CARRILBUS 109:CarrilBus 22/03/13 19:26 Página 28
entrevista
cación del Plan de Calidad del CRTM, ha supuesto la aplicación de un sistema de inspecciones e indicadores, que asegure un correcto funcionamiento de nuestros autobuses y equipos como la calidad de nuestro personal en la ejecución de los servicios, controlando aspectos como la frecuencia, puntualidad, ocupación, confort, seguridad, información, atención al cliente, medio ambiente y accesibilidad que evidentemente tiene que incidir directamente en la mejora de la percepción que tienen de nosotros nuestros usuarios. Sin embargo, dichas inversiones y mejoras no se ha visto reflejado en un aumento de nuestros ingresos operativos, ya que por poner un ejemplo, el cumplir con los objetivos marcados en antigüedad media (< 5 años) o de emisión de CO2 (normativa Euro) nos ha supuesto un plan agresivo de compras de autobuses, pero no se ha visto trasladado a un aumento de la tarifa, producto del exigente plan de contingencias autoimpuesto por la Admón. Pca., en cuanto a reducción de gasto y mayor eficiencia en su gestión, ni lo que es más importante, en un aumento de viajeros, justificándose este resultado más en un efecto de la crisis materializado en una pérdida de empleos o que los viajeros salen menos en su tiempo de ocio, que en un cambio en la movilidad a otros medios alternativos como es el vehículo privado o el tren. CB.- ¿Considera que en estos 100 años, por la experiencia de su familia y suya al frente de Julián de Castro, el sector ha sufrido una crisis como la actual? J.C.- Este sector, como el resto del país, viene sufriendo desde el 2008 una tasa negativa de crecimiento, lo que evidentemente viene constatado por el número de bajas y ceses de actividad, sobre todo en pequeñas empresas familiares (más del 90% del sector), a causa del disminución de la actividad y la fuerte competencia en precios, constatándose en precios por debajo de coste y bajas temerarias en el ámbito de los concursos públicos, que a su vez ha ido amparado por la Administración Pública (Plan PLATA y ayudas al abandono de esta actividad) en un proceso de concentración patrocinado por ésta. En el sector regular, la dependencia del estado, y más en concreto, de las comunidades autónomas, es aún mayor y los descensos en sus presupuestos, necesariamente han incidido en las bajadas de kilómetros (siendo paulatina desde el 2008), a consecuencia del endeudamiento provocado por la deuda soberana, que ha provocado que todas las Administraciones se aprie-
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ten el cinturón, lo que incide directamente en nuestra estructura de costes que a diferencia de otras actividades, exigen una enorme estructura de carácter fijos a fin de atender el nivel de calidad y frecuencia exigidos, los cuales no tienen por qué ser proporcionales con la caída de ingresos. Este sector, además de encontrarse fuertemente regularizado poniendo límites al desarrollo de la actividad (Tiempos de descanso y conducción, tacógrafo…), depende de otros factores, como el de materias primas y su fuerte dependencia del petróleo, en el ámbito regular el precio del billete se encuentra muy subvencionado (dependemos de una tarifa marcada por un Regulador Público), el aumento de la morosidad y un incremento del riesgo en el crédito (Por mostrar un dato, la tasa concursal del transporte es la tercera, detrás de la construcción y el sector inmobiliario). En especial, en la Comunidad de Madrid, el gasto de personal ha tenido un peso muy considerable dentro de nuestra estructura, siendo el Convenio sectorial de la CAM un referente a nivel de otros convenios en otras comunidades, con unos incrementos anuales automáticos muy por encima, no sólo en comparación con otros sectores sino incluso con otras comunidades en este mismo sector. Pero lo más peculiar de esta crisis (ya que en toda economía se producen picos y valles en forma de dientes de sierra), es su prolongación en el tiempo, pareciendo incluso que esta situación no sólo se continúe a medio o largo plazo, sino que cuando se supere no se produzca un incremento sino mas bien, una “estabilización”, pareciendo que nunca más volveremos a las tasas de crecimiento anteriores al 2008, producidos por burbujas artificiales que no tenían una base real y congruente.