Artigas, El Mar y los Rios

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El hecho de haber caído Montevideo le dio a Lecor la oportunidad de instalar allí un Tribunal de Presas portugués para juzgar en él a los buques con pabellón artiguista. A su vez –a principios de 1817- los alrededores de la zona montevideana eran asediados por numerosos corsarios, que ampliaron su campo de acción hasta la altura de Cabo Santa María o Río Grande, pasaje obligado y de relativa fácil custodia en que, ejerciendo el “derecho de visita”, se detenía a los buques de las más diversas nacionalidades (evitando el subterfugio de los portugueses que muchas veces arbolaban pabellón americano o inglés). Con el correr de los meses las naves lucieron su bandera tricolor a la altura del paralelo 25, llegando pronto hasta Río de Janeiro y subiendo para asediar las costas de Bahía, Pernambuco, Natal, Ceará y Maranhao, provocando entonces la alarma que se tradujo en convoyes, patrullas y refuerzo de la flota, recursos que no detuvieron a los osados corsarios.

LA INJERENCIA FUNDAMENTAL DE THOMAS L. HALSEY Thomas Lloyd Halsey se había afincado en Buenos Aires alrededor de 1807, moviéndose en su círculo comercial. Hacia fines de 1813 ocupó el Consulado de Marina, siendo posteriormente designado por el Presidente Madison con el cargo de Cónsul de Estados Unidos, comenzando su desempeño el 30 de agosto de 1814. Su conducta –que lo vinculó desde el inicio al movimiento corsario bonaerense- se justificaba por varias circunstancias, entre las que podíamos destacar básicamente los ideales republicanos que movieron a su país, las condiciones que habían permanecido tras la guerra de 1812 en Estados Unidos, y por supuesto, no podemos dejar de lado los intereses económicos. Se debe hacer constar que el diplomático estaba asociado con Clement Cathill, (John o Samuel) Miffin y Robert Goodwin, formando la conocida “Empresa Americana” (o “Sociedad Americana”), por cuyo intermedio se equipaban buques en Buenos Aires y Baltimore. En un momento clave, en que las tropas orientales eran derrotadas y el gobierno de Buenos Aires provocaba levantamientos en Entre Ríos, planificando la invasión a Santa Fe, Thomas Halsey se reunió con Artigas en Purificación. Tras el encuentro, el Cónsul gestionó la impresión de las patentes de corso artiguistas en las máquinas de diario opositor “La Crónica Argentina” y fue el intermediario por el cual se verificó la venta de un número muy importante de las mismas en Buenos Aires y en distintos puertos de su país, adonde llegaban en blanco. Dichos puertos sirvieron como base de alistamiento y salida de buques que desde entonces van a portar una doble patente: de Buenos Aires y Artiguista, y los capitanes corsarios –de larga experiencia- integraron las filas sudamericanas, siendo fundamentales en el accionar del corso rioplatense. Lecor, enterado de tales contactos, planificó en principio el secuestro del representante estadounidense y posteriormente solicitó a Pueyrredón su prisión y enjuiciamiento.

LA DOCUMENTACIÓN

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