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Consumo abusivo de bebidas alcohólicas según el sexo y el grupo de edad del adolescente escolarizado

Consumo abusivo de bebidas alcohólicas según el sexo y el grupo de edad del adolescente escolarizado1

1 Artículo derivado de una investigación del Grupo de investigación Aplicaciones Estadísticas y Salud Pública. Facultad Nacional de Salud Pública, Universidad de Antioquia.

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Ramón Eugenio Paniagua Suárez

Mg. en Salud Pública Profesor Universidad de Antioquia, Facultad Nacional de Salud Pública ramon.paniagua@ udea.edu.co

Carlos Mauricio González Posada

Candidato a doctor en Ciencias Sociales Profesor Universidad de Antioquia, Instituto Universitario de Educación Física mauricio. gonzalez@udea.edu.co

Resumen

Objetivo: determinar la distribución del uso abusivo de licor a lo largo de una década de estudios, según el sexo y el grupo de edad al que pertenece el estudiante. Métodos: se hace una estratificación con la pregunta ¿puede parar fácilmente de beber después de tomar dos tragos de licor? La muestra inicial se reduce a los que efectivamente han consumido alguna sustancia una vez en la vida; se calculan, la prevalencia y las razones de prevalencia para hombres y mujeres y para los grupos de edad. Resultados: el consumo abusivo de bebidas alcohólicas es más probable en las mujeres que en los hombres en dos municipios del oriente antioqueño, aunque no hay diferencia estadística; en Medellín, el consumo abusivo es más probable en los hombres; en la zona nororiental es estadísticamente diferente. Conclusión: el consumo abusivo de bebidas alcohólicas es un problema de salud pública en la población adolescente.

Palabras claves: adolescente, bebida alcohólica, sexo, edad.

Introducción

Las bebidas alcohólicas son la primera sustancia psicoactiva consumida por los adolescentes escolarizados en los estudios que ha adelantado la línea de investigación, mediciones en salud pública del grupo de investigación, aplicaciones estadísticas y salud pública de la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia. En promedio, dos de cada cinco estudiantes inician su consumo con una bebida alcohólica a la edad de 12 años, aproximadamente. El consumo de bebidas alcohólicas en Colombia es ilegal para una persona con una edad menor a 18 años. Madrid (2002) dice que la utilización de las bebidas alcohólicas viene de muy antiguo. Las civilizaciones chinas, egipcias y la cultura mesopotámica ya usaban el vino, aunque con un carácter ritual. Las bebidas alcohólicas han estado presentes en todas

las culturas y civilizaciones del mundo. La escalada de consumo en la mayoría de países ha sido notable. El consumo de alcohol es un hábito, forma parte de los llamados estilos de vida y está culturalmente aceptado en la mayoría de los países occidentales. Por tanto, no es solo un comportamiento individual, sino que se encuentra fuertemente influenciado por normas sociales y por el contexto socioeconómico y cultural en el que vivimos.

A pesar de generar problemas a nivel de salud social e individual, el consumo de sustancias psicoactivas va en continuo crecimiento, según indica la Alcaldía de Medellín (2001), influyendo en la estabilidad emocional de los adolescentes del mundo, de nuestro país y en especial de nuestra región.

Según las investigaciones realizadas en Colombia, es mayor el consumo de sustancias psicoactivas como el alcohol, cigarrillo y marihuana en las personas de sexo masculino. El consumo y abuso de sustancias psicoactivas afecta a grupos poblacionales en los cuales se incluyen los adolescentes, quienes inician el consumo entre las edades de 10 y 14 años aproximadamente. Dentro de las sustancias ilegales que más se consumen en Colombia, según la Fundación FES (2005), se encuentra la marihuana con una prevalencia durante la vida del 10,6 % y la cocaína con el 7,2 %; dentro de las sustancias legales consumidas de mayor prevalencia en la vida, se encuentran el cigarrillo con un 36,7 % y el alcohol con un 56,5 % respectivamente. En Medellín, el 25,6 % de los consumidores está entre los 15 y 19 años de edad. El consumo nocivo de alcohol, según el Ministerio de protección social (2013), es un concepto que engloba el consumo excesivo o inmoderado de alcohol entre la población adulta, la dependencia alcohólica (o alcoholismo), el consumo indebido de bebidas alcohólicas en los menores de edad y otros grupos especialmente vulnerables ( mujeres embarazadas o lactantes, personas enfermas o con trastornos mentales), el consumo en contextos inapropiados, y diversos patrones de consumo riesgoso o perjudicial que comprometen no solo la seguridad

