NOMBRES PROPIOS
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NOMBRES PROPIOS ENTREVISTA A
Antonio Vicente Sempere Navarro Magistrado de la Sala IV del Tribunal Supremo
Alfonso Hernández Quereda Director de Ventana Social
“Los colegios profesionales saben que cuentan conmigo”
El nuevo magistrado de la Sala Cuarta del Tribunal Supremo es doctor en Derecho por la Universidad de Murcia, en la que se licenció en 1977, año en el que comenzó a trabajar como profesor en su Facultad de Derecho. Fue catedrático de la Universidad de Oviedo entre 1996 y 1987 y de la de Murcia entre ese año y 1999, cuando se incorporó, también como catedrático, a la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Su actividad docente e investigadora durante los últimos 37 años, toda ella relacionada con la jurisdicción social, se completa con su participación en decenas de obras colectivas como “El nuevo Procedimiento Laboral”, “Comentarios al Estatuto de los Trabajadores”, “Derecho de la Seguridad y la Salud en el Trabajo”, “Políticas sociolaborales” o “Accidentes laborales de tráfico”. Sempere Navarro también dirigió la revista ‘Aranzadi Social’ desde 1996 hasta su desaparición en 2013 y desde este año es codirector de la nueva ‘Revista Española de Derecho del Trabajo’.
Ventana Social. ¿Cuáles son las primeras sensaciones tras ser nombrado Magistrado de la Sala Cuarta del Tribunal Supremo? Antonio V. Sempere. Ser aceptado para concurrir a esa plaza, al igual que otras catorce personas, todas ellas de la máxima valía, ya fue un premio de primer nivel. Y salir elegido finalmente, por el llamado “quinto turno” es, al tiempo, un gran desafío profesional y una satisfacción personal. V. S. ¿Y cuáles son las primeras sensaciones al comenzar, efectivamente, la andadura en esa alta Magistratura? A. V. S. Va a cumplirse un mes desde que comencé el efectivo desempeño de mis cometidos jurisdiccionales y son múltiples las impresiones. Marginando las personales, me limitaré a constatar, una vez más, el error de quienes piensan que las aulas universitarias y la realidad jurídica son (o deben ser) mundos separados; que existe una fuerte presión de asuntos sobre la Sala Cuarta; que la inversión en medios personales debe reorientarse para hacer más eficaz la tarea de quienes ejercen jurisdicción; en fin, que asistimos a una etapa refundacional de nuestro Derecho del Trabajo, incluyendo la vertiente jurisprudencial.