Volcanes

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Canción de la duermevela del camino (A

la mujer dormida)

Mi bandera en llamas

la fuente donde brota el mundo.

mi cuerpo flamante, mi espada que ondula

Llegó por fin a luz de abril

–moruna morena–

un día que la dicha no busqué

incendio abierto de formas

(acostumbrados a luchar

mi tierra de límites precisos

contra el sueño de volar por la cuneta

derrumbe de fronteras.

con vistoso vigor

Mi país lejano

asaltamos impetuosos la razón):

Encendido por una vela de agua

¿Surgió por fin la hora

Pero cubierto por una llama de oro:

de enfrentar la plenitud?

tu bello terciopelo

¿Me dio ella las armas de su luz?

tu bozo sobre el cielo.

¿Seré por fin el que pudiera ser?

Mujer Dormida fuego de nieve piernas blancas río de olvido

Dormido mi diamante, mi día amante

la carretera y sus laderas:

lo guardo con cuidado el fantasma de enfrente

El sol penetra el pubis azul de la pradera

–la Joya de la Nieve–

Y el olor de la menta se libera

me vigila

El dolor del que miente delibera.

(y no debo olvidar la carretera)

Delirio que salva, montañas prometidas

El sol penetra el pubis azul de pradera

selva de luz que no abandona

Y el olor de la menta se libera

la cabellera donde brotó el murmullo:

El dolor del que miente delibera.

Víctor Toledo


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