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Cita en la city

EN SUS PRIMEROS AÑOS, BUSH IN ACTION SOLÍA AGREGAR RELATOS Y CUENTOS A SUS PÁGINAS, DANDO VOZ A ESCRITORES Y PERSONAS PARA QUE APORTARAN CON SUS IDEAS. DESDE VILLA ALEMANA, EL ESCRITOR NOLOS OVASTÉN, NOS VUELVE A COLABORAR EN ESTA EDICIÓN ANIVERSARIO CON UN RELATO SOBRE LAS RELACIONES EN LA ERA DEL TINDER.

NOLOS OVASTÉN

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Había escuchado que sí funcionaba. Existen evidencias de relaciones duraderas que se gestaron desde ese formato. A mí me parecía raro que se decidiera a buscar amistades desde una plataforma virtual. En más de alguna ocasión, al salir el tema al tapete en alguna conversación sobre banalidades, planteo rotundo que no creía en ese tipo de relaciones, que la impersonalidad y distancia que se genera, ya en un simple chat, no es propicio para entablar una comunicación seria, menos para hacerse de amistades o persuadir a alguna chiquilla para obtener algún encuentro furtivo. Recuerdo claramente cuando hablábamos del tema, y, al igual que yo, defendió como el mejor abogado del lenguaje, que la comunicación genuina, en pro del buen entendimiento, resulta desde el tú a tú, desde el frente a frente, donde las tonalidades y la expresión no verbal son determinantes para conocer y sacar conclusiones sobre una charla cualquiera, por simple que esta sea. Por eso me extrañó de sobremanera que fuese él, precisamente, el que me contase que había conocido a una muchacha en una página de internet. Esos sitios web que son exclusivos para conocer personas. No recuerdo el nombre de dicho sitio. Me pareció, a lo menos, extraña la confesión de mi amigo. Pero se veía entusiasmado mi compadre. A tono personal, asumo que los tiempos han cambiado, que a causa de la tecnología, el ser humano ha adquirido nuevas maneras para relacionarse. “El desarrollo de las comunicaciones permite un acceso directo e inmediato con el mundo entero. No he descubierto nada nuevo con esta reflexión. El asunto es así, innegable. Y creo que está bien.

El tema es otro. Recuerdo que en una oportunidad leí un relato, no recuerdo de quién, sobre una pareja que se conoció por error, mediante una carta. Sí, una carta, en los tiempos pretéritos, donde la comunicación a distancia se daba de esa manera, por correo postal. Yendo al punto, en un momento llegó una correspondencia por error a una dirección donde vivía una joven señorita. Ella se dio cuenta que la carta no era para ella, pero curiosa la mujer la leyó, y se maravilló con las palabras del autor. Cuento corto, la dama le respondió y comenzaron una relación de papeles y tintas. Se enamoraron. Se conocieron presencialmente y se casaron. La historia estaba contada como un hecho real. Quién sabe. No digo que el caso de mi amigo esté mal. Pero me parece, a lo menos, extraño en él. Bueno, uno cree conocer a sus semejantes y más aún a sus seres queridos. Este hueón, mi amigo, no es un tipo que podríamos catalogar de desagraciado. Siempre lo he visto con féminas guapas. Es profesional, seudo atlético y su personalidad, a mi parecer, es más bien interesante, por lo menos así lo veo. Bueno, es amigo mío el muy cabrón y lo estimo bastante. Lo que sí, hay algo en Él que no va bien. No sé qué es, pero hay algo que no va bien en él. Recuerdo que una noche le pregunte vía chat si iba a salir, para que saliéramos juntos, a beber algo y charlar estupideces, como lo solíamos hacer. Creo que era un sábado. Me dijo que no, que se quedaría en casa. Yo salí y llegué tarde en la madrugada. Como siempre de llegada, me preparé un té y me conecté a internet, casi como un acto reflejo. Él estaba online. Le pregunté si, al igual que yo, venia llegando, recordándole que me había dicho que no saldría y alzando la copa con cierta esa noche. Me dice que no, que incredulidad le digo: se quedó en casa hablando por –Chucha hueón, ¿te enamoraste? teléfono con la chica de la que Reímos los dos al unísono. me había hablado, una mujer que Seguimos en lo que estábamos. conoció en una plataforma para Compramos otra botella. “hacer amistades”. Pensé que me Nuevamente salió el tema de la estaba cuenteando. señorita de Santiago. Me dice que Pasaron unos pocos días y llama es raro, que las cosas se dieron diciendo que vendría a verme, súper bien, que la mina es re que traía una botella de vino para simpática y comparten el mismo que la conversáramos. Yo sabía tipo de humor e ironías varias, que esa botella se multiplicaría. que es rápida al responder, que la –¿Y cómo va el romance con encuentra inteligente, que hasta la pantalla? –a modo irónico le hay algunos directores de cine pregunto, mientras descorcho que son de mutuo gusto, entre aquel prometedor jugo de uva. muchas similitudes más. –Bien –me dice y me muestra un –¿Y de dónde me dijiste que es? par de fotos desde su celular.– –De la capital. Si te dije poh No seas pesado hueón, la cosa hueón, es diseñadora industrial. Ni va enserio –aseguró, y se manda me pescaste el otro día cuando te sendo trago entre risas. hablé de ella. La próxima semana “No hice comentario alguno. Las voy para allá, nos queremos fotos eran de una muchacha bien conocer. atractiva. Prendo un cigarrillo –¡Ah hueón, voh estay cagao del y me sirvo otra copa de vino. A tono cerebro! Ni conoces a la mina esa… y vas Siempre trae vinos ricos este personal, a ir a Santiago. ¿Que no cachay a cuantos hueón, pensé con asumo que los hueones se los han el paladar. –Aunque no hablo tiempos han cagado mediante ese método? mucho por chat con ella –me dijo– cambiado, que –¿Y con que me va a cagar hueón?, –me dio el número a causa de la me dice riendo–, no telefónico de su casa. Y como el tecnología el tengo ni una hueá, ni tarjetas de crédito ni plan telefónico de mi casa ser humano chequera… con cuea voy con quince lucas… me permite la ha adquirido por lo demás, este llamada gratis a otro teléfono fijo, nuevas tipo de aventuras me llaman la atención…es hablamos harto por ahí en las maneras para como ir a Valparaíso solo, en la noche, con noches. Es loca relacionarse. la diferencia que, en la hueá- agregó, este caso, he hablado entre risas. harto con la socia y –Qué bueno, pero ¿cuánto es la conozco por fotos, ni siquiera harto?– le pregunto. podríamos hablar de una cita a –Todos los días por las noches– ciegas. Me respondió convincente. me respondió. –No sé hueón, no me da buena No pude contener la risa, espina el asunto te diré. Voh

