Ventana Social nº 15

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LA TRIBUNA

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LA TRIBUNA

¿Se puede volver a crecer, generar empleo y a la vez reducir el déficit público?

Antonio Rael González Licenciado en Ciencias del Trabajo Graduado Social Diplomado Vocal no ejerciente del Colegio de Graduados Sociales de Murcia

Confianza, credibilidad, ajustes, reforma laboral, reestructuración del sistema financiero, déficit público, etc., son ideas, palabras repetidas una y otra vez.

nanzas, turismo, exportaciones, etc.- capaces de dinamizar el conjunto del tejido productivo, y donde contamos con empresas líderes en el panorama internacional.

Ya sé que las reformas estructurales llevan su tiempo, pero por el contrario también se mantienen en el futuro una vez recuperado el crecimiento. No son medidas de ajuste fiscal a corto plazo como recortar gastos, aumentar ingresos o subir impuestos que son decisiones que se toman y cuyo impacto es inmediato. Las reformas estructurales favorecerán la productividad y la eficiencia además del desarrollo tecnológico y la creación de empleo. Las medidas a corto plazo, las de ajuste fiscal, nos ayudarán a reducir el déficit público.

Por todo ello terminar la reforma laboral es muy urgente, ya que España tiene una tasa de paro del 22%, (5.000.000 de parados) frente al 10% de media en Europa. Flexibilizar el mercado de trabajo se hace imprescindible e inevitable adoptando medidas como abaratar el despido, llevar la negociación colectiva a nivel de empresa, ligar los salarios a la productividad y no a la inflación, para modernizar de forma inmediata las anquilosadas reglas del mercado de trabajo que están castigando el empleo, arruinando a los pequeños y medianos empresarios y otorgando cero garantías a los trabajadores que no logran integrarse en el sistema. La idea es que el empresario no tenga miedo a contratar y genere empleo.

Por eso creo que el nuevo Gobierno debe abordar con determinación la reforma del mercado de trabajo, la reforma del sistema financiero y la reducción del déficit público. Se trata de acometer los cambios que nos permitan modernizar nuestra estructura económica con el claro objetivo de que nuestras empresas detecten las ventajas competitivas que les permitan aumentar su presencia en mercados externos, que vuelva a abrirse el crédito a las familias y a las empresas, se reactiven las inversiones, el consumo y por consiguiente se genere empleo. Es necesario igualmente cumplir con los compromisos adquiridos con la Unión Europea en materia de déficit público, para facilitar la financiación exterior de nuestra economía.

Ultimar la reestructuración del sistema financiero es también necesario, por que si no hay crédito bancario no hay crecimiento. El hostigar a los grandes bancos no sirve de nada, por lo que pienso que la estrategia debería de ser: aflorar los pasivos asociados al ladrillo, reducir personal, fusionar bancos y cajas, y reforzar la internacionalización de nuestro sistema bancario. Esto haría que volviera a abrirse el crédito a las empresas y a las familias, incentivaría el consumo, reactivaría las inversiones y por tanto favorecería la creación de empleo.

Una de las principales causas de la dureza con que nos está golpeando la crisis radica en el modelo de crecimiento seguido en los últimos años, basado en la construcción residencial. Tenemos que asegurar el crecimiento económico sobre nuevas bases, impulsando aquellos sectores -energético, telecomunicaciones, fi-

Por último, y no por ello menos importante es necesario resolver el problema del déficit público español, el saneamiento de las cuentas públicas es primordial para facilitar la financiación exterior de nuestra economía y para ello es imprescindible cumplir con los compromisos adquiridos con la Unión Europea en materia

de déficit público. Una deuda que ronda los 700.000 millones de euros de los que unos 500.000 millones están en manos de bancos franceses, alemanes y británicos, y que vence en los próximos dos años no se puede seguir refinanciando a un interés tan alto (del 5% al 7%), pues es un interés poco soportable y que no se puede sostener. La época de la austeridad y los recortes está aquí, va a ser muy dura y exigente, pero además viene sin garantía de éxito pues no depende solamente de nosotros, sino que va a ser necesaria ayuda externa para resolver el problema de nuestra deuda soberana. La ayuda podría llegar vía Banco Central Europeo. Mientras tanto nosotros debemos hacer nuestro trabajo y la única forma de cuadrar las cuentas públicas es gastar menos e ingresar más. Ya en un artículo anterior de la Ventana Social (13/2/2011) hacía referencia al gasto desmedido de las CCAA como razón fundamental de nuestro déficit público y de la necesidad de un ajuste inmediato para poner freno al mismo. Todo aumento del gasto público debería ir acompañado del correspondiente incremento de impuestos, lo que aseguraría que nuestras cuentas públicas estuvieran siempre saneadas y concienciaría a los ciudadanos que todo aumento de gasto tiene siempre una contrapartida impositiva, hay que poner coto al descontrol que hemos tenido por el hiperdesarrollo autonómico. Si la base del recorte del déficit público debe venir vía reducción del gasto, el nuevo Gobierno tendría que dirigir su actuación hacia las CCAA, exigiéndoles un recorte en sus gastos y obligándoles a revisar por ejemplo: el número de consejerías, personal de confianza y libre de-


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