Imperialismo y Navalismo como Origenes de la 1a G. Mundial

Page 39

INGLATERRA (PODER NAVAL) VERSUS ALEMANIA (PODER TERRESTRE) Cuando en los círculos gobernantes de Londres y Berlín se aceptó la idea de que un enfrentamiento entre ambos sería inevitable, las reacciones fueron diferentes. No era la primera vez que Inglaterra se enfrentaba a una potencia terrestre, pero

si sería el primer

enfrentamiento con Alemania como una potencia naval. Las estrategias, forzosamente, habrían de ser muy distintas. Para entenderlas, puede servir de guía el análisis que hace Mahan de las características que afectan el poder naval de las naciones. Esas características son: 1) situación geográfica, 2) configuración física, 3) extensión territorial, 4) número de habitantes dedicados a tareas de mar, 5) carácter nacional, y 6) tipo de gobierno. 17 En primer lugar consideremos la situación geográfica. Inglaterra, en su condición insular contaba con la ventaja de que solo podía ser atacada por el mar, por lo que su estrategia de guerra se formuló en el concepto de formar primero un anillo defensivo en sus propias aguas, transportarlo luego al mar abierto y después a la ribera enemiga, ajustarlo y finalmente penetrar, o sea operar desde líneas exteriores hacia el interior del enemigo. Al ser sus vías de comunicación esencialmente marítimas, la concentración de fuerzas era ventajosa para la defensa de puertos y de las escasas vías interiores. Por ello, para Inglaterra el poder naval fue siempre algo vital, aunque no lo entendía así para otras naciones del concierto europeo, por lo que la entrada de los alemanes como potencia naval despertó sentimientos de alarma. Alemania es una potencia terrestre; como tal vivió hasta que quiso construir un imperio, para lo que necesitó de poder naval. Cuando se decidió a tenerlo lo logró, aunque no supo muy bien qué hacer con él, ya que no nació de un proceso espontáneo de internalización de la idea (algo que lleva tiempo) sino forzado por la política de expansión. Mediante alianzas, Alemania consiguió salir al Mediterráneo, lo que no alivió su condición continental, porque Inglaterra controlaba el Mare Nostrum desde Alejandría, Malta y Gibraltar tan efectivamente como el Canal de la Mancha y el Mar del Norte. La configuración física del territorio británico favorece las comunicaciones marítimas, mientras que la germana es propicia para las terrestres. Para mantener esa relación, a lo largo de su historia Gran Bretaña bregó por mantener la neutralidad o el apoyo de los Países Bajos, y cuando Alemania desarrolló una armada poderosa, los ingleses sintieron amenazadas sus líneas de comunicación, de las que necesitaban para sobrevivir. La extensión territorial de Alemania y sus aliados era homogénea, las vías de comunicación interior permitían enlaces sencillos, que se simplificaron aún más con el desarrollo del ferrocarril y la mecanización del transporte fluvial. Para Inglaterra la situación era la opuesta, el grueso del imperio estaba en ultramar, se dependía del poderío exterior para la prosperidad interior, y ambos dependían de la libertad del uso de los mares. El porcentaje de habitantes dedicados al mar o tareas conexas era mayor en Gran Bretaña que en Alemania, producto fundamentalmente de la morfología del territorio, que llevó a los ingleses a estar más en intelectuales y políticas. Por ello, no llegó a enterarse del inicio de la Primera Guerra Mundial, la que había vaticinado. 17 MAHAN, Alfred Thayer, “The influence of the sea power upon history, 1660-1783”, Dover Publication Inc., New York, 1987, pgs 29-82. 39


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.