Aportes a la historia de la marina de guerra nacional ROU

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"Treinta y Tres", derribamos rápidamente , y de nuevo, se enfrentó al enemigo, pero esta vez, como la marcha era aguas abajo, se dispararon los cañones de la batería de babor, el andar de la cañonera, de esprofeso, era muy lenta, y al enfrentar mismo a la barranca, el comandante, paró la máquina, y en esta forma, se siguió combatiendo, constatándose un impacto de nuestra artillería, cuando se vió claramente desde abordo, que una casa de material, próxima a la costa, pero entre el monte, desde donde se nos hacía fuego encarnizadamente, volaban las tejas de su techo, y caían un mojinete poco después. Pasando este, el enemigo apagó sus fuegos, visto lo cual , seguimos navegando hasta fondear en el paraje de costumbre, donde el personal de abordo, se ocupó de la limpieza de los cañones, fusiles y ametralladoras usadas en el tiroteo, así mismo, el personal especializado procedió a la recorrida de la cabullería y maniobra firme del aparejo, cambiando las partes dañadas y el carpintero y su ayudante taponeó la obra muerta donde las balas cambiadas con el enemigo habían averiado levemente. Serían las dos de la tarde, cuando el centinela del puente, interesante y veraz coincidencia, que quiero recalcar para los que hayan leído el asalto y apresamiento de la Cañonera "Artigas" y recuerden detalles, el nombre de aquel muchacho llamado Nicolás Duque, que también era el centinela apostado cuando el pailebote "República Triunfante" abordó a la Artigas que sorprendido talvez por el combate desarrollado en la cubierta de la cañonera, se arrojo al agua abandonando el puesto, pero en esta ocasión, Duque no se tiró al agua, sino que gritando con enérgica voz, como manda el reglamento, dijo: -¡cabo... de....guardia una embarcación con dirección abordo! Se trataba de una ballenera que se había desprendido del muelle de Nueva Palmira, como se ha dicho en poder del enemigo, que izaba en su único palo, una bandera de "la Cruz Roja". Al permitírsele atracar al buque, subieron abordo el Vice Cónsul Español, el de igual clase Argentino, el Dr Murgia, médico del pueblo, y otros vecinos, que venían en la piadosa misión de socorrer a los heridos, que suponían habíamos de tener como resultado de los recientes combates. Al comunicarles que abordo no los había, se retiraron nuevamente, no sin que antes uno de ellos, dijera confidencialmente al comandante, que los revolucionarios, habían tenido once heridos y probablemente un muerto. Así transcurrían estos días, de nuestra vigilancia en las costas de Palmira, tiroteándose todos los momentos en que en nuestra lenta navegación se pasaba frente a las guardias apostadas en los parajes indicados, pues jamás nos molestaron desde el pueblo. Se les había advertido por lo demás, que al primer disparo que hicieran desde esa localidad, se le bombardearía sin consideración alguna, como a cualquier otro enemigo, y nunca lo hicieron pues. Una tarde, al pasar en recorrida por debajo, y muy próximo por así indicarlo el canal, de la alta barranca, donde está la pirámide recordatoria de Solís, fuimos tiroteados encarnizadamente , por las fuerzas allí estacionadas, contestando la "Suárez" en debida forma. Vaya también , para amenizar en algo este historial, por fuerza pesado, una anécdota que corrió a cargo de Matías Abril, mozo de cámara del comandante. Matías, influenciado sin duda por el estricto cumplimiento del horario interno, al marcar el reloj las 3h. p.m. que era la reglamentaria para servir el té a los Oficiales subió al puente de mando, y dirigiéndose al comandante Escabini en el preciso momento que las balas enemigas cruzaban el puente en mayor proporción, tranquilamente , con su palabra seceosa le dice: " le sibo....el té...señod...comandante?" es de suponer la contestación que recibió el bueno de Matías.... Otra: en ese mismo momento de este tiroteo, el Sub-Tte José Aguiar, tomando bien la puntería con su ametralladora de 25 mm instalada en la toldilla a un grupo de revoltosos que vestidos de blanco y agitando banderas del mismo color, estaban trepados de pie en las viejas fortificaciones, hecho el disparo no se vió ninguno de pie, dando motivo esta incidencia, para que la tripulación que apostada desde el castillo y la toldilla, hacían nutrido fuego, prorrumpieran en estruendosa gritería de entusiasmo. Cabe pregunta, ¿se tiraron prudentemente detrás de aquellas fortificaciones de espesas paredes de piedra?, ¿ o cayeron definitivamente?, no lo supimos entonces, pero debió ocurrir lo primero , pues de lo contrario la cosa hubiera trascendido seguramente. Una noche, en nuestra habitual navegación río abajo, avistamos un gran vapor, que navegaba de vuelta encontrada rumbo al Norte, es decir Uruguay arriba, el cual, al enfrentar a la Boca del Bravo, apagó todas las luces. De inmediato, se tocó abordo zafarrancho de combate haciendo proa al barco fantasma, al aproximarnos sentimos el murmullo de la gente que conducía, y ya puestos a través, reconocimos que se trataba del vapor de la carrera "París", que al ser interrogado con el megáfono su Capitán, dijo ir al puerto de Paysandú, conduciendo por orden del Gobierno, los batallones 1º y 2º de Policía de la Capital. Se le advirtió que la tropa, debía retirarse de cubierta y en especial de la banda de estribor, guardar el mayor silencio navegando recostados al veril del canal argentino, pues desde Punta Chaparro, podían tirotearlos al aproximarse. La cañonera por su parte, navegó al costado del París, sobre costa Oriental, pronta a responder con su artillería cualquier agresión enemiga. La maniobra tuvo éxito, llegando el "París" a destino sin novedad.

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