de los tomadores, sino también de otras personas. El continente americano y la región latinoamericana en particular se destacan a nivel mundial entre las áreas mayormente afectadas por el consumo nocivo de alcohol. Colombia no es una excepción.

La relación de la familia del adolescente con el consumo de bebidas alcohólicas de este se reporta en dos estudios realizados, uno en Lima y otro en Estados Unidos en la siguiente forma. Según Terrones & Villanueva (2016) existe relación estadísticamente significativa entre valores bajos de dinámica familiar con valores altos de consumo de bebidas alcohólicas. Según Potter & Soren (2016), la comunicación entre padres e hijos ha sido examinada en la literatura por su influencia en el consumo de alcohol en los adolescentes y el problema con la bebida, y se ha demostrado que es protectora. Sin embargo, el contexto de la relación padre-hijo y las actitudes de los padres con respecto al alcohol tienen un impacto en la medida en que la comunicación entre padres e hijos es protectora. A pesar de la buena evidencia de que la comunicación es protectora, no está claro qué contenido y contexto de la comunicación es más efectivo para disminuir el problema de la bebida. Se han realizado pocos estudios nacionales en los EE. UU, sobre el problema del consumo de alcohol en adolescentes.

Para Ángela María Quintero (1997), en situación conflictiva todos los miembros de la familia están expuestos y son vulnerables a los factores de riesgo, pero algunos de los subsistemas o integrantes pueden afectarse más que otros; también, dependiendo de diversos factores, como el sexo, el rango de edad, los recursos personales y sociales, las fuentes de apoyo, entre muchos otros. Al respecto, la etapa de la adolescencia ha sido estudiada y descrita como un período de grandes cambios y una etapa conflictiva, lo que hace que presente mayor vulnerabilidad o riesgo, pues en la adolescencia se interiorizan normas, costumbres y usos en la interrelación humana, a través de la socialización en los ámbitos familiar, social, escolar y comunitaria.

Las instituciones educativas en las cuales se encuentran los adolescentes juegan un papel importante en el consumo de bebidas alcohólicas por parte de los estudiantes, según lo reporta March Cerdá et al. (2010) en su investigación, realizada en España, la que afirma que el consumo de alcohol entre adolescentes es un problema social y de salud pública en el ámbito español. Los centros educativos son un espacio idóneo de intervención contra el consumo de alcohol entre los adolescentes, lo que requiere formación y disponibilidad del profesorado, así como coordinación con otros actores.

En este estudio, el consumo abusivo de bebidas alcohólicas se identifica porque el adolescente acepta que no puede parar de beber después de dos o más tragos de licor. La distribución de esta variable se mide en las poblaciones donde se han realizado los estudios a lo largo de una década y se expresan según el sexo y el grupo de edad al que pertenece el estudiante.

Desarrollo

La población estuvo constituida por la totalidad de adolescentes que estaban matriculados y cursaban, al momento de la aplicación del cuestionario, cualquier grado de secundaria en los planteles educativos privados o públicos que operaban en los municipios y en las dos zonas del municipio de Medellín.

Se realizaron siete estudios descriptivos de corte transversal para hacer las mediciones en salud mental en los adolescentes escolarizados. Posteriormente, se realizaron análisis secundarios desde esas fuentes primarias recogidas en los siete macroproyectos identificados así: en el 2006, en la Zona Nororiental de Medellín; en el 2010, en los municipios de Ebéjico, Copacabana; en el 2010 en la Zona Noroccidental de Medellín; en el 2015, en Marinilla y en el 2017, el Carmen de Viboral. Cada estudio contó con el aval del Comité Técnico de Investigaciones y el Comité de Ética de la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia.

