Aportes a la historia de la marina de guerra nacional ROU

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De Junio de 1885 a Febrero de 1886, se produce en la Rivera, el siguiente movimiento de oficiales:Por orden superior, se da de alta en calidad de Piloto de todos los mares, al de igual clase Antonio Magdaleno, el que, por no estar presupuestado ese cargo, se le asigna una dotación mensual de ochenta pesos, ($80.-). El Guardia Marina TomásSiurano, presenta renuncia del cargo del oficial del buque, siendo reemplazado por el de igual clase Federico Abondanza. Con este movimiento de oficiales, la plana mayor de la cañonera, era la siguiente:- Comandante capitán, Jorge Bayley; 2º id., Teniente Joaquín Mascaró. Oficiales: Teniente Nicolás Ravia, Juan B. Suburo, Federico Abondanza y Ramón Tajes; piloto de altura, Antonio Magdaleno; habilitado del buque, Teniente Coronel Sixto Rodriguez. NUEVAS UNIDADES AUMENTAN LA ESCUADRA. En el mes de febrero de 1886, el Gobierno de la República, que había empezado a tomar medidas precaucionales ante la inminencia de un movimiento armado, que debía invadir el país, resolvió realizar una estricta vigilancia en las costas del litoral del Uruguay. A ese fin, aprovechando que el gobierno de Francia, había puesto en venta la cañonera "Tactique", que hacía unos años se encontraba de estación en aguas del Plata, decidió comprar esa nave y armarla convenientemente a los fines ante dichos. Pero, como el tiempo apremiara, el Gobierno dispuso, que el comandante Bayley, cuyo buque se encontraba en dique seco sufriendo reparaciones de importancia, en sus máquinas y caldera, con parte del personal a sus órdenes oficiales y marineros, pasará a tripular el vapor "Fortuna", recientemente arrendado a su propietario Samuel Liniding, y armado en guerra, disponiendo su salida inmediata , conjuntamente con el vapor de guerra "Fé", que mandaba interinamente el capitán de marina Domingo Romero. Ambas unidades, llegaron al puerto de Paysandú el día 20 de Marzo del 86, encontrándose también en aquellas aguas, la cañonera "General Suárez", ex-"Tactique", al mando del Teniente Coronel de marina Xavier Gomensoro, que había sido destacada en misión de vigilancia, por aquel litoral. Le tocó al vapor "Fortuna", en la últimas horas del 30 de Marzo, hostigar con sus fuegos el desembarco de las fuerzas revolucionarias en el muelle del saladero de "Guaviyú", haciendo algunos disparos de cañón, contra la flota revolucionaria. Terminado este movimiento subversivo, con la derrota de los invasores, en el combate de "Quebracho", los buques de la escuadrilla, destacados por el Uruguay, recibieron orden de regresar a Montevideo. El 11 de Marzo de 1886, terminadas ya las reparaciones que venían efectuándose en la cañonera "General Rivera", en este día, abandona el dique Cibils. Como el comandante Bayley, titular de este buque, según se ha dicho ya, había pasado a desempeñar otra comisión, y cuando esta estuvo lista para navegar, el Gobierno nombró interinamente para comandarla, al capitán de marina Juan Escabini. A órdenes de este jefe, 2l 20 de Mayo de 1886, embarca en su unidad, al Batallón 4º de Cazadores, que, al mando del coronel Esteban Cristi, pasaba a órdenes del Ministro de la Guerra General Tajes, en ese momento, al frente del ejército, que aún continuaba en el Salto. Al regresar la cañonera de este viaje al litoral, nuevamente tomó el mando el titular capitán Bayley.

LA CAÑONERA "RIVERA" CAMBIA SU ARTILLERIA. A fines del mes de Mayo de 1886, en el vapor paquete "Senegal", había llegado de Europa, el nuevo armamento que se emplazaría en la cañonera. Consistía éste, en cuatro cañones sistema Krupp de 75mm , una ametralladora Nordenfelt de 25 mm., y una del mismo sistema de 11 mm. Debiendo emplazarse la nueva artillería, esta unidad, entra al dique Cibils, iniciando de inmediato los trabajos pertinentes para la colocación de las nuevas piezas de artillería, para el mejor campo de tiro de estos cañones, se abrieron en las bordas a la altura de la cubierta, dos portalones por banda debidamente reforzados con madera dura, abulonados en la parte exterior del casco y debajo mismo de cada reducto, donde se afirmaron los grandes cáncamos que aguantaban por medio de un pívot de acero el tren de los cañones, manteniendo estos firmes al hacerse el disparo, por la parte de la cubierta, se le colocaron unos medios puntos de bronce debidamente graduados, sobre los que corría el cañón cuando se tomaba puntería. Como las cuatro piezas de artillería emplazadas emplazadas en el buque, representaban un peso total de 10 tn. sobre cubierta, modificó en algo , el centro de gravedad de la nave, siendo necesario, reforzar

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