan otras potencialidades y fortalezas en términos de inclusión social y construcción de paz.

CHOCOAMAZONIC, un ejemplo territorial de innovación comunitaria, de transformación de cacao y de elaboración de chocolate y otros productos de alto valor agregado La Corporación de Productoras y Transformadoras de Cacao Amazónico de El Doncello está integrada por 19 mujeres pertenecientes a las áreas rurales del municipio y a otras comunidades cercanas. Gran parte de ellas son productoras, es decir, tienen cultivos de cacao y de otras especies y han estado interesadas en su procesamiento y transformación. Esta visión compartida motivó la unión entre las asociadas y la conformación de una figura organizativa que les permita buscar alianzas, impulsar nuevos proyectos e iniciativas y comercializar sus productos de manera conjunta. Desde el comienzo ha habido varios princi-


pios que han caracterizado el trabajo de CHOCRPOAMAZONIC: el liderazgo de las mujeres rurales, la visión de mercado y de generación de valor agregado y la participación colectiva en los procesos de venta. Aunque la organización cuenta con un recorrido interesante y ha ido avanzando en su curva de aprendizaje, todavía existen ciertas debilidades y aspectos de mejora. La implementación del Índice de Capacidad Organizacional (ICO) permitió identificar tres grandes áreas de trabajo, en las que el proyecto ha incidido desde sus diversos componentes y líneas de acción:

A través del equipo productivo se ha brindado formación y asesoría especializada, se ha facilitado el intercambio de conocimiento y buenas prácticas y se ha dotado de maquinaria y herramientas para el procesamiento del cacao. Actualmente la organización cuenta con capacidad instalada para elaborar chocolate de gran calidad, diversificar su oferta con otros productos derivados e implementar innovaciones, como por ejemplo, el uso combinado de especies amazónicas. En términos de fortalecimiento organizacional, TCSP ha organizado un conjunto amplio de capacitaciones con el objetivo de fortalecer sus procedimientos administrativos y financieros y garantizar que el crecimiento de la operación comercial va acompañada de la incorporación de herramientas y prácticas empresariales. El proceso ha combinado formación con asesoría y acompañamiento, garantizando que las responsabilidades son distribuidas y puestas en práctica. Los recursos del Apoyo Financiero a Terceros (AFT) han permitido dos tipos de inversiones. Por un lado, la compra de equipos y recursos necesarios para su funcionamiento. Entre ellos cabe destacar equipo de cómputo, impresora, software de facturación electrónica y mejoramiento de diseño y empaque para el chocolate amargo. Por otro lado, incremento de su capital de trabajo, dotándoles de recursos para la compra de cacao en grano de alta calidad. Esto permite superar uno de los grandes problemas de la organización, que es su incapacidad para pagar a los productores de manera oportuna y para transformar y comercializar mayor volumen. Como podemos observar, el proceso de fortalecimiento ha sido multidimensional, pero manteniendo el objetivo transversal de fortalecer el modelo de negocio y de generar las condiciones para que la organización pueda operar de manera más eficiente en el contexto local y en los mercados especializados. El proceso de tecnificación y capitalización se combina con la formación especializada y con la incorporación de buenas prácticas para la gestión sostenible de la empresa rural.

Este material ha sido elaborado con el apoyo financiero del Fondo Europeo para la Paz de Colombia y el Instituto Camões. Su contenido es responsabilidad exclusiva de la Red ADELCO e IMVF y no necesariamente refleja los puntos de vista de la Unión Europea

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