H&C 07 Hechos y Crónicas

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Crónicas “Nosotros somos los ‘kamikaze’ modernos”

“Nosotros somos los

‘kamikaze’ modernos”

Conmovedor relato de un japonés que se sacrifica para salvar a otros

N. de la R. Estos son apartes de un reportaje realizado por la agencia France Press y hecho público en el portal de noticias de Yahoo: Después de tres semanas de haber presenciado cómo una ola gigantesca se estrellaba contra la planta nuclear de Fukushima, Hiroyuki Kohno se dirige hacia la zona del desastre para unirse a las tripulaciones que se esfuerzan por evitar la fusión nuclear. El controlador de radiación de 44 años, quien ha trabajado en la industria nuclear desde finales de su adolescencia, ha tomado un trabajo que muchos han rechazado, con una comprensión clara de que la misión probablemente será la última de su carrera. «Honestamente, nadie quiere ir», dijo Kohno, un hombre de gafas y voz suave, en el centro de evacuación en la ciudad de Kazo, al norte de Tokio, donde ha vivido desde el desastre de marzo 11. «Los niveles de radiación en la planta son increíblemente altos comparados con las condiciones normales. Yo sé que cuando vaya esta vez, regresaré con un cuerpo que no será capaz de volver a trabajar en la planta nuclear». Kohno, empleado en la ahora averiada planta Fukushima Daiichi por una década, dejó el noreste de Japón poco después del terremoto y el tsunami, pero 15 días después recibió un correo electrónico que más o menos estaba esperando. El correo decía «Atención, nos gustaría que viniera a trabajar en la planta. ¿Puede venir?» Soltero y sin su propia familia, sintió que era su deber aceptar el trabajo. «Los turnos de trabajo se están volviendo cada vez más difíciles, y mis amigos tienen familias que los esperan», dijo. Pero Kohno no es solo un empleado de la compañía. También es el hijo mayor de su familia, y cuando les contó a sus padres que regresaba a la planta, hizo su mejor esfuerzo para minimizar los riesgos. No los engañó. Su padre, quien también trabajó por varios años como ingeniero eléctrico en Fukushima Daiichi, Pág.18

Edición 07 Abril de 2011

le dijo que escuchara a su corazón. La reacción de su madre fue más simple: «regresa lo más pronto posible». Kohno dijo que lo asignarán al comando central de la planta, donde estará expuesto cada hora a una cantidad de radiación equivalente a la que las personas comunes experimentan en un año. Se unirá a un equipo que ha sido elogiado a nivel mundial, cuyo núcleo central los medios llaman afectuosamente «los cincuenta de Fukushima», pero dice que el heroísmo no ha sido su motivación. «Hay una expresión japonesa que dice: “comemos de la misma taza”. Estos son amigos míos, con quienes he compartido dolor y alegría. Por eso es que voy», dijo. Sus amigos también han descrito condiciones de trabajo terribles, en medio de la exposición constante a rayos gamma altamente penetrantes. «Aunque ellos no lo dicen de frente, todos quieren ser reemplazados inmediatamente», dijo. Él espera trabajar sin parar por varios días antes de tener dos o tres días de descanso. Y como sus compañeros de trabajo, posiblemente se mantendrá con una dieta de enlatados y barras de proteína. «Nos decimos unos a otros que Japón fue totalmente destruido en la segunda guerra mundial. Ahora nuevamente ha sido arrasado totalmente. Aunque el campo de batalla es diferente, nosotros somos los kamikazes modernos», dijo. «Kamikaze» se refiere a los pilotos suicidas que pilotaban aviones llenos de explosivos y los estrellaban contra barcos aliados hacia el final de la guerra, y en el Japón moderno la palabra tiene la connotación de sacrificar la propia vida cuando le sea ordenado.


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