partes factible, consecuencia de los elementos variables de la naturaleza, y que por su índole quedan fuera de los irrisorios sarcasmos de gacetilla. Por el contrario, como Orientales debemos estar orgullosos de tener un buque construido en el país y no en arsenal naval, si no en una escuela de artes y oficios, el cual por su solidez de construcción, por sus condiciones marineras, por su marcha y elementos de guerra, puede competir con cualquiera de los de su porte, no ya de los construidos en Sud América, si no de los que se construyen en los mejores arsenales del universo. Anuncio a V.E. que el buque de mi mando, aún permanecerá tres días fondeado en este paraje, para efectuar las necesarias reparaciones y los aprontes para el regreso. Saludo a V.E. Jorge Bayley". Se deja traslucir en este parte al Ministro , del Jefe de la nave encallada, la amargura que el suceso le produjo, exacerbado todavía, por las falsas noticias propaladas por la prensa capitalina; es por eso, que en su comunicado al Superior, inserta lo del ejercicio de cañón hecho al mínimo de intervalo, y lo de la salva con sus cañones al llegar a puerto, como así mismo la navegación que a su regreso la hará puramente a vela. ARRIBO A PUERTO DESPUES DEL ACCIDENTE. Al amanecer del día 21 de Octubre del 86, tomó su amarrazón en la bahía la cañonera "Rivera", después de haber zafado del banco del Pavón, comunicando su comandante que el buque quedaba a la orden y listo para navegar. Hizo este viaje de regreso, como lo había anunciado en su comunicación al Ministro, es decir, a vela, a fin de que la tripulación hiciera una buena práctica de aparejo. La misma mañana del 21, el Presidente Santos, siempre convaleciente de su herida, acompañado del Capitán de Puertos coronel Silveira, visitó la cañonera, donde fué recibido con los honores de ordenanza, haciéndose una salva al cañón de 21 tiros y largándose el engalanado con la insignia del Presidente de la República, al tope del palo mayor. El General Santos permaneció a bordo mas de dos horas inspeccionando y documentándose personalmente, por boca de su comandante , de los detalles del accidente, quedando constatado, que el buque no había sufrido daño alguno, por lo que era innecesario su inmediata entrada a dique. Después de esta varadura, que por otra parte , es factible a los buques que navegan en nuestros ríos, y más en aquella época, no balizados como en la actualidad, La "Rivera" desempeñó varias comisiones del servicio , en vigilancia y transporte del ejército, en viajes de entrenamiento y prácticas marineras por el río Uruguay, y las famosas costas del Levante, sin haber necesitado hacer ninguna reparación por el accidente de la encalladura. Mientras tanto, las autoridades, convencidas de la insignificancia del percance, dispusieron que la Escuela de Artes y Oficios, con motivo de las reparaciones, cambio de artillería, modificaciones de su arboladura, etc., los alumnos especializados en fotografía, le sacaran varias vistas para ser publicadas en diarios y revistas, pensando sin duda, que la fotografía no miente. (Estas fotografías que suman varias, en el archivo del que escribe) LA "RIVERA" , ENTRA A DIQUE. El 2 de Marzo de 1887, ya no era Presidente de la República el General Santos, vale decir, cinco meses después, de aquella tan comentada varadura del 86 en la ensenada del Pavón, esta cañonera, entró al dique Cibils a limpiar sus fondos, y al mismo tiempo aprovechar para que el personal de los talleres mecánicos de la Escuela de Artes y Oficios, cambiara la hélice de dos palas, que se le colocara cuando fué botada al agua, por otra de cuatro palas fundidas y trabajada en los mismos talleres, y que según cálculos técnicos, le daría mayor velocidad de marcha. Más de dos meses permaneció la "Rivera" en dique, saliendo de éste en los primeros días del mes de Junio de 1887. A los pocos días, zarpó en misión de vigilancia y entrenamiento a las costas del Este, regresando de este viaje un mes después de su salida.
VIAJE DE LA CAÑONERA "GENERAL RIVERA", AL ESTRECHO DE MAGALLANES.
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