Transición democrática energética en Portugal

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João Camargo: tiene formación en ingeniería de producción animal y ingeniería medioambiental.

Activista político en movimientos contra la precariedad laboral y la austeridad, trabajo en ONGs medioambientales después de ser periodista y profesor universitario en Mozambique, donde impartió Química y Botánica. Actualmente es activista del movimiento por la justicia climática Climáximo y dirigente de Bloco de Izquierda. Participa en la campaña internacional Empleos para el Clima y en la lucha contra la prospección y producción petrolera en Portugal. Ha publicado los libros “Que Se Lixe a Troika” (2013), “Manual de Combate al Cambio Climático” (2018) y !”Portugal en Llamas - Como Rescatar los bosques” (2018). Escribe regularmente en la prensa, en los periodicos Público, Visão y Sabado sobre temas de energía, cambio climático y medio ambiente.

En 2019 presentará su tesis doctoral en Cambio Climático y Políticas de Desarrollo Sostenible.

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Transición energética en Portugal João Camargo - Instituto de Ciencias Sociales, Universidad de Lisboa

Página

INDICE 1. Descripción 1. Demografía y estructura económica 2. Transporte 3. Energía 4. Emisiones 2. Características 1. Historia de la electrificación en Portugal 3. Transición energética 4. Estudios de casos 1. Coopérnico 2. Empregos para o Clima 3. MobiSummit de Lisboa 5. Conclusiones 6. Referencias

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1. Descripción Demografía y estructura económica Portugal es un país con 10.300.000 habitantes, con una superficie de 92.212 kilómetros cuadrados (con una zona económica exclusiva marítima de 1,7 millones de kilómetros cuadrados). Está compuesto por un territorio continental y dos archipiélagos, Madeira y las Azores, en el Atlántico.

El PIB total de Portugal es de 185.179 millones de euros, aproximadamente 22.398 euros per cápita.

El 19% de la población vive en riesgo de pobreza, un número que se ha estabilizado desde 2014, y el 20% más rico de la población recibe alrededor de 6 veces el ingreso del 20% más pobre.

En términos de estructura económica, Portugal es una economía de servicios, y en 2016 los servicios representaron el 73% del número de empresas y el 65% del número de empleados. En términos de contribuciones a GVA, Agricultura, silvicultura y pesca son responsables de 2,2%, Industria de 13,9%, Energía y agua de 4,6%, Construcción de 3,9% y Servicios de 75,3%.

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Sus principales exportaciones son autopartes, combustibles refinados, automóviles, calzado de cuero y papel. Sus principales importaciones son automóviles, petróleo crudo, piezas de automóviles, medicamentos y petróleo. Exporta principalmente a la UE-28 (entre el 70 y el 80% de todas las exportaciones) y hace poco comenzó un déficit (2008 en adelante) en su balanza comercial con la UE. Su principal socio comercial es España, a donde va el 25% -30% de sus exportaciones y de donde proviene el 30-35% de sus importaciones (INE, 2017).

Transporte Ferrocarriles: A finales de 2016, la red nacional de ferrocarriles estaba compuesta por 2.546,0 km, y el 64,4% de la red total estaba electrificada. El parque nacional de vehículos ferroviarios estaba compuesto por 360 trenes. Los vagones eléctricos fueron los predominantes, representando el 55.0% del stock total de vehículos motorizados. Los vehículos de transporte de mercancías ferroviarias totalizaron 3.283 trenes de mercancías y había 984 vehículos para el transporte de pasajeros. El número de pasajeros en el sistema ferroviario era de 133,9 millones de pasajeros (4,1 mil millones de pasajeros/kilómetros en volumen de transporte). 222,7 millones de pasajeros utilizaron los sistemas de trenes de cercanía en Lisboa, Porto y Sul do Tejo. El Metro de Lisboa transportaba 153,2 millones de pasajeros, el 68,8% del total, el sistema ferroviario ligero de Porto transportaba a 58,0 millones de pasajeros y el sistema ferroviario ligero Metro Sul do Tejo transportaba a 11,5 millones de pasajeros.

En 2016, el movimiento de mercancías por transporte ferroviario fue de 10,4 millones de toneladas.

"Coque y productos refinados del petróleo" representaron 1.6 millones de toneladas, 15.8% del total. El movimiento de mercancías en el tráfico internacional ascendió a 1,9 millones de toneladas, con productos externos en la categoría "metales básicos; productos de metal fabricados, excepto maquinaria y equipos" supuso 155.9 mil toneladas y la categoría "Productos de agricultura, caza y silvicultura; pescado y otros productos pesqueros" fueron los más destacado en las importaciones, con un total de 640,1 mil toneladas.

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Carreteras: La red nacional de carreteras está compuesta por 14.313 km. El consumo de combustible en el transporte por carretera asciende a 5,35 millones de TOE (toneladas de petróleo equivalente), con el diesel como principal tipo de combustible (77,5%), con un componente de biodiesel incorporado del 5,6%.

Se estima que circulan 6,2 millones de vehículos de carretera, con vehículos ligeros (turismos y vehículos livianos de mercancías) que suman 6,1 millones y 100 mil vehículos pesados (para el transporte de mercancías, camiones, tractores de carretera y vehículos pesados de pasajeros).

Los vehículos de pasajeros tienen, en promedio, una edad de 12,55 años en 2016 (12,54 años, para vehículos ligeros y 13,15 para vehículos pesados).