hueon, eres tan confiado, hasta guapa la capitalina. Hasta un ahueonao pa algunas cosas – poco de envidia comenzó a reímos nuevamente al mismo correr por mis arterias. Fui en tiempo– . Salud hueón! busca de un cigarrillo y salí –Salud compadre. a fumar al balcón. Me vi ahí, Pasó la semana. El encuentro de fumando solo, pensando en que mi amigo sería el viernes. la suerte se va a buscar, allá Ese fin de semana me acordé afuera, en la ciudad, en la web, de la aventura de mi amigo –la donde fuere que esté. Comencé cita en la city, como él le había a pensar que hace tiempo no denominado– recién el domingo. tenía experiencias fuera de Lo llamo por teléfono. lo común y de lo formal, que –¿Hola, como estamos?– Le digo me haría bien vivenciar algún acomodando el teléfono.–¿Y… asuntillo, cualquiera que sea, fuiste a conocer a tu princesa alguna aventura que me nutra virtual o eran puros de novedades. cuentos? Eran pasadas las cuatro de la tarde de Si en algún momento me Me sentí un poco fome, un poco común. Bueno, un domingo bastante caluroso, extraño causó dudas en rigor no todos somos iguales, para la época del año. –Hola, ya me parecía raro que no te hayas y extrañeza la historia de mi pensé tomando aliento, también hay riesgos comunicado, con lo copuchento que erí … amigo, ahora en emprender aventuras sin Y si pues compadre, me devuelvo en un rato más… ya me parecía notable. tener el control del asunto. Yo no soy un tipo Pensé que me tan confiado. estaba hueviando, aunque sonaba Recordé conversaciones e sumamente seguro. historias pretéritas, que mi amigo –¿Cómo, estas en Santiago desde me había confesado, en alguna el viernes? borrachera nocturna o en algún –Si pues compadre, o usted cree momento de transparencia. que soy como tú, que ando puro Siempre me parecieron historias inventando historias hueonas. – amplificadas por su verborrea, me responde riendo. historias que bordeaban la –¿Y qué tal todo, no te drogaron mitomanía, quizás hayan sido para robarte tus órganos? -Le reales, pienso ahora. Este pregunté entre risas. hueón es un vividor y no teme –No pues compadrito, todo bien. a los acontecimientos, me dije, y Después te cuento detalles. continúe con la estupidez natural Quedé absorto, absolutamente de las comparaciones. Me sentí sorprendido. Si en algún nuevamente cobarde. Inerte. momento me causó dudas y Pasaron un par de semanas y extrañeza la historia de mi amigo, el tema se me fue, como pasa con ahora ya me parecía notable. todo en la vida, al olvido. Creo que Recordé de inmediato las fotos nos vimos un par de veces antes que me mostró, pensé que mi de que Él tocara el tema, miento, compadre era un tipo con suerte, yo le pregunté cómo iba la relación a decir verdad se veía bastante con la chica de Santiago…si es que existía aun. Esa tarde estábamos en un bar compartiendo algunos brebajes. –No me has comentado nada más de tu aventura… ni de los detalles que prometiste contarme. –lo encaro con una irónica sonrisa. –Si, tienes razón, es que tengo que contarte todo como fue. –me responde mientras llama al camarero por un cenicero. –Por lo que te conozco y como no me has hablado nada más al respecto, deduzco que el amor se fue, se quedó en Santiago. Le digo botando humo por las narices –No hueón, qué amor ni que mierdas.– Me dice con el ceño fruncido.– Parto de un principio: todo lo que te hablé de ella es cierto, la manera en que la conocí y que congeniamos de lo lindo y también que fui a Santiago como te había dicho. Nada de eso es falso, aunque sé que pensaste que te estaba cuenteando. –Si tienes razón, en un momento pensé que me hueviabas. –No pues, para nada.– me dice y continúa. –Le pedí varias fotos, naturalmente para cerciorarme que no me engrupía, corresponde poh. Tú viste algunas. ¿Bien guapa no? Hablábamos harto por teléfono casi todos los días en las noches, en un momento pensé que la conocía, una cosa re loca hueón, en fin… Quedamos en juntarnos en el barrio Brasil en un bar, y, eventualmente, irnos a su casa ya que vive sola. A las ocho pm en punto llegué ahí. No me fue difícil dar con el lugar. Yo lo escuchaba atentamente. –Una de las fotos que me mandó, aparecía con unos pantalones ajustados tipo escocés, rojo con negro, la figura se le veía estupenda. Me dijo que ese pantalón se lo había comprado especialmente para nuestro encuentro. Imagínate hueón,

