Vida Abundante enero/febrero 2013

Page 20

consultorio pastoral 

¿Cuántas veces tengo que perdonar?

Jesús dice: “No sólo siete, sino setenta veces siete” (Mateo 18,21-22). Suena lindo, pero, ¿cómo lograrlo? Mi marido, después de ser infiel durante años, me abandonó con mi hija muy pequeña. Muchísimas veces lo había perdonado, pero reincidía. Al fin, la decisión la tomó él. Hasta hoy siento el odio y la bronca, y veo que no puedo liberarme de esos sentimientos, no puedo terminar de perdonarlo. ¿Estoy obrando mal como cristiana? Eloísa

Querida Eloísa: En primer lugar, quiero compartir tus sentimientos y decirte que tu reacción es muy humana. No es fácil perdonar cuando hubo infidelidad prolongada. De nada sirve ni pensar en las causas ni buscar culpas o culpables. El tema que planteás es el de los sentimientos de odio y bronca que te impiden perdonar. Y quiero detenerme en ese punto. Te sentís herida y dolida, y tu reacción es odiar a quien te hizo sentir así. Pero vivir con odio sólo te lleva a enfermarte, tanto física como síquicamente. Todo lo que hagas en tu vida, va a estar condicionado por ese sentimiento y, si no lo trabajás, el veneno que lleva consigo el odio va a impedir que sane la herida que provocó tanto la infidelidad como la separación. Algo positivo conque contás y que te va a ayudar a salir adelante es que sos conciente de tus sentimientos. Sentís odio y bronca, pero ellos no te van a ayudar a solucionar el problema y te están haciendo daño sólo a vos. Normalmente, quien debe ser receptor de ese odio y bronca no se entera o no les afecta. Sólo te perjudica a vos. Te propongo que expreses, verbalmente o por escrito, tus sen-

timientos frente a tu ex pareja. No sirve de nada que los guardes dentro de ti y los sigas alimentando, ya que la situación no va a cambiar por callar. Al menos, los sacás afuera. Es como con una herida en el cuerpo; si no sacás el pus que generó, se infecta y nunca cicatriza. Todo esto podés hacerlo independientemente de la actitud de perdonar. Perdonar es, en este caso, una consecuencia de haber superado el odio y la bronca. Y esto lleva tiempo. Una frase que leí una vez y me impactó mucho decía: “uno perdona sólo si lo decide antes de que el otro le pida perdón”. Es decir, que el perdón es una opción personal. El objetivo último del perdón es sanar el sentimiento de rencor y bronca que quedan guardados en tu corazón. Eso, independientemente de la posibilidad de reentablar una relación rota con el padre de tu hija. A veces es imposible recomponer la relación. Dios no nos pide que seamos masoquistas y forcemos relaciones rotas. La reconciliación es un resultado deseable, pero no siempre posible. Pero sí nos pide que no acumulemos bronca y rencor en nuestro corazón. No que olvides lo sucedido -porque es imposible- pero sí que sanes el odio que te ocasiona el recuerdo de lo sucedido. El problema con la frase “yo perdono, pero no olvido”, es que seguís albergando deseos de venganza y resentimiento en tu corazón. No hay un simple recuerdo, es el recuerdo más su correspondiente dosis de veneno. Y en esta actitud reside el problema. Cuando Jesús propone perdonar hasta “setenta veces siete” no propone que hagamos de cuenta que no pasó nada, sino que no vivamos atados a las heridas del pasado, y que busquemos sanarlas mirando hacia el futuro.

¡Compartila!

viDa [20] aBunDanTe

Pastor Pablo Münter,

Parroquia Santo Domingo, Distrito Oeste, Argentina


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.