El Despertar de la Banda Oriental

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abandonado a la discreción de aquellos que sólo aspiran a saquearnos y a enriquecerse con los despojos de nuestros bienes. El primer suceso fue el asesinato que intentó hacer en mi persona un soldado portugués de la partida de Don Benito Chain disparándome un balazo de fusil que por la divina providencia no me acertó …”.32 Con el retiro de las tropas orientales y bonaerenses no quedaba instrumento capaz de asegurar la integridad de las familias pobladoras de la campaña. Estas se agruparon alrededor de las fuerzas combatientes y de su jefe, en busca de la protección que ningún otro podía brindarle. En esa misma fecha el propio Jefe de los Orientales señala: “… más de setecientas familias han fijado su protección en mí, el grito de ellas, de los ciudadanos de la campaña toda empeña mi sensibilidad y aún mi honor cuando me hacen causa de su laudable compromiso y de sus pérdidas remarcables; me hacen conocer que abandonar esta Banda envuelve algo más que su lamentable desgracia….”33 Y el 3 de noviembre, en carta a Manuel Vega, agregaba: “… Todo individuo que quiera seguirme, hágalo, uniéndose a Ud. para pasar a Paysan- dú luego que yo me aproxime a ese punto. No quiero que persona alguna venga forza- da, todos voluntariamente deben empeñarse en su libertad; quien no lo quiera deseará permanecer esclavo. En cuanto a las familias, siento infinito no se hallen los medios para poderlas contener en sus casas; un mundo entero me sigue, retarda mis marchas; yo me veré cada día más lleno de obstáculos para obrar; ellos me han venido a encontrar, de otro modo yo no las habría admitido. Por estos motivos encargo a Ud. que se empeñe en que no salga familia alguna; aconséjeles que les será imposible seguirnos, que llegarán casos en que nos veremos precisados a no poderlas escoltar y será peor verse desamparadas en unos parajes porque nadie podrá velarlas; por si no se conven- cen de estas razones, déjelas Ud. que obren como gusten …”.34 Esta situación implicaba un gran inconveniente para la movilización del ejército, el que se veía obligado a enlentecer su marcha al ritmo de los carruajes y carretas, y a la necesidad de aumentar la cantidad de ganado destinado a la alimentación de tantas bocas. José Rondeau, desde su cuartel del Sauce, antes de emprender el viaje hacia Buenos Aires, destacaba: “… El coronel D. Jose Artigas ha pasado á situarse en el Departam.to de Yapeyú conforme á las miras de V.E. y emprendio su marcha en el mismo día 31: lleva consigo las Compañias de Patriotas, que le han querido seguir y ademas muhas gentes que se le reunen de todas partes las quales abandonan sus establecim.tos

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Archivo General de la Nación Argentina, Buenos Aires. Gobierno Nacional. Gobierno. 1812. Legajo 7. Foja s/n 33 Artigas al gobierno de Buenos Aires, 29 de octubre de 1811. Archivo Artigas, Tomo V, p.11. 34 Oficio de Artigas a Mariano Vega, 3 de noviembre de 1811. Archivo Artigas, Tomo VI, pp 15 – 16.

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