Carga y pasajeros: el movimiento de pasajeros en los aeropuertos nacionales se estimó en 45,3 millones de personas, principalmente en Lisboa, Porto y Faro.

Los aeropuertos nacionales manejaron un total de 135,4 mil toneladas de carga y las compañías nacionales de transporte aéreo transportaron 12,6 millones de pasajeros.

En 2016, se importaron alrededor de 59,7 millones de toneladas de bienes, con el modo de transporte marítimo concentrando 36,2 millones de toneladas y 18,1 millones de toneladas entrando por carretera. Los bienes exportados representaron 37,5 millones de toneladas en 2016, con un modo de transporte marítimo que concentra 20,36 millones de toneladas, 15 millones de toneladas por carretera y 1,13 millones de toneladas por transporte aéreo. (INE, 2017a) Ductos: el transporte de gas a través de la red de gasoductos de entrada fue de 56.678 Gigawatts/hora y el de salida fue de 56.595 Gigawatts/hora. El transporte a través de la red de oleoductos fue de 2,7 millones de toneladas, siendo el principal producto diesel con 1,3 millones de toneladas.

Energía Mix energético e intensidad: Portugal tiene 21,4 Mtep del suministro total de energía primaria. En términos de suministro de energía para 2016, Portugal tenía una proporción del 25% de energías renovables (incluidas las grandes hidroeléctricas). En términos de generación de electricidad, tiene una producción de 56,5 Twh, el 53% de los cuales es renovable (incluida la gran hidroeléctrica). En términos de generación de electricidad, el carbón y el gas ascienden al 22% cada uno, el petróleo asciende al 2%, los biocombustibles y biomnasa al 6%, las grandes hidroeléctricas al 24%, la energía eólica hasta el 22% y solar hasta solo el 2%.

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En 2016, Portugal importó 14,6 Mt de petróleo crudo (una cuarta parte de la Federación de Rusia), 4,9 bcm de Gas Natural (la mitad de los cuales proceden de Argelia) y 4,9 Mt de carbón (91.6% del cual proviene de Colombia). También importó 2,7 Mt y exportó 6,7 Mt de productos derivados del petróleo. Tiene una dependencia energética de alrededor del 75%, que ha ido disminuyendo constantemente en las últimas décadas. Las proyecciones apuntan a que el aumento esperado de la proporción de energías renovables reducirá aún más la dependencia energética en las próximas décadas.

Portugal tiene una energía e intensidad de carbono superiores a la media en comparación con el promedio de la UE-28, aunque está por debajo del promedio de los miembros de la Agencia Internacional de Energía. Tiene un curso de divergencia en relación con el promedio de la UE-28, tanto en energía como en intensidad de carbono.

En términos de la distribución de la energía, la industria y el transporte son los principales consumidores, seguidos de las residencias y los servicios.

Evolución: Ha habido una disminución en el uso de combustibles fósiles y un aumento en la producción de energía hidroeléctrica y especialmente eólica. La producción de energía a través de energía fotovoltaica, Imagen 9 Intensidad energética en la energía geotérmica y otros aún es irrelevante. La economía de Portugal y la UE en importación de energía ha sido constante, mientras que las TOE/million € (Eurostat, 2017) exportaciones han aumentado, manteniendo un equilibrio entre la capacidad instalada y el consumo.

12 Evolución del mix eléctrica en Portugal continental (1970-2016), APREN 2017a.

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Imagen 11 Estructura energética Portugal (adaptado de Seixas, 2014) En los últimos años, la capacidad instalada se ha mantenido constante, a pesar del aumento en la producción no despachable (energías renovables variables), que actualmente corresponde a aproximadamente 1 / 3 de la capacidad total instalada. La capacidad de carga también se ha mantenido constante, lo que significa que no hay una necesidad inminente de nuevas plantas de energía.

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Ilustración 1: 13 Evolución de la capacidad de producción instalada y de la carga máxima en Portugal [MW] (REN, 2017)

Imagen 14. Estabilización del crecimiento de la energía eólica en Portugal (e2p 2017)

Producción y consumo: El sistema portugués de producción de energía está predominantemente dominado por EDP (Electricidade de Portugal), el antiguo servicio público privatizado durante el período de la troika y ahora propiedad del Estado chino a través de China Three Gorges y CNIC, con dos fondos de inversión de capital privado (Capital Empresas del Grupo de EE. UU. y la 9

aspañola Oppidum Capital). EDP posee la mayor parte de la potencia instalada en el país, tanto en energía fósil, hidroeléctrica como en eólica. Iberdrola y Endesa, aunque tienen una participación creciente en la comercialización de la energía, son socios menores de algunas unidades de producción de energía de combustibles fósiles y energía eólica.

Central Termoelétrica Central Termoelétrica de Sines (EDP)

Capacidad Instalada

Combustible

1256 MW

Carbón

Central Termoelétrica do Ribatejo (EDP)

1200 MW

Gas

Central Termoelétrica de Setúbal (EDP - DEACTIVATED in 2012)

946 MW

Central de Ciclo Combinado de Lares (EDP)

862 MW

Gas

Central de Ciclo Combinado do Pego (Elecgás - EGF Suez and Endesa)

837 MW

Gas

Central Termoelétrica do Carregado (EDP - DEACTIVATED in 2010)

710 MW

Fueloil / Gas

Central Termoelétrica do Pego (TrustEnergy - ENGIE and Marubeni)

576 MW

Carbón

Central Termoelétrica de Tunes (EDP - DEACTIVATED in 2008)

165 MW

Gasoil

Fueloil

Los mayores productores termoeléctricos utilizan carbón y gas natural pero, como se puede ver por las desactivaciones, ha habido una progreso constante lejos de los fósiles. La energía instalada en las grandes hidroeléctricas está casi exclusivamente en manos de EDP, superando la potencia instalada de energía fósil para producir electricidad. La capacidad instalada se está incrementando aún más.

