El 26 de diciembre el Dresden fue descubierto en su fondeadero por un pesquero francés que reportó el avistamiento, pero los británicos no le creyeron y nada hicieron para ubicarlo. Entretanto, dispuesto a no correr riesgos, el 27 Lüdecke cambió su posición para ir a fondear Quintupeu, un fiordo solitario cuya existencia no figuraba en la cartografía inglesa, con una estrecha entrada de no más de un cable de ancho, un saco de tres millas y un freo de media milla, rodeado de acantilados de unos 600 m de altura, cubiertos de profusa vegetación, útil para abastecer las calderas del buque con una cascada de purísima agua. Allí pasó casi todo el mes de enero, reparando dos calderas y el condensador de una de las turbinas, con el apoyo de Enrique Oelkers y Albert Pagels, chilenos de ascendencia alemana que con el velero Calbuco realizaban viajes de ida y vuelta a Punta Arenas y Puerto Mont para traer provisiones y repuestos de máquinas.
Sierra Córdoba y Dresden en el fondeadero de Quintupeu
El 28 de enero de 1915 el Dresden fue reabastecido por el SS Explorador y simultáneamente recibió órdenes del Almirantazgo de retornar a Alemania. Pero Lüdecke consideró muy riesgoso internarse en el Atlántico, y desobedeciendo zarpó internándose en el Pacífico, con intenciones de unirse al SMS Emden en su correrías por el sudeste de Asia. El 1 de febrero hizo rendezvous con el SS Sierra Córdoba, para un reaprovisionamiento completo, luego de lo cual puso rumbo al archipiélgo Juan Fernández, navegando a velocidad económica pues no existía certeza del nuevo aprovisionamiento. El 14 de febrero el Dresden capturó al vapor inglés Cornwal Castle, que proveniente de China y con destino a Valparaíso ya muy poco combustible tenía en sus carboneras. La nave fue hundida y los prisioneros trasladados al Sierra Córdoba. El 27 de febrero, próximo a destino, apresó al mercante británico Conway, pero nuevamente el carbón obtenido no era
100