Imperialismo y Navalismo como Origenes de la 1a G. Mundial

Page 15

EL DESPERTAR NAVAL DE ALEMANIA El advenimiento de Alemania como potencia naval se debió a varios factores. El primero de todos fue la ascensión al trono del Káiser Guillermo II, quién, como nieto de la Reina Victoria, había aprendido de sus primos ingleses la importancia del poder marítimo, encontrando las razones prácticas que lo justificaran para Alemania. Cuando Guillermo llegó al trono, Europa estaba viviendo un período de crecimiento económico y de productividad. En Alemania, el ingreso per cápita subió de 365 marcos en 1880 a 417 en 1890 y 716 en 1911, en un período de baja inflación. Con el aumento de la producción industrial y sus fuentes de trabajo, el porcentaje de población urbana subió de 39% en 1890 a 61% en 1910.4 Esto representó un aumento en la representación urbana en el Reichstag, contraponiéndose a los miembros de la vieja aristocracia noble y militar, cuyas mentes estaban puestas en las fronteras terrestres y nunca habían mirado al mar. El tráfico comercial del mundo creció también en esos años, y Alemania fue una de las naciones más beneficiadas. Entre 1880 y 1913 las exportaciones británicas decayeron de un 40% del total mundial a un 27%, mientras que las alemanas aumentaron un espectacular 240%. Una de las razones del abrupto aumento del comercio teutón fue la apertura del Canal de Kiel, a través de la Península de Jutlandia, reduciendo de 700 a 61 millas el viaje entre las costas alemanas del Báltico y del Mar del Norte. El canal tuvo también el efecto de duplicar el poder naval de Alemania, porque su flota, que antes estaba dividida entre dos mares, podía ahora ensamblarse en una sola en corto tiempo. Otro factor crucial fue el crecimiento de la que se constituyó en la principal industria: el acero. En 1880 Alemania aún lo importaba de Inglaterra, pero poco tiempo después las industrias Krupp iniciaron un aumento progresivo de su producción que colocó a los germanos en el doble de las exportaciones inglesas en 1897. Y bien cierto era en la época, que sin acero propio no existía industria naval. Fue entonces fácil para los gobernantes alemanes, en el éxtasis de su progreso industrial y económico, pensar que su nación estaba pasando a liderar el mundo, y que el imperio británico estaba entrando en decadencia. Y en la medida en que Alemania superaba a Inglaterra en lo económico, comenzaron a aparecer sentimientos de que podrían retar el componente remanente del poder británico: la Armada Real. El hombre elegido para hacer realidad los planes de los estadistas alemanes fue el Contralmirante Alfred von Tirpitz. Hijo de un funcionario civil de Brandeburgo, sin ninguna tradición naval en sus ancestros, ingresó en la Marina de Prusia con 16 años en 1864. En 1890 el entonces Capitán de Navío Tirpitz conoció el libro “La Influencia del Poder Naval en la Historia”, obra del marino estadounidense Alfred Thayer Mahan, sobre cuyo contenido escribió una serie de memorandos. Uno de ellos, de 1894, analizaba el imperio británico producto del dominio de los mares, y sobre ello escribió: “.... Sin poder naval no puede haber poder político para Alemania en el mundo moderno. Si intentáramos hacer comercio en el mundo y fortalecernos por las rutas marítimas, pero sin proporcionarnos una cierta medida de poder naval, 4

HOWARTH, David, “A Teutonic challenge to Britaunia´s rule” Time-Life Books,

Alexandria, 1979,

pg. 112.

15


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.