REVISTA PRENSA ENERGETICA ABRIL / MAYO 2012

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nómico de este recurso ya que no solo hay pocos datos y de corta duración, sino que además no se ha perforado ningún poco dirigido u horizontal, que son los que realmente permitieron mejorar la economía de todos los proyectos en USA y Canadá. También es prudente remarcar que una consultora privada auditó reservas de petróleo para la zona de LLL del orden de 81 MMBO para las 3P con 23 MMBO des P1, si bien modesto, estos volúmenes son ya un indicio que pueden comenzar a certificarse reservas; no contamos con los elementos técnicos necesarios para opinar sobre este estudio. Haciendo un repaso de lo aquí discutido, en nuestra opinión, con las condiciones actuales de precios y costos de perforación, podríamos estar cerca de trasformar parte de los recursos del “shaleoil” en reservas mientras que el panorama para el gas es mucho más difícil y un posible desarrollo de estos recursos requerirá o bien una drástica reducción de costos o un también drástico aumento de los precios de boca de pozo; o una combinación de ambos. Si ninguno de estas alternativas se da, quizás gran parte de los recursos del “shale gas” quedaran para ser explotados por generaciones futuras. Un factor muy importante que no hemos discutido en este artículo aún es el de la logística y la capacitación de personal necesarias para el desarrollo de estos proyectos no convencionales, ya sea para petróleo o gas. No escapara al buen criterio de nadie, que el número y tipo de equipos de perforación actualmente activos en el país es absolutamente insuficiente para avanzar con estos proyectos; lo mismo ocurre con el equipamiento de terminación y estimulación de pozos.¿Cuánto tiempo demandará crear esa infraestructura? ¿Estamos dispuestos a facilitar ese proceso de importación masiva de equipamiento? Finalmente, ¿cuánto tiempo adicional demandara tener el personal adecuadamente capacitado para que la totalidad de ese equipamiento funcione de

manera eficaz y eficiente? ¿Existe ese personal?

¿Y el resto del potencial exploratorio? Otro punto no menos importante es que esta fiebre por el shaleoil y el shale gas, puso en el arcón de los olvidos al potencial exploratorio que descansa en los bloques aún no explorados o con incipiente estado de conocimiento que no solo se ubican en cuencas no productivas sino en al-

gunas de las cuencas más prolíficas del país. ¿Qué vamos a hacer con ellos? Los hemos condenado al olvido? ¿Por riesgosos que sean los “plays” posibles en esas áreas, no ameritan al menos capturar un poco del interés que actualmente se concentra casi exclusivamente en los “no convencionales”? ¿Qué van a hacer las Provincias con muchísimos bloques de exploración licitados hace años y con escasa o bajísima actividad? Personalmente creo que hay más gas y crudo, gran parte del posiblemente pesado, por descu-

“…no fue sino hasta fines del 2010, momento en el cual REPSOL YPF realizó el anuncio del megayacimiento de “shale gas” en Vaca Muerta, que la Industria y la sociedad argentina prestaron atención al fenómeno. Recordemos que ese anuncio involucro a casi la totalidad de la clase política de nuestro país, sin distinción entre oficialismo y oposición. Si algún incentivo faltaba para que distintas Operadoras se lanzaran a la búsqueda de los no convencionales, llegó el endeble informe preparado por una Consultora para el EIA, que asigna recursos por más de 700 TCF de gas a las cuencas sedimentarias de nuestro país. El “horno” ya estaba bastante caliente y para atizar un poco más el fuego llegó una “invasión” de “major” y fondos de inversión buscando frenéticamente oportunidades, para no quedarse afuera de la gran “fiesta de los no convencionales” que estaba por comenzar”.

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