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Embalses de hidroeléctricas de EDP

Capacidad Instalada

Alqueva II

260 MW

Fratel

132 MW

Castelo de Bode

159 MW

Belver

80,7 MW

Pracana

41 MW

Bouçã

44 MW

Cabril

108 MW

Aguieira

336 MW

Cascata do Alva

23,4 + 23,4 + 13,2 + 13,2 MW

Caldeirão

40 MW

Ribeiradio - Ermida

82,3 MW

Vilar Tabuaço

58 MW

Pocinho

186 MW

Baixo Sabor

189 MW

Bemposta

191 MW

Picote

246 MW

Miranda

369 MW

Valeira

240 MW

Régua

180 MW

Carrapatelo

201 MW

Torrão

140 MW

Crestuma-Lever

117 MW

Lindoso

44,1 MW

Alto Lindoso

630 MW

Vilarinho de Furnas

125 MW

Caniçada

62 MW

Salamunde

42 MW

Salamunde II

220 MW

Frades

191,6 MW

Venda Nova

90 MW

Paradela

54 MW

Alto Rabagão

68 MW

Embalses (en construcción)

Capacidad Instalada

Propietario

Venda Nova II (power reinforcement)

736 MW

EDP

Foz Tua

270 MW

EDP

Fridão

237 MW

EDP

Alto Tâmega + Daivões + Gouvães

1158 MW

Iberdrola

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Con respecto a la energía eólica, su aumento masivo en la última década, principalmente debido a un cambio en la política pública, ha dado lugar a una capacidad instalada de 5334 MW y 2752 aerogeneradores en todo el país. Los principales productores de aerogeneradores son ENERCON, con más del 53%, VESTAS, GAMESA, SENVION y NORDEX. Los mayores propietarios de parques eólicos son EDP Renováveis (23,5%), IBERWIND (13,6%), FINERGE (12,7%), TRUSTWIND (9,2%), GENERG (8,2%) y EEVM (6%).

En términos de potencia instalada general, Portugal tiene una capacidad mensual promedio de 19.700 MW, con un 34% de centrales hidroeléctricas, un 28% de combustibles fósiles y un 37% de otras (principalmente eólicas, pero también de cogeneración, urbanas). residuos, fotovoltaica, biomasa y biogás). El consumo mensual en Portugal en 2017 fue de alrededor de 4000 MW (según el Centro de Información de REN).

En el balance energético general (DGEG, 2017), para el año 2016 Portugal tiene un consumo de energía primaria de 21.917.915 tep y un consumo final de 15.290.764 tep.

El sector de la energía fue responsable de un consumo de 1.997.475 tep, producción de electricidad para 2.838.015 tep, transporte de 5.642.888 tep, el sector doméstico de 2.611.244 tep, servicios de 1.936.509 tep, mientras que en el sector industrial, el papel tiene el consumo principal con 1.377.921 tep (una importante parte de la cual es autogenerada) y el cemento también, con 494.997 tep.

Las redes nacionales, tanto para el transporte de electricidad como de gas natural, son administradas por REN - Redes Elétricas Nacionais, y tienen una extensa cobertura del territorio del país. Hay planes para la expansión de la red de gas natural, lo que refuerza la conexión con España y Europa, con una respuesta positiva del gobierno portugués a la propuesta de los Estados Unidos de convertir el puerto de Sines en un puerto principal para recibir gas de fracking.

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Emisiones En términos europeos, Portugal tiene una intensidad de emisión superior a la media, aunque su emisión per cápita es bastante inferior a la media de la UE. El mayor emisor de CO2 en el país es la Central Termoelétrica de Sines de EDP, que es responsable de aproximadamente del 12% de sus emisiones. Entre los principales contaminadores se encuentran también otras plantas energéticas e industriales, como la Central Térmoelétrica do Pego (Tejo Energia), el Complejo Industrial de Setúbal (complejo de pulpa de papel de The Navigator Company), la Central de Producción de Cemento de Alhandra (fábrica de cemento de CIMPOR), la Fábrica de cemento de Secil en Outão, Celbiose Beira Industrial (fábrica de pasta de papel de Altri) y las refinerías de GALP en Sines y Porto 2. Características Historia de la electrificación en Portugal El comienzo de la electrificación en Portugal se definió con el debate entre el destino rural y el industrial del país a principios del siglo XX. Los primeros esfuerzos privados en centrales de carbón y represas, con pequeñas redes de distribución fueron absorbidos por victoria de la la visión de la dictadura portuguesa de 1926 de un país rural, que condujo decisivamente a la inversión pública masiva en energía hidroeléctrica en lugar de plantas de energía térmica de carbón.