En cada población, se diseñó una muestra aleatoria con una confianza del 95 % para estimar la proporción de adolescentes que consumieron sustancias psicoactivas. Se distribuyó el tamaño de la muestra diseñada para cada municipio o zona en forma proporcional para el número de estudiantes en cada colegio. La unidad de observación la conformaron cada uno de los adolescentes que se encontraban matriculados y estudiando en algún curso entre sexto y undécimo grado en cualquiera de las instituciones públicas y privadas tanto del área rural como urbana de los municipios de Copacabana en el año 2010, Ebéjico en el año 2010, Marinilla en el año 2015, Carmen de Viboral en el año 2017 y Medellín (Zonas Nororiental en el año 2006 y Noroccidental en el año 2010). Para la recolección de la información se tomó el consentimiento a los padres y las directivas docentes y el asentimiento a los estudiantes y fue aplicado un cuestionario que debía ser autodiligenciado por los adolescentes bajo la supervisión de los encuestadores, quienes eran psicólogos o trabajadores sociales capacitados antes de la recolección de los datos. Se implementaron el instrumento para medir el consumo de sustancias psicoactivas CIDI II (Organización Mundial de la Salud, 1997) y el paquete estadístico SPSS (Landero & González, 2006) para analizar la información.

Una vez analizada la muestra aleatoria recogida en cada municipio, se hizo una revisión de la pregunta “puede parar fácilmente de beber después de tomar dos tragos de licor”, eliminando los datos faltantes y la no respuesta de ese archivo. La muestra inicial se redujo a los que efectivamente habían consumido alguna sustancia psicoactiva una vez en la vida. Ese fue el valor n con el cual se calcularon la prevalencia, la edad media de inicio, la desviación estándar (d.e.) y la razón de prevalencia (OR) para hombres y mujeres y para los estudiantes de 11 a 14 años de edad y los de 15 a 19 años de edad (Colimón, 2010). En la Tabla 1 puede observarse que la edad promedio de inicio de consumo de bebidas alcohólicas, incluyendo la desviación

estándar, se ubica en la adolescencia temprana de los estudiantes, la edad en que cursan los primeros años de la educación secundaria. La prevalencia de no poder parar de beber después de tomarse dos o tres tragos de licor, llega hasta una proporción que representa a uno de cada seis estudiantes con este problema entre los que han consumido alguna sustancia psicoactiva en su vida. Tal forma de consumir bebidas alcohólicas es lo que se llama el consumo abusivo, pues no puede suspenderse dada la adherencia que demuestran hacia él estos estudiantes.

El consumo abusivo de bebidas alcohólicas es más probable en las mujeres que en los hombres en dos municipios del Oriente antioqueño, en los cuales se tiene un nivel de vida parecido al de la ciudad de Medellín. Aunque no hay diferencia estadística en la prevalencia de hombres y mujeres, llama la atención que en sociedades tan cerradas como las de esos dos municipios, el consumo de bebidas alcohólicas por parte de las mujeres sea mayor. En Medellín, el consumo abusivo es más probable en los hombres que en mujeres y en la zona nororiental de Medellín es estadísticamente, diferente (Tabla 1).

La razón de prevalencia del consumo abusivo de bebidas alcohólicas según el grupo de edad, indica que es más probable en el grupo de 11 a 14 años en los municipios, Copacabana y Marinilla. En los demás, es más probable en el grupo de 15 a 19 años que es la adolescencia tardía, siendo estadísticamente diferente en el Carmen de Viboral (Tabla 1).

Tabla 1. Prevalencia de consumo abusivo de bebidas alcohólicas y razón de prevalencia de consumo por parte de los adolescentes escolarizados en una década de estudios

Nororiental de Medellín, n=462 Noroccidental de Medellín, n=385 9,6 1,320 0,669-2,605 0,67 0,331-1,361

Copacabana n=224 Ebéjico n=333 Marinilla n=358 Carmen de Viboral n=360 Consumo abusivo OR, Hombres a Mujeres

OR, de 11 a 14 años y 15 a 19 años % OR IC95% OR IC95%

16,0 1,824 1,093-3,044* 0,88 0,536-1,455

5,2 1,071 0,472-2,434 1,26 0,558-2,681

16,5 1,389 0,767-2,517 0,72 0,397-1,305

12,8 0,897 0,481-1,675 1,33 0,707-2,500

16,4 0,718 0,408-1,266 0,48 0,269-0,847*

* Hay diferencia en las prevalencias.

