Aportes a la historia de la marina de guerra nacional ROU

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A las 22 hrs., falló la contra-boza, procediéndose de inmediato a sustituirla, dándole además , otro cabo a la boza de la lancha. Dicha maniobra se efctuó a pesar del peligro que suponía embarcar la lancha, ya que el viento y el mar eran muy violentos. El que suscribe, tomó todas las providencias que creyó conveniente, habiendo por la tarde, indicado al 2º Comandante, sugerencia de que la lancha se encontraría más a resguardo en tierra. A las 4 hrs. 12m. estando el que suscribe de guardia, se fué a pique la lancha arrastrando el tangón de estribor, al cual estaba sujeta, por haber reventado el amantillo y el perno giratorio de éste. El cáncamo a que estaba amarada a la boza de la lancha, fué arrancado totalmente, haciendo que la lancha al hundirse, no dejara ningún punto de referencia, para poderla situar cuando se pretendiera recobrarla. Saluda a Ud. atentamente el Oficial de Guardia, Guardiamarina Italo Velardo. Enterado elévese parte detallado a la Dirección de la Armada. Comandante Carlos A. Olivieri. Oficio Nº 133/26.- Al ancla, en el puerto de Nuevo Palmira, Mayo 25 de 1926.- Señor Director de la Armada.- Confirmando mi telegrama de hoy, cúmpleme noticiar a V.S. la sensible pérdida de la lancha de vapor, suceso acaecido a las 4 hrs. 12m., a consecuencia del fortísimo temporal reinante. la perdida se produjo en la forma siguiente; La lancha se encontraba con los fuegos apagados, amarrada al tangón de estribor, perfectamente asegurada con boza, contra-boza, codera, etc., vale decir, afianzada en forma marinera. Los cabos que la sujetaban al buque, eran nuevos, de buena calidad, tanto que no fallaron; pero si los cáncamos y grilletes, en la quilla de proa, parte interior de sentinas, en donde aquellas estaban afirmadas desde su construcción. A la hora indicada, el Oficial de guardia, Guardiamarina Italo Velardo, que consagraba toda su atención a la predicha embarcación, advirtió que dos recios golpes de mar sucesivos hacían pasar por ojo, en un instante la lancha, y así quedó suspendida unos 15 minutos, hasta que, el enorme peso y potente corriente concluyeron por arrancar el tangón, rompiendo seguidamente bozas y el amantillo de éste, un calabrote de acero de 0.020 m de mena. Recibida la novedad del Oficial de guardia, de inmediato me levanté y en compañía del 2º Comandante, dirigí todas las maniobras conducentes al probable salvamento de la embarcación; pero, al izarse el tangón y boza, con esperanza de que hubiese podido subsistir alguna amarra a la lancha, se comprobó que sólo volvían a la superficie los cáncamos y grilletes de que hablo más arriba. Estos habían sido pues, arrancados violentamente de cuajo, lo que da idea de la potencia de la corriente en ese momento. Sólo pudo salvarse un tanto averiado, el tangón. Antes de esta maniobra, había pensado solicitar telegráficamente el concurso de un buzo, pero después de estudiar debidamente la situación, llegué al firme convencimiento, de que todo intento sería, y es a lo menos por ahora, ineficiente e inútil, dado que la embarcación debe estar distanciada de las inmediaciones del buque, en virtud de la enorme pujanza de la corriente, realmente avasalladora, fuerza y signos evidentes, por la desmesurada creciente de abajo, cubriendo el terraplén de la zona franca, rozando casi la superficie del muelle local, y arrastrando grandes camalotes que pasan rápidamente por el costado del buque aguas arriba. El buque , fondeado en 7 brazas de agua, ahora está sobre dos brazas más. No obstante cuanto acaba de informar, es decir, que me inclino a creer definitivamente la pérdida de la lancha, en cuanto amaine el tiempo, le garantizo a V.S. que no me escatimaré ningún esfuerzo a fin de efectuar un riguroso rastreo, para ver si es posible situar el punto, donde yace el casco de la lancha. Merced a una feliz casualidad, tengo la fortuna, en medio de la conmoción que ha originado a bordo esta valiosa pérdida, de llevar a conocimiento de V.S. que se han salvado una vida, la del marinero de máquina Leoncio Pereyra, quien unos segundos antes de producirse el hundimiento disponíase a embarcar en la lancha, para encender los fuegos como de costumbre, poco antes del toque de diana, a cuyo efecto, ya se había desprendido del costado, para pasar al tangón. Al aclarar el día, pudo verse desde a bordo, que en el puerto y en las proximidades del muelle, había una buena cantidad de embarcaciones a pique, algunas de buen tamaño, visto estos por el suscrito, y como el temporal arreciara, dispuse arriar y embarcar el primer bote, con un oficial, y elementos adecuados para que se dirigiera al muelle o alrededores a prestar su posible auxilio. El crucero, no obstante sus 20 pies de calado y sus 2400 toneladas de desplazamiento, rolaba marcadamente, lo que demuestra las características del temporal que se soporta aún hoy. Saluda a V.S. atentamente, el Comandante. Carlos A. Olivieri. PARTE DEL OFICIAL DE "DERROTA".

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