En 1944 se aprobó la legislación para la centralización de la producción de energía eléctrica (Lei de Electrificação do País), la elección de la hidroelectricidad como forma de producción y la responsabilidad del Estado en electrificar el país. La Companhia Nacional de Electricidade se estableció en 1947 para ser el regulador de electricidad y establecer una red eléctrica nacional. De 1950 a 1960, la producción eléctrica se triplicó con la construcción de grandes represas 13

hidroeléctricas, una tendencia que se extendió hasta fines de siglo. El estado se había convertido en el administrador del sistema productivo y el distribuidor de energía, a través de la asociación con empresas privadas, constituyendo compañías eléctricas de capitales mixto. El estado era accionista de cinco empresas, la más grande del sector, y al final de los 60 promovió su fusión en una sola empresa: CPE (Companhia Portuguesa de Electricidade), a través de la cual el estado obtuvo el control directo de las unidades de producción y de la red de distribución.

CPE representaba el 90% de la electricidad producida en el país, a través de la cual el gobierno regulaba los precios y el desarrollo industrial, aunque había una fachada de que los accionistas privados de CPE tenían voz en el sector. Después de la revolución de 1974, todas las unidades de producción eléctrica y la red de distribución fueron nacionalizadas y en 1976 se creó EDP Eletricidade de Portugal. EDP obtuvo el control de todo el sistema, desde la producción hasta la comercialización (quedando solo sistemas de auto-abastecimiento fuera), aunque hubo cierta resistencia por parte de los servicios municipales y los ayuntamientos. Desde 1976 en adelante, la historia de la electricidad y la energía en Portugal es casi una y la misma que la historia de EDP. Junto con el impulso de la industrialización, comenzaron a construirse grandes centrales eléctricas de combustibles fósiles: en 1979 la Central de Setúbal con 1000 MW de potencia entra en la red, así como la Central de Carregado, en 1985 la planta de Sines, con 1200 MW entra en la red, y en 1995 la Central do Pego ingresa al sistema. En 1997, Portugal comienza la importación de gas natural desde Argelia, con la construcción de más plantas y la adaptación de las más antiguas al ciclo combinado y la cogeneración. La presión de la política neoliberal, proviniente tanto de la burguesía del país como de la Unión Europea, exigió la separación de la producción, distribución y comercialización que, en 1988, conduciría a la apertura del sector al sector privado (DL 449/88, Lei de Delimitação de Sectores). En 1991 comenzó el proceso de desmantelamiento del sistema integrado de EDP (DL 7/91 y DL 131/94) que eventualmente conduciría a su privatización. Desde principios de los 90, nuevas unidades de producción suplirían al sistema público a través de contratos vinculantes.

La nueva legislación impuso una separación de las actividades de producción, transporte y distribución (DL 182/95), con un sistema de servicio público y un sistema eléctrico independiente que permitía a otros acceder a las redes de transporte y distribución. En 1994, se creó REN - Redes Energéticas Nacionais, separándola de de EDP. También en 1995 se formó el organismo regulador (ERSE - Entidade Reguladora do Serviços Energéticos), que incluyó desde 1997 en adelante, la regulación del gas natural. En 2006 EDP creó un distribuidor, EDP Serviço Universal S.A., y un comercializador, EDP Comercial S.A., que venden tanto en el mercado regulado como en el mercado liberalizado.

El proceso de privatización de EDP comenzó en 1997 y tuvo 8 fases, que culminaron, en 2011, con la liquidación final de la participación del Estado del 21,35%. A la par, REN también fue vendida a los mismos compradores de EDP: el Estado chino, a través de la empresa State Grid of China. El principal accionista de EDP es China Three Gorges. La parte más importante del sistema de producción y transporte eléctrico de Portugal es propiedad del gobierno chino.

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Ilustración 16: Historia de la capacidad instalada eléctrica (Público 2015) Cuando comenzó el proceso de privatización, para aumentar el valor de los activos, el estado aseguró hasta tres décadas de beneficios garantizados a EDP, mediante la firma de Contratos para la Adquisición de Energía (CAE), que luego fueron sustituidos por los Costos de Mantenimiento de Equilibrio Contractual (CMEC), que ascienden a 370 millones de euros/año. Directivas europeas guiaron el proceso, comenzando con la Directiva 96/92/CE y luego la 2003/54/CE, que se transcribió a la legislación portuguesa (DL 29/2006). Los conflictos con la UE fueron la razón por la cual las ganancias aseguradas de CAE fueron disfrazadas en CMEC. También según las pautas de la Unión Europea, Portugal y España formaron un mercado común, que entró en vigor en 2006, el MIBEL (Mercado Ibérico de Energía Eléctrica).

Mientras tanto, en 2005 se implementó un plan completo de precios subsidiados, a través de un sistema para la Producción de Régimen Especial (PRE), que se estableció en 1988 (DL 189/88, modificado como DL 168/99, DL 312/2001, DL 172/2006 y DL 215-B/2012) para la producción de energía a partir de energía renovable, cogeneración, micro y miniproducción. Este esquema apoyó en gran medida a las empresas privadas, especialmente en el sector de la energía eólica, y dio lugar a un aumento considerable de la potencia en energía eólica.

Actualmente, el estado mantiene un fuerte apoyo a las energías renovables, estimado en más de 10 mil millones de euros en inversión en los últimos 15 años, 1.130 millones solo en 2016, con prioridad para ingresar en la red eléctrica sobre las energías fósiles. El gobierno ha gastado más de 2.500 millones de euros en la última década en los CMEC, así como 30-60 millones de euros/año en "garantía de energía" (110 millones de euros en 2015), un subsidio para potencia potencial en represas y plantas de carbón para proporcionar un sistema de "respaldo", así como un subsidio para que las unidades industriales de uso intensivo de energía estén disponibles para reducir el consumo.

