Desde nuestra Banda Oriental, Artigas vino al Paraguay, Con toda su gente leal, Que sueña con el Uruguay.
Pero los sueños, sueños son: Todavía estamos aquí, En esta hermanable nación, Como palos de urundeymí.
Sobre esta tierra tan roja, Que ha sido nuestro pañuelo De lágrimas, con sus hojas, Despertamos del señuelo...
A esta tierra encantada Fue con nuestro inmenso dolor Que le dejamos confinada Sus despojos con todo amor.
Tú, gran Patriarca del Plata, Reposas en la tierra roja, Sin volver a nuestra Patria Que también es tan hermosa.
¡Reposas en paz, buen Artigas! Aquí te estamos velando Todas tus almas amigas, En esta tierra que has amado.
Recordándote quedamos, En esta tierra encantada, Ledesma, el leal soldado, Martínez y tu Ansina...
La idea de verlo a Artigas en su tierra natal, se tradujo posteriormente en el deseo de repatriar sus restos. El general Venancio Flores, nombró como agente confidencial al Dr. Estanislao Vega, decano del Tribunal Supremo de Justicia para que fuese hasta Asunción en búsqueda de los restos del Prócer.
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