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Jordi Lara (España

Jordi Lara

España

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No publico un texto hasta que me siento incapaz de haberlo escrito yo, o lo que es lo mismo, hasta que siento que lo trabajó una parte de mí que no es ni el oficio ni el talento. Acaso hay algo de fuga en lo que hago, que invita a adentrarse a universos como la tradición reinventada, el folclor, los perdedores felices de serlo, los amores difíciles, el bálsamo crítico del arte, los sitios abandonados.

Amo la invención, aunque me esmero para que el placer del arte y el bello patetismo de las contradicciones humanas no me distraigan del compromiso con mi tiempo y todas las gentes. La literatura es un combate entre la lengua y el mundo; el mundo que se resiste a ser dicho, la lengua que se afana en decirlo; nunca cuaja del todo, pero ahí está. Alimento mi literatura inoculando de ficción la realidad, tal vez por eso he hecho varias exposiciones de video poesía y dirigí un largometraje. Estudié música y literatura; me gustan al mismo nivel la música de Bach, tangos y boleros, la pintura de Hammershoi y los filmes de Dreyer. A veces voy a la iglesia a tocar el órgano a solas para estudiar la gramática del mundo. Nací en Vic, una ciudad de la Cataluña interior, en 1968.

Decálogo

Huye de la palabra cuento, simplemente cuenta.

No me gustan los cuentos redondos. Los prefiero abollados. Vierte silencio en tu novela hasta justo antes que se ahogue: tendrás tu cuento.

Un cuento no debe durar más de lo que dura un sueño.

No publiques tu cuento hasta que te sientas incapaz de haberlo escrito.

Si quieres escribir no sigas consejos de escritores; sigue los de pintores, músicos, arquitectos o científicos. Los consejos de Bresson para el cinematógrafo son esenciales para tu escritura. Lo que interesa en literatura está fuera de la literatura.

Que los personajes de tu cuento no sean personajes de cuento.

Te dicen que escribas mucho y tires mucho; mejor escribe poco y piensa mucho. Que tu cuento parezca un retazo arrancado de una novela.

Tu cuento es otro tornillo de la máquina del tiempo. Ajústalo bien para poder volver.

Que no te engañen: la inspiración existe. Pero por sí sola tiene poco que ver con el arte.