Ramón Esteve
Fundador y director de Ramón Esteve Estudio undó el estudio en 1991 con el convencimiento de que la arquitectura era una disciplina global. Desde entonces, ha ido formando un equipo de profesionales, hoy 27, conectados por un objetivo común: generar respuestas creativas en nuestro entorno creando lugares y objetos singulares. Entusiasta y comprometido, su identidad queda patente en cada obra, dentro y fuera de nuestras fronteras. ¿Cómo definirías el Estudio en 3 palabras? Creatividad, diseño, emoción. Una idea surge de la creatividad que, a través del diseño, conecta con la dimensión emocional del usuario. ¿Cómo ha evolucionado desde su creación? El Estudio nació poco a poco, la verdad es que casi sin darme cuenta, y se fue materializando. Con el tiempo el trabajo fue creciendo, y gracias a la incorporación y colaboración de Juan Ferrero, mi socio, mis inquietudes se convirtieron en tres líneas de negocio en las cuales se articula actualmente el Estudio. Ahora es una empresa sólida y una marca bien posicionada en el ámbito de la Arquitectura y el Diseño, a nivel nacional e internacional que cuenta con un equipo de 27 personas. ¿Qué hay que hacer para dirigir una compañía como la tuya? Hay que levantarse cada día con entusiasmo y con la convicción de que lo que haces mejora la vida de las personas. Evidentemente en el mundo empresarial hay que apagar fuegos todos los días, pero si trabajas por algo en lo que crees, es imposible rendirse. Por supuesto, rodearse de un equipo de profesionales que comparte tu pasión es otra de las claves para el buen funcionamiento de la empresa. En mi Estudio cuento con profesionales de diferentes disciplinas (arquitectos, diseñadores, interioristas, especialistas en gráfico, administración, finanzas y comunicación), y entre todos nosotros existe gran afinidad. Creo que para el buen funcionamiento de una empresa es tan importante el talento como la calidad humana, y puedo decir orgulloso que mi equipo cuenta con ambos. ¿Tienes algún lema en tu trabajo? Me gusta mucho una frase de Aristóteles que dice “La excelencia no es un acto, es un hábito.” ¿Hubo alguna decisión genial que hizo que el negocio despegara? Una de las cosas que siempre he hecho, tanto en arquitectura como en diseño, es mirar las cosas desde el punto de vista del usuario y plantear diseños con los que a mí me gustaría encontrarme. Además, siempre me ha parecido interesante hacer cosas y contarlas. El Estudio es multidisciplinar, y aunque la mayor parte del volumen de trabajo son proyectos de Arquitectura y Diseño, también trabajamos otras líneas enfocadas a la parte de Branding para determinadas marcas que nos lo piden en un momento dado. Saber focalizar y comunicar las líneas que tienen más personalidad creo que ha sido una de las cosas que nos ha diferenciado, por ser también de los primeros que otorgaban especial importancia a la forma de mostrarlo. ¿Cuáles son las señas de identidad de tus proyectos? Creo que diseñar, por el simple hecho de hacerlo, no tiene sentido. De alguna forma hay que buscar la trascendencia del proyecto para que
mejore su entorno, que tenga algo detrás que le dé personalidad. En definitiva, siempre intento que el diseño trascienda del objeto y del espacio buscando que el conjunto tenga sentido. ¿En qué estáis trabajando ahora? Estamos inmersos en varios proyectos a nivel nacional e internacional. En el ámbito de diseño de producto, continuamos colaborando con marcas como Vondom y Porcelanosa. También con algunas empresas italianas, como Talenti; y norteamericanas, por ejemplo Danao Living, con las que estamos empezando a hacer cosas interesantes. En arquitectura estamos trabajando fuera de España, concretamente en el diseño de un macrocomplejo urbanístico en Abu Dhabi, en el que nos encargamos desde el urbanismo hasta la edificación, lo que está suponiendo todo un reto para el Estudio. En el ámbito nacional tenemos cada vez más proyectos fuera de la Comunidad Valenciana, sobre todo en Madrid y Barcelona. ¿Qué es el éxito para ti? El éxito para mí es conseguir que un cliente trabaje conmigo y no contra mí, es la única forma de poder sumar. Los reconocimientos externos ayudan a que depositen en ti esa confianza. ¿Qué recomendarías a los jóvenes que se inician ahora en el mundo de la arquitectura y el diseño? Dada la velocidad a la que está cambiando la sociedad, así como la forma de trabajar y las necesidades del mercado, creo que lo más importante para los nuevos arquitectos y diseñadores es buscar nuevas vías para desarrollarse. Las referencias pueden servir como punto de partida, pero las nuevas generaciones deben salir dispuestas a hacer cosas que respondan a una nueva forma de ver la vida. Esta reflexión se puede aplicar a cualquier disciplina o profesión, puesto que se está viendo que los trabajos que van a ser importantes en 10 años ahora mismo ni siquiera existen; y es muy importante que los jóvenes estén preparados para responder a los retos del futuro. Creo que lo más importante es tener capacidad de generar cosas con emoción y entusiasmo, esas son las constantes de las que siempre va a haber demanda. Muchos directivos no llegan a desconectar nunca del trabajo. No pueden. Cuando necesitas desconectar de verdad… ¿Cuál es tu remedio? La verdad es que me gusta permanecer conectado, siempre que no me suponga un estrés innecesario. Me preocuparía no estar siempre pensando en crear y con ideas nuevas rondando mi cabeza. Un coche ¿cuál? Me encantan los coches todoterreno, y soy fiel a Land Rover. ¿Algún truco de relajación antes de enfrentarte a una importante reunión? Ordenar el Estudio. Sobre todo al inicio de un proyecto. Poner las cosas en su sitio y despejar los espacios de trabajo me relaja y me ayuda a focalizar mi mente sobre un nuevo reto creativo. Es un poco metafórico, pero funciona. También me gusta mucho escuchar música clásica contemporánea, su fuerza me ayuda a templar el espíritu. ¿Con qué sueña Ramón Esteve? Con el elixir de la eterna juventud, en el sentido de no perder nunca la ilusión por las cosas.
FOTOGRAFÍA MARIELA APOLLONIO
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