Quedan consagrados en estas noticias de la construcción de la Cañonera "General Rivera", los nombres de los Maestros y Operarios alumnos , de la Escuela de Artes y Oficios, que hace más de setenta años, trabajaron en el primer y único buque de guerra construido en la República.
BOTADURA DE LA CAÑONERA "GENERAL RIVERA" Hasta el 20 de Febrero de 1884, no se sabía aun el trayecto que recorrería el casco del buque terminado y pronto en la explanada interior de la Escuela. Fluctuábase, entre seguir el trayecto en dirección al Oeste por la Avenida 18 de Julio, entrando por Sarandí hasta la calle Patagones (hoy Juan Lindolfo Cuestas) o enderezarla por la calle Ciudadela rumbo al mar. Se prefirió la primera ruta, por ser esta la calle transversal más próxima al mar y al varadero de "Gounuilluú" (conocido como Guruyú). Los diarios de la oposición , mientras tanto, ridiculizaban la insólita ocurrencia de transportar por las calles de la ciudad , aquel "voluminoso armatoste", y al mismo tiempo, se hacían eco de los perjuicios, que a buen seguro, acarrearía el tráfico de las calles más concurridas de la Capital, tales como 18 de Julio y Sarandí. Otros, yendo más lejos en sus críticas hablaban de ingentes sumas que tendría que abonarse a los particulares y a las Empresas tranviarias. Adelantábase por esta misma prensa, que cuando se botara al agua el casco de la cañonera, serían padrinos del buque el Presidente Santos y su esposa Teresa Mascaró de Santos, con el añadido de que la bendición del mismo, estaría a cargo S.S.I. el Obispo Diocesano, pero atento a las relaciones no muy cordiales del Gobierno Nacional con las autoridades Eclesiásticas, la noticia no necesita comentario. Mientras tanto, los preparativos del casco para su botadura, seguían ultimándose por el personal de la Escuela. Llegó al fin, la madrugada del 9 de Marzo de 1884, día en que principióse a mover el casco. Las grandes anguillas colocadas a éste, lo sostenían y facilitaban su desplazamiento, sobre los durmientes de madera dura que se iban colocando a medida que el buque avanzaba hacia adelante, lubricándose éstos con cebo caliente, facilitando su rápido deslizamiento. Así fue sacada del sitio de su construcción, por el gran portón que daba a la calle Caiguá, no obstante, hubo que echar abajo uno de los pilares de éste, y parte de la pared más próxima a 18 de Julio, para que, al virar el casco sobre babor, su proa no se fuera sobre el cerco de enfrente. Grandes aparejos cuadernales se habían hecho firme a un anclote que se iba enterrando en el suelo a buena profundidad, y varios metros por la proa, a medida que el casco, avanzaba hacia adelante. Por el andarivel de este aparejo, tiraba el personal encargado del arrastre del casco, habiéndose tenido la precaución, de colocar otro aparejo por la popa, a manera de retenida, para cuando un deslizamiento demasiado rápido hacia adelante, no se fuera a salir de los picaderos. En todo este primer día de maniobra, la "Rivera" sólo pudo avanzar por la calle Caiguá unos cuarenta metros en dirección a 18 de Julio; aquí se suspendió el trabajo por este primer día de maniobra con el casco que, desde luego, fué de intensa faena y gran responsabilidad, operación ésta, que estuvo exclusivamente a cargo del Director del Establecimiento, su personal superior y los alumnos de todos los talleres. Los aprendices de la sección fotografía, sacaron vistas muy interesantes de esta difícil maniobra, viéndose cómo la afilada proa de la "Rivera" se desliza por los durmientes, dejando ver con toda claridad, los aparejos y demás maniobra que se ha descripto. (Estas fotografías interesantes y poco conocidas , en el archivo del que relata). Durante todo el día 10, el trabajo fué duro y complicado, pues al llegar el casco a 18 de Julio, hubo que virarlo en redondo, poniendo su proa rumbo al Oeste. A la puesta del sol, el casco quedó en pleno centro de la calle, y frente mismo a la entrada principal de la Escuela. Existió al principio el pensamiento de servirse de los rieles del tranvía tendidos en 18 de Julio, pero se desistió del plan a causa de los inconvenientes que podía aparejar el cruce de los caños maestros, incapaces de resistir tan enorme peso. Anteriormente sin embargo, se había usado este procedimiento para llevar hasta el agua el vaporcito "Paz y Trabajo", pero el casco era tan distinto, como era el peso de aquel comparado con el de la cañonera. Listo ya el casco de la "Rivera", para continuar su extraña "navegación" rumbo al Oeste. A partir de este momento, vamos a seguir todos los acontecimientos del viaje, hasta que su obra viva, sea bañada por el mar. Para mejor ilustración de estas "singladuras" de la "Rivera" a través de las calles de Montevideo, conviene dar algunas características del buque.
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