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Aitziber Garmendia

...todo fluye y el ambiente hace que trabajemos relajados y confiados del buen resultado final.

Texto y Fotografía: Pepe Castro

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Hoy traigo un retrato que creo tiene estética y fuerza a partes iguales, se trata de la actriz Aitziber Garmendia con la que quedo una mañana, en un estudio madrileño.

Llega al estudio muy jovial, con ganas de trabajar y como transmitiendo esas ganas al resto de los que allí estamos. Es la primera vez que coincidimos, pero en cuestión de minutos parece como si ya tuviéramos varias sesiones juntos a la espalda. Es prometedor cuando alguien es capaz de entrar en situación tan rápido y transmitir al resto del equipo esas buenas vibraciones. Aún nos queda un rato para poder empezar, maquillaje por su parte, y algunos ajustes técnicos en el plató por la mía, pero todo fluye y el ambiente hace que trabajemos relajados y confiados del buen resultado final.

Una vez listos, Aitziber se presta sin pereza para los últimos ajustes con ella ya en el lugar para comprobar que todo está ok, y ahora sí, empezamos.

Los primeros disparos siempre suelen ser una toma de contacto, aunque nunca se sabe si estos pueden traer mas de lo que en principio podría esperarse de este calentamiento.

Tras varios minutos de charla y sesión, aunque ya me ha dejado varias tomas muy buenas, le pido un pequeño experimento, algo muy fácil para ella como gran profesional que es. Le he pedido que ahora durante un tiempo cuando mire a la cámara ponga algo suyo en el pensamiento, pero algo que no tenga nada que ver con lo que estamos haciendo en este momento, y que intente traspasarlo a un hipotético espectador.

En ningún momento llegué a preguntarle que era eso que pasaba por su mente, si era personal, si era profesional o si simplemente era algún tipo de reflexión. Sea como fuere, precisamente eso es lo que me gusta de este retrato, que Aitziber no nos deja indiferentes y que cualquiera que lo mire no podrá evitar reflexionar también sobre lo que pudiera esconderse detrás de esa mirada de Aitziber.