DNG Photo Magazine Nº 109 - Septiembre 2015

Page 30

Entrevista [DNG] acomodador, aunque en realidad todos nos hacíamos todo: los trajes, la tramoya, la iluminación,... Hice el primer papel, nunca se me olvidará, en La elección de los alcaldes de Daganzo, un entremés de Cervantes. Desde ese momento, la gente vio que lo hice muy bien y que me podía dedicar a ser actor. ¡Y yo ya tenía trece años! Te puedes imaginar. Pero cuando surgió la oportunidad yo ya tenía dieciséis años. 99 En la obra de Luigi Pirandello titulada El hombre, la bestia y la virtud, ¿verdad? El padre de Manolo Collado, un compañero mío del instituto, era uno de los representantes y promotores de los teatros más importantes que había en Madrid. Un día me llamó y me dijo: “Pepito, ¿quieres hacer teatro? Pero teatro de verdad, del de mayores”. Yo, claro, le dije que sí. Acometer a mi familia, con dieciséis años, fue una locura porque, como bien dices, no había antecedentes artísticos. Resulta que todo el mundo empezó haciendo papeles pequeñitos y yo lo hice al revés: empecé de protagonista haciendo el personaje de Nonó, el niño zangolotino de El hombre, la bestia y la virtud de Pirandello. 99 ¿Cuándo empiezan tus padres a ver con buenos ojos tu decisión? Con dieciséis años había acabado el bachiller elemental y me puse a trabajar

30

en una oficina. Cuando surgió esta oportunidad, mi padre no vio nada bien que yo fuera artista, y más en aquella época, porque se pensaba que éramos unos sinvergüenzas, unos vagos y mala gente. De todas formas, tuve que pedirles permiso dado que era menor y no me lo iban a permitir. Sobre todo mi madre, que me dijo: “Vamos a hacer un pacto. No dejes el trabajo si lo puedes compaginar”. Ella, pobrecita, pensaba que después de esa función no me iban a llamar para ninguna más. Al final, antes de acabar esa función, ya me estaban llamando de otra. Me decidí a dejar el trabajo y la pobre mujer se convenció y dijo: “Que sea lo que Dios quiera”. Yo siempre digo que el amor por el teatro me lo ha inculcado Antonio Ayora, mi maestro de Literatura que no solamente daba esa materia, sino que también nos hizo amar el teatro y a conocer el teatro desde siempre. Nos enseñaba a leer, a recitar, los autores, las comas, las pausas,… Nos enseñaba todo y hacíamos de todo. 99 ¿Interpretas para ser quien no eres o para ser quien quieres ser? No. Mira, el oficio de actor nunca te lo debes de creer. Hay gente que, por ejemplo, se convierte en jardinero si tiene que interpretar a un jardinero. Y no, no. No, porque si se tiene que hacer de asesino, ¿se tiene que asesinar? Conocí la anécdo-

[DNG]


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.