Este sistema de respaldo, creado por ley en 2006 (DL 172/2006) nunca fue utilizado y ha llevado a la sobredimensión de los embalses hidroeléctricos, otorgando subsidios por décadas.

A pesar de la disponibilidad más que suficiente de capacidad energética, debido a los costos energéticos exorbitantes (por lo general, se dice que Portugal tiene la electricidad y el gas más caros en Europa), el nivel de pobreza energética es muy alto, con cerca del 29% de la población que no puede calentar sus casas en el invierno y refrescarlas en el verano.

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La creación de una legislación para el autoconsumo de energía (DL 153/2014) solo apareció en 2014, y se centró principalmente en la energía solar. Actualmente hay 10500 unidades de producción para autoconsumo con licencia, la mayoría de las cuales son sistemas de 200-1500 W sin conexión a la red eléctrica (1-6 paneles solares fotovoltaicos), que requieren una comunicación simple con el regulador. Todo el universo de autoconsumo en Portugal asciende a 86 MW, que corresponden a entre 8 y 11 mil hogares.

La historia de la electrificación de Portugal muestra claramente sus características actuales: el estado es el principal promotor y financiador de todas las tendencias, tanto a través de empresas públicas como a través de consorcios público-privados. El sistema de energía actual produce más que suficiente para la demanda (con el hito de cuatro días consecutivos en mayo de 2016, en los que todo el consumo de electricidad estaba completamente cubierto por energía solar, eólica e hidroeléctrica), y las empresas privadas usan los subsidios públicos para maximizar las ganancias de los accionistas, complementado por sus muy altos precios comerciales.

En lo referente al autoconsumo, éste es un fenómeno absolutamente marginal, bloqueado por las grandes empresas. Un intento a finales de 2017 de recortar una parte de los subsidios a las renovables (250 millones de euros) provocó protestas de las compañías energéticas y un voto tardío y dramático en el parlamento para bloquearlo, lo que creó una brecha entre el gobierno minoritario del Partido Socialista y uno de sus partidarios en el Parlamento, el Bloque de Izquierda.

El poder de las compañías energéticas queda evidenciado con las puertas giratorias entre el sector y los principales partidos en el poder, PS y PSD: el actual presidente de EDP por más de una década, es el ex-Ministro de Obras Públicas, Transportes y Comunicaciones con el PSD, su anterior presidente había sido secretario del Tesoro con el PS, el anterior presidente de REN había sido ministro de Economía y ministro de Transporte y Comunicaciones para el PS. El presidente de Endesa Portugal es un ex-secretario de Energía del PSD, y así sucesivamente ...

En el "mercado libre" portugués de la electricidad había, en octubre de 2017, 4.941.232 clientes.

Por número de clientes, la cuota de mercado de EDP es del 83,9%, con GALP en segundo lugar (5,4%), Endesa en tercer lugar (4,1%) e Iberdrola en el 4º lugar (2,7%). En términos de consumo anual, EDP desciende a 42,8%, con Endesa e Iberdrola aumentando a 18,3% y 15,4% respectivamente. Esto se debe a la capacidad de estas dos empresas españolas para obtener contratos de grandes consumidores e industrias, mientras que EDP aún conserva contratos de compañías domésticas y pequeñas. El muy a menudo anunciado y muchas veces pospuesto cierre de la Central Termoelétrica de Sines de EDP puede configurar una nueva realidad en términos de producción y comercialización, desde una perspectiva estrictamente basada en el mercado y orientada a los beneficios a una transición energética en Portugal.

3- Transición energética La transición energética (eléctrica) en Portugal ha sido liderada casi exclusivamente por empresas privadas, con poca o ninguna participación popular en el debate. Como se vio anteriormente, la transición progresiva hacia las energías renovables, especialmente la energía eólica, fue liderada por el estado a través de subsidios a empresas privadas y aún se mantiene a través de una serie de apoyos públicos, que en teoría se están retirando progresivamente.

La ausencia de instalación de energía solar puede explicarse fácilmente por la falta de incentivos del Estado, tanto como iniciativa propia o como ubsidio público a empresas privadas o ciudadanos particulares en una perspectiva más descentralizada o por el autoconsumo.

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La discusión sobre una transición energética radical, democrática y efectiva acaba de iniciarse en los movimientos sociales, especialmente desde el frente de la hasta ahora exitosa lucha contra 15 proyectos de combustibles fósiles en el país (10 de los cuales ya han sido cancelados), y en el movimiento por la justicia climática.

La transición energética en curso en Portugal no responde a muchos problemas clave: recortes de emisiones de carbono, disponibilidad económica para la población, participación democrática, resiliencia y estabilización. Tan pronto como hubo un aumento económico después de los años de intervención de la Troika, las emisiones de Portugal aumentaron una vez más, combinadas con el efecto de la sequía (reducción de la producción hidroeléctrica) y los incendios forestales.

Una transición energética en Portugal debe abordar, en primer lugar, la cuestión de los recortes de las emisiones y la pobreza energética. Hay una red bien distribuida en todo el país y lo que se puede considerar un importante punto de partida con una potente capacidad eólica en tierra ya establecida.

La eliminación de las plantas de carbón a muy corto plazo (1-3 años), seguida en breve por el cierre de las de gas natural (5 años), sustituidas por energía solar y eólica marina, deberían establecer un sistema nacional destinado a complementar una red descentralizada de auto-consumo y producción local de energía renovable. El diseño de este sistema descentralizado también debe responder a las especificidades y vulnerabilidades locales, siendo lo más diverso en fuentes renovables posible, con un proceso y una gestión profundamente participativos.

