EDITORIAL
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Desensillar hasta que aclare El cost –plus implica la internalización de los costos de inversión, la determinación ante qué se hace, dónde y quién paga el costo (con el consabido riesgo de la equivocación). En un esquema donde el principal problema es equilibrar la balanza comercial y las cuentas públicas, la incorporación de activos e inversión no trasladable a precio/tarifa es endeudamiento para el Gobierno (mayor fuga de divisas) y, por qué no, mayor ineficiencia en la gestión de flujos. Otro punto comentado en los pasillos de una importante petrolera:“Nosotros gestionamos lo que tenemos eficientemente, ahora ellos deberán gestionar lo suyo. Si vienen por todo, sufrirán lo que todo país deficitario, con el agravante que acá tienen que convencer a las provincias y hacerse cargo de la comercialización.” Mientras, ya saben que cuando el Gobierno se hace cargo, contrata servicios y “¿Quién más capaz que nosotros que lo venimos haciendo y sabemos cómo se hace?” Recrudece el eterno problema entre el stock y el flujo. “Sin precio o tarifa, las consecuencias las pagan ellos. Cada día más cerca del tropezón”, aludiendo ya no al desabastecimiento sino a quien afronta el costo de la gestión sectorial”. En el sector de los servicios la cosa está más clara aún: “Nosotros hicimos los deberes a nuestro costo”, se escuchó por allí. “Ahora que lo hagan ellos con Edenor y Edesur o asuman las consecuencias. Son más del 50% del mercado y un apagón en Buenos Aires, no es una zona periférica.” CAMMESA está “quebrada”. Los montos acumulados no podrán ser transferidos mediante cargos adicionales. Ha dejado de ser una cuestión financiera para ser política. Prueba de ello han sido los intentos ya fracasados. “Las distribuidoras estamos tranquilas. Advertimos hace tiempo, no es un tema de costos dispares entre las distintas provincias, es un tema de desinversión”. Los programas federales solo atendieron parte de las necesidades sectoriales y requieren permanente inyección de fondos. Lo que queda al Gobierno por trasparentar son los procedimientos de regulación del costo-plus.Teniendo en cuenta que ello supone una planificación centralizada, la otra pregunta que surge es quién la va a hacer. (Porque una cosa es pedir información e incluso regular: emitir resoluciones y decretos, pero, como el sector sabe, su aplicación es otra cosa). Antes deberán pasar por los cadáveres de más de una provincia productora, que de ver afectado su flujo de ingresos, repensará lealtades. Los empresarios lo saben e YPF debería. Hay un problema de tiempos. Convertir recurso en producción es cuestión de varios años e inversión. Desarrollar infraestructura también. El costo plus fracasó por desfinanciamiento y la magnitud de las ineficiencias asignativas que conllevó la gestión de un sector desfinanciado.