LA ESCRITURA, UN SALVAVIDAS PARA EL ALMA.
Con un silencio significativo Don Carlos Garcia, Operador de Bus, observa orgullosamente el volante, el cinturón y la silla en la que reposa su cuerpo, voltea su rostro para afirmar sin duda alguna en medio de sonrisas “a mí me encanta manejar, es un momento de inspiración para después ponerme a escribir”.
“Oriundo de San Estanislao, un pueblito en la zona norte de Bolívar” dice jocosamente. En nuestra platica recuerda con recelo las vivencias almacenadas de su infancia y juventud de aquella tierra de temperatura alta, con brisa cálida que recorría su rostro y las palabras de sus abuelos que aun escucha y acarician su imaginación. Por un momento se detiene en el tiempo a contemplar su camino, pues según él
“no ha sido nada fácil” y eso lo refleja su mirada nostálgica al revivir una vida arrebatada cuando la violencia tocó su puerta. Se recompone en cuestión de segundos para continuar viviendo lo único que tiene seguro, la fortuna del presente. Como método para canalizar el dolor que lleva en el corazón, Don Carlos toma una hoja, un esfero y como lluvia milagrosa, empiezan a fluir corrientes de letras que plasma
Operador Carlos García Herrera
sobre la perspectiva de la vida. Desde hace cuatro años, dedica sus días y noches a manifestar los gritos de su alma, pues la escritura es la herramienta que tiene para combatir la soledad que le quedó impregnada luego de un difícil momento de su vida. Las personas están hechas de
momentos, instantes y sensaciones que diariamente van alimentando sus vidas, menciona, pero con el tiempo quedan en el olvido. Es por ello por lo que recurre a utilizar el vehículo de la escritura para dejar evidencia alguna de su existencia sobre esta tierra.
LA BRISA
... Tierno murmullo de la vida.
La brisa es una caricia del Universo a nuestros días fuertes y a veces se combina con la humedad de los ríos y el aroma de las montañas para hacer más suave y placentera nuestra existencia en esos días amargos. Otras, se convierte en un castigo para la piel y una prueba de resistencia y cambio.
Llega de algún lugar divino como el aliento del Creador cual tenue y tierna caricia sanadora.
Ese fresquito que alivia la tempestad es dulce como el beso de un ángel.
... Así lo siento yo.
Tal vez es la forma de decirnos que la vida está llena de amarguras, pero también que hay mirar de frente para vivirla a plenitud.
Carlos Gabriel García Herrera.
Después de recorrer una larga trayectoria desde su pueblo natal hasta la capital, nos cuenta las aventuras que tuvo en los diversos trabajos que realizó antes del 8 de junio de 2016, una atesorada fecha que le ha brindado el privilegio de pertenecer por más de seis años al gran equipo de operadores de bus zonal que conforma la compañía. El sentimiento de orgullo y felicidad le invaden su rostro al reconocer que desde pequeño deseaba ser un profesional del volante y que su amado padre lo predijo desde que
Carlos era tan solo un niño soñador de 5 años en la arenosa.
La vocación y lealtad que mantiene vivas por la organización, son las mismas que le han permitido crecer y adquirir una estabilidad laboral para llevar actualmente publicados tres libros, o tres hijos como él suele llamarlos, que abstraen diversos relatos: “Como la hoja al viento”;
“El verano no marchita”, un libro que reúne 15 cuentos y 18 poemas;
“Las brujas del Camajorú” es su obra más reciente; por último, tiene proyectada la divulgación de “Bajo la sombra, almas al desnudo”.
El servicio que brinda a la ciudadanía es el complemento perfecto para las creaciones que maquina constantemente en su mente,
“A mí me encanta manejar, cuando me siento ahí, el estrés se me va. A mí no me afectan los trancones ni nada de la labor, antes es un momento de inspiración”
Mientras admira los paisajes de la fría ciudad capitalina, aprovecha para pensar en su próxima creación y la secuencia que tendrá su próximo relato.
Don Carlos confiesa que no es un lector empedernido, ya que la magia verdaderamente ocurre cuando se encuentra consigo mismo al navegar por las inmensas olas de los diversos géneros literarios; es así como explora y acoge en sus escritos
el suspenso, el amor, la intriga, la pasión, el terror, la fantasía y la ficción para desenvolverse en un asombroso mundo que lo hechiza cada vez más.
Este admirador de José María Vargas Vila hace presencia en redes sociales para compartir en los medios digitales las narraciones que tienen su autoría, planteando firmemente cuál es la mayor recompensa que puede tener con esta pasión.
“La escritura que hago yo, es para compartir. Cuando nosotros los escritores nos borremos ese ‘chip’ de competir antes de compartir, estamos dando un gran paso en la literatura. Hay algunos escritores que quieren es ganar dinero, yo no. Yo quisiera que mis historias se regaran por todo el mundo, así no me gane un peso. El pago más grande, es cuando veo mi libro en las manos de alguien... eso no tiene nombre”