Operaciones Navales de la Primera Guerra Mundial

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También usaron hidroaviones con pontones Friedrichshafen desde bases en Bélgica y las Islas Frisias. El primer ataque fatal tuvo que esperar hasta el 6 de julio 1918, cuando cinco hidroaviones Brandenburg W.29, avistaron y atacaron con bombas y ametralladoras al submarino británico C-25 en la superficie, cerca de la costa inglesa; debido a los daños recibidos no se pudo sumergir pero los germanos habían agotado su munición y llegaron en auxilio buques que lo remolcaron a puerto, donde fue desguazado. Con relación ahora a las operaciones aéreas navales del Imperio Austrohúngaro, un bote volador Lohner (biplano; 150 kilogramos de bombas) del Servicio Aéreo Naval del Imperio Austro-Húngaro, fue la primera aeronave en hundir a un submarino. Sucedió el 16 de agosto de 1916 durante un ataque al puerto de Venecia y se trató del británico B-10, que estaba fondeado en ese lugar.

Un mes después, el 15 de septiembre, otros dos Lohner de ese

servicio volvieron a registrar otra “primera vez”, cuando avistaron a unos 10 metros bajo las aguas del Mar Adriático al submarino francés Foucault, al cual atacaron y obligaron a salir a superficie dañado, donde fue nuevamente atacado por los Lohner. El comandante del submarino ordenó abrir las válvulas de inundación y abandonar la nave; la tripulación fue rescata por los mismos Lohner que los atacó, que acuatizaron y los llevaron a tierra por grupos. COMENTARIOS Y REFLEXIONES VARIAS En este trabajo, realizado en representación del Instituto Aeronaval de la República Argentina, se trató solo, y de manera escueta, sobre las operaciones aéreas navales contra-aéreas y las operaciones aéreas navales antisubmarinas en la PGM; ello debido al espacio disponible. Las razones de su elección fueron: a) Las contra-aéreas, porque requirieron un esfuerzo inaudito de Gran Bretaña para enfrentar a los dirigibles alemanes, tanto por la amenaza de su exploración sobre la Gran Flota – con la que podrían haberle quitado su ventaja sobre la Flota de Alta Mar- como por sus bombardeos a ciudades británicas, a las que no les hicieron grandes daños materiales, pero causaron un gran efecto psicológico entre su población. También se ha elegido a estas operaciones porque pareciera que no son tenidas en cuenta en la literatura naval en español, y lo mismo sucede con la superioridad aérea, a la cual ellas conducen. b) Las antisubmarinas, porque las actividades de los submarinos alemanes contra el tráfico mercante aliado estuvieron a punto de hacer claudicar a Gran Bretaña -miembro clave de la Entente Cordial- y posibilitar la victoria a los Poderes Centrales. Estas operaciones también requirieron un gran esfuerzo que se sumó al contra-aéreo. En el caso de las operaciones aéreas navales contra-aéreas el balance es difícil de determinar, debido, por una parte, a que los dirigibles fueron finalmente neutralizados por la aparición de aeronaves más pesadas que el aire aptas para el combate aire-aire, siendo que ellos no estaban diseñados con tal fin, y por la otra, debido a que no se produjo en la PGM un ataque aéreo sobre una fuerza en el mar que enfrentara oposición aérea. No obstante, y esto es muy importante, hubo quienes advirtieron ya en ese momento que para lograr, mantener y

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