Esto también obvia el problema de las represas: la enorme saturación de los ríos nacionales con presas (por ejemplo Duero con 14 presas en el lado portugués y 7 en el lado español) y las perspectivas de un clima más seco son una amenaza importante para la capacidad de producción de energía. Algunas de las nuevas represas, consideradas inútiles en términos productivos por expertos y ambientalistas, en la mayoría de los casos se usan básicamente como baterías para la producción excesiva de energía eólica, la cual se usa para bombear agua contracorriente entre dos paredes. Las represas más antiguas también deberían cancelarse para restaurar la vida fluvial, la conservación del agua y para la protección de las orillas marinas de la erosión y el aumento del nivel del mar.

El papel del estado en este proceso sigue siendo central. La ruta de la descarbonización, que será diseñada por el gobierno el próximo año, con el objetivo de crear una ruta hasta 2050, será un proceso que puede ser un punto de presión para una transición energética verdaderamente justa, democrática y efectiva. Los grupos involucrados en las luchas contra los combustibles fósiles, la justicia climática, las cooperativas energéticas, los grupos ambientalistas y las fuerzas progresistas deberían participar en un término más amplio, promoviendo campañas y todo tipo de presión social sobre este tema, de lo contrario será un proceso privado dirigido por las empresas, con EDP y sus nuevos socios Endesa e Iberdrola impulsando las decisiones clave y asegurando la rentabilidad para sus accionistas en las próximas décadas, a la vez de convertirse en una plataforma para impulsar cualquier reducción significativa de emisiones y justicia social en el proceso.

4. Estudios de casos Se eligieron los siguientes casos de estudio para ilustrar las iniciativas sociales y políticas más relevantes relacionadas con la transición energética en Portugal. Existe una lucha continua contra las concesiones de petróleo y gas en el país, pero la conexión entre esto y la transición energética en la esfera pública y el discurso público sobre el tema es mínima.

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Coopérnico - Cooperativa de Energía (http://www.coopernico.org) Coopérnico es una cooperativa de energía renovable, creada en 2013.

Tiene 826 miembros, 441 contratos y 14 proyectos, especialmente en escuelas, guarderías y hogares de ancianos. Actualmente sus miembros están llamados a invertir por proyecto, que son básicamente sistemas de microproducción de energía solar que se instalan, generalmente en los techos de diferentes inmuebles y son conectados a la red eléctrica. Los miembros que optaron por invertir un mínimo de 250 € reciben dividendos de su inversión, estimados en un 4-5% por año. Esta cooperativa, que recibió el apoyo de la Federación Europea de Cooperativas de Energía Renovable (REScoop), anunció recientemente que es responsable de la producción de 1 GWh de electricidad renovable. En 2014 lanzó un servicio de eficiencia energética y desde 2015 ha comenzado la comercialización de energía, compitiendo con proveedores de energía regulares. El objetivo de Coopérnico en este sector es garantizar que sus centrales de energía solar produzcan suficiente electricidad para compensar el consumo de sus miembros y clientes y, si es imposible debido a un consumo superior al esperado o una producción inferior a la esperada, adquirir energía de fuentes renovables certificadas.

Muy entrelazado con el sector de la economía social, ha prosperado en la ola de la "economía verde", el emprendimiento y las nuevas empresas. Es una iniciativa reciente y casi el único ejemplo de producción y comercialización de energía renovable alternativo de Portugal, en una fase de atracción de socios e inversión. Existen otras cooperativas de energía en Portugal, especialmente en la parte norte del país, algunas de las cuales aún sobreviven desde la fase temprana de electrificación del país en el siglo XX, tanto en el sector de producción como en el de comercialización. Coopérnico trabaja tanto en la producción como en la comercialización, con fuentes renovables, en particular con paneles solares fotovoltaicos, una fuente altamente infrautilizada en Portugal, aunque en este momento la parte social de la cooperativa puede parecer una pieza de marketing para apoyar el crecimiento de la inversión antes de que alcance otro nivel.

Empregos para o Clima (http://www.empregos-clima.pt/) La campaña Empregos para o Clima (Empleos para el clima) se une a sindicatos y movimientos sociales con un proyecto social de conectar la lucha por empleos dignos en el sector público con reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, que naturalmente tiene un gran enfoque en transición energética.

Como se describe a sí misma, la campaña quiere luchar contra la precariedad laboral y la precariedad climática mientras lucha por un mundo socialmente justo y respetuoso por el medio ambiente, cruzando el análisis científico con propuestas políticas. El hiato entre la urgencia de la acción climática global y las bajas expectativas con el Acuerdo de París debería llenarse centrándose con la construcción de un movimiento de masas que vaya más allá de las expectativas institucionales.

La campaña, basada en un movimiento internacional (globalclimatejobs.wordpress.com) que incluye Sudáfrica, Canadá, el Estado de Nueva York, 18

Filipinas, Mauricio, Noruega y el Reino Unido, en articulación con TUED (Sindicatos de Energía por la Democracia), se lanzó a finales de 2015 y hasta ahora ha producido dos extensos informes.

