South Texas Catholic - June 2012

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e en donde están

portunidades para servir as sus parroquianos. Alfredo Cardenas, South Texas Catholic

que las personas han cambiado su imagen de sí mismo y han interiorizado el racismo dirigido contra ellos. “Yo les digo ‘no piensan en sí mismos como otros nos ven’,” dijo el Padre Cabrera. “El consenso general siempre es que somos la pequeña iglesia en el barrio, pero en realidad no lo somos. La iglesia ha sido vigoroso por un número de años. Sigo diciendo al pueblo que ‘ya somos la iglesia que Dios nos llama a ser.’ Simplemente no se han dado cuenta de ello.” Una gran parte del éxito de Padre Cabrera es su compasión. “Es fácil decir ‘ni modo’, es más difícil tomar el tiempo para hablar con la gente acerca de su situación,” dijo el Padre Cabrera. “Incluso en la tribulación, Dios nos envía bendiciones,” le dijo el Padre Cabrera a la congregación en su sermón en una reciente misa de domingo. El perspectiva del pastor se manifiesto ese domingo. La iglesia se llenó a capacidad. El cuarto para niños estaba repleto. La gente estaba de pie detrás de la iglesia y en las islas secundarios. www.SouthTexasCatholic.com

VIDA CATÓLICA

Dijo el Padre Cabrera que él tenía la responsabilidad de los que vienen por una bendición en la Santa Comunión, a “invitamos a la Eucaristía.” “Hemos venido aquí para ser alimentados para ir por el mundo dando testimonio de la comunión de la Santísima Trinidad,” dijo el Padre Cabrera. Después de la misa, entre saludos de manos y abrazos, bendijo a un hombre que estaba programado para la cirugía y una medalla de una mujer de edad avanzada. Después de saludar a la gente, aconsejó a una mujer en un “matrimonio irregular” para que entrara en un matrimonio sacramental, incluso si su marido no quería convertirse al catolicismo, para que pudiera recibir la Eucaristía. Más tarde ese día, mientras comía en un restaurante cercano, el Padre Cabrera seguía ministrando a sus feligreses. Un mesero se acercó y le pidió a el padre si se podría comenzar una misa en español. El Padre Cabrera le dijo al joven que si animaba a sus amigos para ofrecerse como ministros de la Eucaristía y lectores les comenzaba la misa en español. Una mesera se acercó a hablar con el sacerdote acerca de sus problemas de salud. Un ayudante de mesero le confesó que no había asistido la misa en más de un año, pero prometió volver. La gente en las mesas seguidas hablaban con el Padre Cabrera acerca de otros problemas, y él ministró a todos ellos. Ministrar a su rebaño es el enfoque del Padre Cabrera. Visita a los enfermos, bendice hogares, lleva a cabo los servicios funerarios y le da la extremaunción a los que están en agonía. Antes de llegar a Nuestra Señora de Guadalupe, el Padre Cabrera fue asistente de el Monseñor Louis Kihneman, Vicario General, en la iglesia Sagrado Corazón en Rockport. Padre Cabrera estima su formación con el Monseñor Kihneman y, a con frecuencia se pregunta así mismo, “¿qué hiciera el monseñor?” Parte de la solución, el Padre Cabrera dijo, es encontrar un equilibrio. “La gente quiere ser reconocida, pero no podemos dejar que la Iglesia se use sólo como salón social, la Iglesia tiene más para dar que eso,” el dijo. “Sin embargo, tenemos que usar todo lo que tenemos para traer la gente a la iglesia.” “La gente tiene mucho deseo, pero están batallando y por eso trato de ser lo más amable posible,” dijo el Padre Cabrera. “Una de mis metas cuando fui ordenó fue que quería que la gente viera a Dios en lo ordinario, en la vida diaria.” JUNE 2012 | SOUTH TEX AS CATHOLIC

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