Weeds Nº28 Julio/Agosto 2018

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WEEDS

Julio - Agosto 2018 | Edición 28

que circulan por la zona también semillas de “la chilena” que si bien no están descrita y determinadas sus propiedades “sólo sabemos que es de acá de la zona”.

De todas formas la preferencia en los grow es por las semillas feminizadas y autoflorecentes, en especial las de gran producción, donde la más vendida esta temporada ha sido la Magnum de Buddha Seeds.

hops. De cierta forma, la irrupción de este mercado legal “permite una diversidad de efectos y poder tener una paleta más amplia de viajes, pero a la vez te saca de la semilla más autóctona y más natural”.

Las razones por la que se prefiere tienen que ver con la producción, una pegada mayor y la facilidad de cultivo. Un fumeta me explicó que, en comparación con la cannabis natural de la zona, hay que fumarse un pito entero para lograr una subida al nivel que la de raza te deja en la primera calada. De todas formas, Rodrigo Cortés de Green Natural, reconoce que “puede que esa marihuana chilena sea más difícil cultivarla, de menor calidad, de un sabor más desagradable, pero hay personas que sí les gusta”.

También las tiendas de productos para el cultivo de cannabis han tenido un rol preponderante en la educación de las personas con respecto a la planta y sus usos, como también a sacar el estigma de la marihuana y resaltar sus propiedades medicinales.

LA CEPA LIMARINA

Al preguntarles cómo definirían el cannabis limarino, todos los locales se llenan de elogios. El mismo Víctor Pizarro opina “sabor espectacular, aroma espectacular, efecto espectacular, pero lamentablemente ese tipo de raza se está perdiendo porque se están llevando esta semilla híbrida”. Sin embargo, también afirma que “han llegado muchos ofrecimientos de semillas y esperemos que siga, si la raza chilena nunca debe decaer, es la mejor que hay bajo mi punto de vista”. Melania se entusiasma al describirla: “¡Deliciosa! Vengan todos a Ovalle a fumar marihuana (risas). No sé si la entierran, pero siempre siento ese sabor a tierra”. Y es que también las características del cannabis regional han marcado positivamente a personas que llegan de otros lugares del país y la descubren. Así le pasó a Christian Wolf, psicólogo y cineasta que decidió realizar su primer corto llamado justamente “Weed”, inspirado en la primera vez que fumó de plantas limarinas. Con su cortometraje en postproducción, Wolf dice que la cannabis típica del Limarí “viene de pueblos como El Palqui, Chañaral Alto, Guatulame, que son conocidos sus sellos y tiene su característica graciosa, tiene un aroma a cabrito, por el hecho de que está en campos donde pasan cabritos y el abono natural es la bosta de cabrito, y le da un aroma que no es molesto”. Para una descripción más técnica Christian Wolf agrega que “es 70 por ciento sativa y 30 índica porque te anima bastante y no te deja con sueño, ni te pone pegado en el techo ni poco menos”.

“Hay cultivadores que guardan su propia cepa y en sus casas tienen sus pequeños bancos de semillas. Están haciendo sus propias cepas acá en la zona, mezclando marihuana autóctona y semillas de afuera: de afuera viene la semilla hembra y con un macho que es chileno van cruzando las semillas”, detalla Rodrigo. CULTURA CANNÁBICA

Según Christian Wolf, “Limarí es una provincia volá, como yo soy santiaguino y he viajado harto, por mi pega y por la música tengo amigos de todos los rincones de Chile, debo decir que Ovalle es un lugar donde mucha gente fuma marihuana desde joven y la combina con funcionar como personas. La gente de acá fuma y es por eso un pueblo de gente tranquila, pacífica”. Dice que los ovallinos también son de “compartir en casa, de hacer fiesta con los amigos, cercanos, la gente que conoce y ahí, en general, siempre la mitad de la fiesta fuma y tiene plantas en su casa”. Para Melania, la actual evolución de la cultura cannabica en Ovalle se ha visto influenciada por la entrada de los grows-

Los emprendedores de los grows ovallinos coinciden en que gran parte de su público cultiva por primera vez y gracias a su asesoría encuentran la confianza para seguir el proceso de crecimiento y cosechas de sus plantas tanto para uso adulto como medicinal. Por ejemplo, Rodrigo Cortés resume así la evolución de los últimos años: “Yo llevo trece años fumando, hace 8 años atrás era más tabú. Hace cinco años ya la gente habla de marihuana, gente que nunca ha fumado marihuana pero de algún modo busca sus hojitas y se hace sus propios remedios, sus infusiones, masajes, y hay personas de 70 años que uno sabe que no fuman”. “Cuando una ley es injusta, el pueblo tiende a ponerse rebelde y acá en Ovalle el pueblo está bastante rebelde, están todos cultivando, hay hartos cultivadores” recalca Víctor Pizarro de Zona Ganja. Si bien reconoce que el comercio ilegal no ha bajado: “cada vez hay más plantas y lo que está bajando es el precio, o sea el microtraficante no se está haciendo rico como antes”. Según Víctor esta permanencia del microtráfico ocurre porque “los mismos vendedores ya llevan años acá en Ovalle y son conocidos, esta gente que está sacando plantas para vender, también tiene un respaldo de años y en contra de eso no se puede hacer nada”.

Sin embargo, el prejuicio y la represión policial igual están presentes. “Aquí es como un secreto a voces, porque es normal. Todos fuman, pero si hay un cabro fumándose un pito, los pacos igual lo van a ir a hueviar” advierte Phis. Así las cosas, durante el verano el autocultivo de cannabis ha estado ausente de los titulares de prensa. La marihuana sólo ha salido mencionada en operativos policiales vinculados al comercio de pasta base, en el cual se ha concentrado la represión contra las drogas. Por otro lado, se han descubierto grandes plantaciones de cannabis. En diciembre la PDI logró decomisar más de 4 mil plantas en Limarí y a comienzos de febrero ya sumaban 17 mil en todo el país, concentrándose en la región de Coquimbo y Valparaíso, sin contar todavía con ningún detenido (ver recuadro). Nos queda la interrogante de cuántas de esas plantas siguen creciendo al sol y cuántas llegarán a cosecharse. En este sentido, todos nuestros entrevistados limarinos coinciden en valorar el autocultivo como la solución a la represión en contra del cannabis. Rodrigo Cortés enumera razones: “En primer lugar uno sabe lo que está consumiendo, creo que ese es un gran factor, independiente de que uno después se ahorre dinero por no comprar la marihuana en la esquina, sabe qué se está metiendo al cuerpo, eso ya es un gran alivio, un gran conocimiento”. Christian Wolf agrega que “una de las grandes cosas que se consigue con el autocultivo y la despenalización, es que desaparece el narcotráfico. Para qué van a haber gallos haciendo cosas escondidos si lo puedes hacer a vista y paciencia de la sociedad. Entonces se acaban las armas, los robos y otras cosas que nacen alrededor de una planta sagrada, que es bendita, que provoca un estado de armonía”. W

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