Tema Central
Violencia doméstica L
El autor es pastor de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata y asesor familiar de la asociación civil Servicio Integral a la Familia (EIRENE).
a definición de violencia con la que más me identifico es: “Toda acción o conjunto de acciones realizadas que utilizan abusivamente el poder para lograr el dominio sobre una persona o grupo de personas, forzándola y atentando contra su autonomía, integridad, dignidad o libertad”,1 que también se puede aplicar a la violencia doméstica. Debemos admitir que el hogar no siempre es el refugio que todos anhelamos. Cuando nos enfrentamos a la realidad,2 nos cuesta creer que es verdad o como la mayoría: suponer “por algo será” y nos desentendemos. Cabe preguntarse, ¿qué valores aprenden nuestros niños en una sociedad donde al menos la mitad de las mujeres son víctimas de algún tipo de violencia? ¿La violencia es algo natural y corriente? Hay varios tipos de violencia doméstica, no solamente la física, que es la que deja secuelas palpables y evidentes, aunque a veces se disimulan. Otro tipo de violencia es la sexual, muy poco denunciada por la mujer. La violencia sicológica, verbal y patrimonial, que destruye objetos de la víctima o la priva de dinero y recursos, muy frecuente en la mayoría de las familias. La violencia nunca se da en forma aislada, a menudo se combina violencia con agresión sicológica. Lamentablemente, la mayoría de la sociedad, cree o sostiene que la violencia contra la mujer en el hogar es un asunto privado de cada familia. Es ahí donde la iglesia debería intervenir y hacer ver que no es un problema privado sino un flagelo social, y que no es sólo la mujer quien sufre, sino todo un esquema familiar. Hace unos años, en Paysandú (Uruguay) se realizó una serie de talleres sobre este tema, dictado por varios profesionales. Esto llevó a que se conformase un grupo de ayuda a mujeres víctimas de violencia, llamado “Grupo Amparo”, formado por operadores en violencia doméstica, una psicopedagoga, una asistente social, una sicóloga
Se habla de tres fases fundamentales del ciclo de la violencia: TENSIÓN – EXPLOSIÓN - LUNA DE MIEL.
social, un pastor e integrantes de la policía y del juzgado. El objetivo era tener un grupo y un lugar donde poder atender a mujeres víctimas de violencia doméstica y concientizar por medio de charlas en escuelas y otras instituciones acerca de la prevención de la misma. Es necesario trabajar con ciertos mitos existentes, tales como que no les pasa a muchas personas, que la agresión física es producto de una bronca pasajera, que ocurre sólo en zonas pobres y marginales y no produce daños serios, que la mujer muchas veces la provoca, que la mujer que se queda en su casa y no huye es porque le gusta. En el diario La Nación del 15/8/12 leemos que casi una mujer muere por día por violencia doméstica. Sumémosle las que no mueren, las no declaradas, las que por miedo no denuncian… podemos decir que es una realidad que le toca a infinidad de mujeres. Donde hay violencia no hay amor Leonore Walker3 nos habla de tres fases fundamentales del ciclo de la violencia: tensión – explosión - luna de miel TENSIÓN: en esta etapa se acumulan en la pareja situaciones que molestan al agresor. Es el momento de tomar distancia de él. Quedarse y calmarlo sólo logra aumentar la tensión. El agresor adopta una doble personalidad: hacia afuera, es muy simpático y agradable, pero es todo lo contrario hacia adentro, en su seno familiar. Las personas que no lo conocen dentro de casa no creen que pueda actuar de manera violenta, lo que para la víctima es una de las peores torturas, pues ella piensa que nadie le va a creer. EXPLOSIÓN: el agresor descarga toda la ira contenida en su víctima, sin previo aviso y sin causa aparente. Esta actitud puede durar entre 8 y 10 minutos. En este período, pierde contacto con la realidad, pero -lo que es importante- sabe
viDa [13] aBunDanTe
©Consejo contra la violencia de género
Por Pablo Münter