Conclusiones

El estudio muestra que en los dos municipios del Oriente, alejados del gran centro urbano que es Medellín, las mujeres consumen más abusivamente licor que los hombres, aunque no hay diferencia estadística en las prevalencias. De estos dos municipios, el más conservador es el Carmen de Viboral y pareciera que los jóvenes de 11 a 14 años de edad se emanciparan en ese grupo de edad porque consumen abusivamente más licor que los de 15 a 19 años con una diferencia significativa desde el punto de vista estadístico; la diferencia es estadísticamente significativa entre las dos prevalencias. Los hombres en la zona nororiental de Medellín parece que tienen más oportunidades de consumir, porque consumen más

abusivamente licor que las mujeres, con diferencia estadística entre las prevalencias de consumo. Esta zona ha sido estigmatizada porque en la década de los ochenta surge en ella el fenómeno del sicariato y en dos de esas cuatro comunas se concentra el 95% de la mayor población con necesidades básicas insatisfechas.

Un estudio realizado por Maggs & Staff (2018) muestra que la actitud de los padres frente al consumo abusivo de bebidas alcohólicas debe ser tomada en cuenta. Reporta que los padres no abstenidos, con ventajas socioeconómicas, evidencian una actitud más permisiva con respecto a la bebida temprana de sus hijos, que es un factor de riesgo para la iniciación temprana, el uso más intenso y otras conductas problemáticas. Otro estudio, llevado a cabo por Barragán et al. (2016) manifiesta que, así mismo, la frecuencia de consumo de tabaco y alcohol en los estudiantes cuyos padres se muestran permisivos son significativamente mayores respecto al grupo de alumnos con padres que no se los permiten. Se puede destacar el inicio prematuro del consumo de sustancias en la etapa adolescente y la importancia de las relaciones familiares en la prevención del consumo. Un tercer estudio de la autoría de Telumbre et al. (2017) indica que sus hallazgos manifiestan que la familia juega un papel primordial en la adquisición de conductas saludables y no saludables de los adolescentes, por lo cual se requiere que el profesional de salud mental diseñe e implemente intervenciones que incluyan a la familia y a los adolescentes en el fomento de estilos de vida saludable.

Considerando el hecho de que las mujeres consumen abusivamente más licor que los hombres en dos de las poblaciones, un estudio realizado en España por Romo et al. (2015) menciona unos resultados similares, porque ponen de manifiesto tanto aspectos diferenciados como compartidos entre chicos y chicas con relación a los procesos de inicio al consumo de alcohol, experiencias de consumo intensivo y control de riesgo. Especialmente, con relación a los procesos de ruptura dentro del sistema de género provocados por las prácticas de consumo intensivo de alcohol en el espacio público por parte de chicas.

Una limitante de este estudio consiste en que el uso abusivo de licor no se explora suficientemente con una batería de preguntas, sino que se hace con base en una pregunta del cuestionario.

Recomendaciones

La significación teórica de los resultados es que el consumo abusivo de bebidas alcohólicas es un problema de salud pública dentro de la población adolescente escolarizada que afecta a uno de cada 10 estudiantes y que tiene graves consecuencias para la salud física y mental y para el sistema de relaciones del adolescente. En el nivel práctico, se requiere una mayor atención de los padres y los docentes para la población de estudiantes entre los 11 y los 14 años edad que consume licor más abusivamente que los estudiantes de 15 a 19 años en cuatro de las seis poblaciones, siendo significativa la diferencia estadística en la prevalencia de ambos grupos en el Carmen de Viboral.

El consumo de bebidas alcohólicas en Colombia es ilegal para personas menores de 18 años; las intervenciones deben remarcar esta situación y no centrase solamente en los efectos del consumo que se sabe que son muy perjudiciales; hay que hacer énfasis en la necesidad del respeto a la norma y no tolerar el consumo en menores de 18 años.

Referencias

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