Canarias, abierta al mundo

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Canarias7. Diciembre 2011

Canarias, abierta al mundo 50 años de turismo y servicios

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Suplemento especial

Dijo a los nórdicos dónde estábamos Antonio Santana, nacido para el turismo Del Monte al Sur. El 8 de diciembre de 1970, Antonio Santana Miranda abrió en el Sur su restaurante El Alpendre del Amo, ubicado en las viejas cuadras del Conde. Venía del Monte, donde ya eran legendarias sus fiestas con carne de cochino y vino para el turismo nórdico A.S. / LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

Vida plena, con dos heridas. Antonio Santana Miranda nació el 17 de febrero de 1926, en San José de Las Vegas, en Santa Brígida. Pese a sus estudios en la Escuela de Comercio, pronto se sintió atraído por el fenómeno del turismo, entonces apenas emergente. Comenzó a forjar su leyenda entre el turismo nórdico a mediados del siglo pasado, cuando construyó alojamientos para catorce clientes en la Hostería del Monte. Por los años setenta abrió en el Sur, hasta 2006. Cabalga con dos heridas provocadas por las pérdidas de un hijo y la esposa, pero sigue cabalgando.

ARCADIO SUÁREZ

S

u abuelo se marchó de la Isla para no ir a la guerra de Cuba, donde ya había perdido a dos hermanos y al regreso estuvo del tingo al tanto con las cabras. Su padre se entregó en cuerpo y alma al Hotel Santa Brígida hasta que se quemó y él, tras pasarlas canutas y estar internado en los Salesianos, salió para la Escuela de Comercio y para contabilidades en una empresa hasta que se dio cuenta de que en el fenómeno emergente que llamaban turismo y en el que todo hablaban inglés, alguien como él iba a desarrollarse. Trabajando en el Hotel Santa Brígida, su padre construyó el café restaurante del Monte, que alquiló a unos alemanes en 1949. Antonio siempre estuvo en contra de esta medida, pues ya pensaba en el turismo como motor económico, opinión que compartía con gente relacionada con el Puerto de La Luz. Esto lo llevó a solicitar un crédito y construir alojamiento para catorce personas. En invierno escapaba con los ingleses, pero el resto del año no había actividad, por lo que oyó el consejo de un amigo y se fue al muelle, a los barcos que venían con franceses del Senegal. En este tiempo ya empezaban a llegar turistas nórdicos. Los primeros que se hospedaron en su casa lo hicieron en 1951. Un sueco amigo suyo fundó un restaurante con comidas y música, el Costa Bella, donde hoy está el Club Victoria, el germen del turismo nórdico y desde allí llevaba a los turistas en piratas hasta el Monte. A base de vino tinto, guitarras y cenas, donde el cochino era el principal protagonista, consiguió ampliar su establecimiento hasta las 700 plazas. Aprendió a manejarse en las lenguas nórdicas y empezó en 1964 sus viajes a Suecia, país que luego ha visitado en infinidad de ocasiones. Las fiestas nórdicas, trasladas al Monte, le consagraron como próspero hombre de negocios, hasta que un amigo le habló del Sur. Estuvo deambulando, desde Vargas hasta Arguineguín, pero nada le satisfizo lo suficiente como para invertir. Otro amigo le habló de las cuadras y garajes que el Conde de la Vega Grande tenía al lado de la Viuda de Franco, en Maspalomas y cuando los vio supo que aquél era el lugar que andaba buscando. El propio Alejandro del Castillo fue al Monte a una de sus fiestas y Antonio le dijo que su intención era hacer lo mismo en el Sur. Quince millones de pesetas de la época le permitieron empezar y otros quince millones, algo más tarde, levantar un imperio gastronómico y de encuentro turístico que estuvo abierto hasta el año 2006. Ya para entonces los turoperadores venía a saco abierto y ya no había cochino para tanta gente.

Esto es lo que hubo. En la tranquilidad de su casa, en el Sur, Antonio Santana hace un gesto característico en él.

«Desde 1949 supe que el turismo iba a ser el motor económico»

«En el turismo se han hecho cosas buenas y otras no tan buenas»

«A estas alturas de mi vida, echo mucho de menos a mi mujer»

Una vida llena de anécdotas

Premios y proyectos. Santana muestra la Medalla al Mérito Turístico y el proyecto de poblado canario para el Sur.

■ Como en casa. Antonio Santana es todavía hoy una personalidad en los países nórdicos. En Estocolmo montó en 1969 una fiesta del cochino similar a las que hacía en la Isla. Fue portada del periódico Expressen, que lo presentó como el Rey de la fiesta del cochino en Canarias, afirmando que gran parte de culpa de la enorme riada de nórdicos a la islas las tenía él.

■ El cochino. Sobre 1962, una compañera sueca le cuenta que su compatriotas se quedaron encantados con la degustación de un cochino aderezado a la manera canaria que probaron en Santa Lucía de Tirajana. Rápidamente lo incluyó en su menú del Monte y el gorrino quedó indisolublemente unido a su trayectoria como empresario y como casi cónsul de Canarias en Suecia.

■ Premios. Posee. además de infinidad de galardones, la medalla de bronce al Mérito Turístico, medalla de plata de Turismo del Gobierno de Canarias y medalla al Mérito Turístico, aparte de haber sido elegido Excelente del Turismo en San Bartolomé.

■ Poblado. Un alcalde se opuso a que Santana levantara uno de sus proyectos más queridos: el poblado canario de Maspalomas, con una planta soterrada para coches, una segunda para centros comerciales y una tercera con un pueblo canario.


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