La campaña reúne nueve organizaciones: Climáximo y Coletivo Clima (movimientos por la justicia climática), Peniche Livre de Petróleo (movimiento regional contra el petróleo), GAIA (Grupo de Acción e Intervención Ambiental - movimiento ecologista), JOC (Juventude Operária Católica jóvenes trabajadores católicos), Precários Inflexíveis - Associação de Combate à Precariedade (asociación de trabajadores precarios), SPGL (Sindicato dos Profesores da Grande Lisboa) y SPN (Sindicato dos Professores do Norte - el mayor sindicato de docentes del país), CIDAC (Centro de Intervenção para o Desenvolvimento Amílcar Cabral); así como la confederación de sindicatos más grande de Portugal, CGTP-IN (Confederação Geral dos Trabalhadores Portugueses, Intersindical Nacional. ), Intersindical Nacional.

La movilización en torno al proyecto es aún modesta, ya que las luchas sociales se han desplomado desde la derrota del anterior gobierno de austeridad de la Troika, pero la parte teórica e informativa de la campaña se ha desarrollado en articulación con la academia. El último informe propone la creación de 100-140 mil puestos de trabajo con un recorte del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero de Portugal en 2030, en una transición que cambiaría radicalmente el sector de la energía. El informe, denominado "100 000 Empregos para o Clima - Empregos con dignidad para o clima e a sociedade", publicado en octubre de 2017, propone la creación de: • 45 000 puestos de trabajo en el sector energético • 20-30 000 empleos en transportes • 27-30 000 empleos en edificios e industria • 10-30.000 empleos en agricultura y residuos • 16-21.000 empleos forestales • 2-4.000 empleos en educación y recalificación Además de la creación de estos 120-160 mil empleos, se perderían 20 mil empleos en la industria petrolera, y estos trabajadores serían prioritarios en la recalificación de los nuevos empleos necesarios. El costo estimado de esta transición masiva de empleos sería de 3-5 mil millones de euros/año, aproximadamente el 1,5% del PIB de Portugal.

Esta campaña define bastante claramente lo que se califica como empleo climático: tiene un impacto directo en la reducción de emisiones, es un puesto de trabajo nuevo, creado para este propósito, es un trabajo público, creado directamente por el estado, y hay una prioridad para los trabajadores previamente empleados en los sectores de alta emisión.

Con respecto al sector de la energía, la campaña dice: "Los empleos para el clima servirán para sustituir los combustibles fósiles por energías renovables. Los nuevos trabajos serán especialmente enfocados a la producción de componentes, instalación, transporte y mantenimiento de equipos de producción de electricidad; expansión y adaptación de la red eléctrica y gestión del consumo de energía de forma sistemática utilizando fuentes renovables, principalmente aquellas con mayor potencial en Portugal: eólica, solar y oceánica.

Según el informe, será posible producir 100 TWh de energía combinando diversas fuentes (producidas localmente): • 29 TWh de fotovoltaica (17 TWh instalados en la construcción, 12 TWh en plantas solares) • 3 TWh de energía solar térmica (para calefacción) • 50 TWh de energía eólica (35 TWh tierra adentro, 15 TWh mar adentro) 19

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2 TWh de la energía del océano (1 TWh de energía de olas, 1 TWh de maremotriz) 16 TWh de hidroeléctrica 0,5 TWh de geotermia

A través de una combinación energética de este tipo, sería posible producir y consumir electricidad 100% renovable en Portugal, reemplazando en su totalidad el uso de petróleo, gas y carbón para la electricidad y reduciendo la importación y el uso de combustibles fósiles para la electricidad.

Esta propuesta, con respecto a la gestión y el suministro de energía, propone una parte de almacenamiento, pero también un exceso en la producción, así como el uso de redes inteligentes.

Pero la mayor complejidad de la administración de la red no se entiende como un problema, sino como un área más en la que se necesitarán crear más empleos, que sumaríann hasta 45.000 empleos para anular básicamente las emisiones de gases de efecto invernadero de la electricidad.

Con respecto al transporte, la campaña propone una gran reducción de emisiones de uno de los mayores contribuyentes de emisiones de gas de efecto invernadero: el transporte por carretera, con más de 6 millones de vehículos. La principal transición en este sector es un aumento masivo de la red de transporte público, la expansión de los automóviles eléctricos y el uso de bicicletas. Esta transición requerirá nuevos empleos en la construcción y mantenimiento de infraestructuras y en la expansión de los servicios de transporte. Otro objetivo es la expansión del ferrocarril para carga y pasajeros, con raíles, estaciones y servicios públicos, y toda su electrificación. Un enfoque muy moderado, para un 25% de reducción de emisiones para 2030 crearía 10 mil empleos. Pero la propuesta más profunda, presentada por la campaña, estima entre 20 y 30 mil empleos para expandir, transformar y mantener la red de transporte público mientras electrifica el transporte en general, reduciendo así las emisiones en un 70%.

La campaña "Empregos para o Clima" todavía está en su comienzo, con escasa penetración social, compensada con la experiencia técnica y la ambición política. Se centra en la mitigación del cambio climático a través de recortes directos en las emisiones de gases de efecto invernadero, con la transición energética como consecuencia natural de este primer objetivo. Aunque ya incluye a diferentes tipos de organizaciones, aún necesita ganar mayor tracción y obtener la implementación y aplicación local para alcanzar otros objetivos, como la movilización social.

MobiSummit de Lisboa - Movilidad (www.lisbonms.com) Esta cumbre fue anunciada por primera vez por el primer ministro portugués António Costa en París, durante la cumbre 'One Planet Summit' organizada por el presidente francés Emmanuel Macron en París, en diciembre de 2017. Cuando se le preguntó qué estaba haciendo Portugal en términos de reducción de emisiones de carbono, Costa respondió que el país iba a cerrar sus centrales térmicas de carbón para el 2030 (anteriormente se había anunciado que estarían cerradas para el 2020), que sería "carbono neutral" para el 2050 y que iba a organizar esta Cumbre en Enero de 2018.

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De hecho, la cumbre está organizada por un grupo de empresas como EDP, de Volkswagen y de Via Verde (un sistema de peajes automáticos utilizado en todas las carreteras portuguesas, propiedad de Brisa, el concesionario principal de la red de carreteras) y de empresas de la comunicación (Global Media Group, propietario de importantes radios y periódicos en Portugal).

Elegí esta cumbre como un caso de estudio, ya que muestra muchas de las principales tendencias en Portugal, cuando se trata de la transición energética.

El programa de la cumbre reúne a ministros, secretarios de Estado, alcaldes y directores ejecutivos de empresas de energía, automóviles y carreteras. Está bastante claro que lo más lejos que irá esta cumbre de la transición energética será la electrificación del transporte individual y posiblemente la expansión de plataformas y sistemas para compartir automóviles. El hecho de que está organizado por el mayor contaminante del país, combinado por la famosa compañía fraudulenta que fue atrapada engañando a millones de personas en todo el mundo con sus automóviles y una compañía que vive de peajes individuales por autos individuales lo hace bastante relevante. El hecho de que el gobierno lo anuncie como una de sus tres iniciativas sobre mitigación del cambio climático y esté representado al más alto nivel en el evento ya es una señal clara de que la estrategia del Estado se definirá con y para las empresas privadas, teniendo como primera y preocupación principal la apertura de nuevas oportunidades comerciales, en lugar de la necesidad inmediata de una transición energética justa y climáticamente efectiva con respecto al transporte. La ausencia absoluta de cualquier mención al transporte público o ferrocarriles en la cumbre también es evidente: la transición energética como se ve en este caso es el cambio de 6,2 millones de vehículos individuales que funcionan con gas o diesel en 6,2 millones de vehículos personales que funcionarán con electricidad, la cual simplemente puede provenir de la quema de carbón o gas.

5. Conclusiones El tema de la energía está lejos de ser central en el discurso político de Portugal. Incluso la pobreza energética solo se abordó brevemente, después de un período dramático en el que la troika del Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional dictaminaron 'de facto' al país e impusieron medidas draconianas de austeridad a todos los servicios sociales y al trabajo en general. Por lo tanto, la transición energética es un proceso que se está alejando del ojo público y lejos de las necesidades sociales y ambientales. La política pública de energía existente está dictada por una red entrelazada de los niveles más altos de energía y economía del gobierno y las juntas directivas de la energía privada compañías. La transición que ocurrió en la última década, con el fuerte aumento en el uso de la electricidad renovable, especialmente con energía eólica, fue liderada por las empresas privadas que lograron que los gobiernos subsidiaran esta transición a un precio muy alto, sin beneficio de la sociedad, ya que esto no dio lugar a una energía más barata (por el contrario).

En todo caso, la transición a la energía eólica se vio socialmente como una entrega a las empresas privadas, la mayoría de las cuales eran las mismas compañías que siempre estuvieron a la vanguardia del sistema de energía. Como tal, la mayor parte de la iniciativa política sobre energía todavía se centra en los precios, los sobrecostos y el flujo continuo de dinero público en los bolsillos de los accionistas de las compañías de energía (excepto en el tema de la prospección y producción de petróleo y gas, que ha tenido éxito lucha, pero sobre todo ganada fuera del ámbito de los debates energéticos).

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Las iniciativas sociales en materia de transición energética, democracia energética y soberanía energética son muy incipientes y se encuentran en etapas muy tempranas de la evolución (aunque en los últimos años ha aumentado la conexión entre este problema y el cambio climático). Los estudios de caso (que no son exhaustivos ya que existen otras iniciativas de muy pequeña escala) ilustran algunas de las dificultades de este proceso, especialmente debido a la promiscuidad entre los intereses energéticos instalados y los diferentes gobiernos. La principal explicación de por qué Portugal no tiene una industria o una producción mucho más alta de energía solar es que todavía no está en el interés de las compañías energéticas. La necesidad de movilización social en el tema de la energía es bastante clara, pero el bajo nivel de organización local en torno a esta cuestión (también debido a la pequeña área de los países) explica la distancia histórica: la constitución portuguesa de 1976 consagra el derecho a un trabajo, a la Seguridad Social, a la salud, a una vivienda digna, a un ambiente saludable, etc., pero no al derecho al acceso a la energía.

En los próximos años, este tema tendrá que ponerse al frente de diferentes luchas, con el tema de la mitigación y adaptación al cambio climático entendido como una de los principales accesos para disputar la forma en que se han decidido en las últimas décadas la política pública y la decisión pública, cuando el sistema energético se transformó de una utilidad a un sistema de lucro garantizado para accionistas privados. Un tema crítico será la propiedad del principal productor de electricidad de Portugal EDP y su red eléctrica principal REN, que vaticina un enfrentamiento sobre los derechos y beneficios asegurados por el poderoso gobierno chino. El desarrollo de alternativas a este sistema tendrá que tener un impulso social importante y una legitimidad política, de lo contrario siempre será derrotado en la confrontación entre los capitalistas, ya sean inversionistas extranjeros, fondos de capital o estados autoritarios.

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Referencias • • •

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