quería puro que llegase el día. Y llegó… y llegué poh, incluso llegué antes que ella a la cita. Ahora que lo pienso bien quizás llegó atrasada adrede. La cosa es que me senté en el local que me había dicho como punto de encuentro. ¡Yo iba con un bolso hueón!, con ropa pa quedarme todo el fin de semana, bueno, al final así fue. Pedí una cerveza para esperarla. Su cara la tenía grabada en mi mente por las fotos. Miraba a todos lados a ver desde donde llegaría, la espera fue entretenida. Si me preguntas si estaba nervioso o no, la verdad, es que no hueón, sabía que las cosas fluirían. Ella había visto varias fotos mías y me dijo que estaba segura de que yo le gustaría. La cosa es que estaba sentado ahí, esperando, me reía solo hueón. De pronto, en dirección hacia donde apuntaba mi vista, medio tapado por las demás mesas, por los parroquianos del lugar y por los quitasoles clásicos de los bares, veo que se acerca caminando el mismo pantalón escósese rojo con negro. De primera vi solo los pantalones y parte de la blusa. En ese momento hueón, sí que me dio una hueá en la guata. Me hice el desentendido como si no la hubiera visto y prendí un pucho mirando pa cualquier lado, pa ver si me reconocía ella primero. Pasaron como veinte segundos… Hola me dicen ¿me prestas fuego por favor? Y nos quedamos mirando por primera vez. Eran los mismos pantalones hueón, los mismos. Si claro le digo y prendí un fosforo envolviéndolo con mis manos. Quedamos en silencio. Sentí como que el estómago se me daba vueltas. Hola le dije, te demoraste harto y la beso casi con ternura en su mejilla. Le digo que tome asiento, que se tranquilice. Ella se tocaba la frente y los ojos

en señal de vergüenza. Se quedó parada frente a mí, fumando. Me dijo que la disculpara, que me lo iba a contar todo antes pero que no se atrevió, que el asunto se le escapó de las manos… que empezó a sentir cosas profundas por mí… que todo lo que me contó acerca de su vida era real y genuino, todo… excepto las fotos. Sollozaba. La vergüenza era lo que nos envolvía en esa mesa de bar capitalino, y me sentí algo estúpido, por decirlo de manera elegante. Me reía en silencio y en lo más profundo de mi ser apareció un asno. Nunca pensé en devolverme, de verdad hueón, de verdad. Algo entretenido tendría que pasar en todo esto, pensaba para darme aliento. Ella me dijo que pidiera algo para comer, lo que quisiese. Papas fritas no más BOTOTO. Vista de Villa Alemana desde el cerro.

le dije, no te preocupes y relájate, le repetía. Otra cerveza sí. Me serví un buen sorbo y prendí, a esa altura, el quinto cigarro. Ella me hablaba pero yo solo veía mover sus labios. Yo seguía dentro de mí en una especie de trance. Pero tenía que estar por sobre la situación poh hueón, voh me conocí. No me podía superar una jugarreta de niñita insegura. De pronto, ya pasados lo minutos y el real bochorno, recordé algo que nunca había entendido bien hueón, y que ahora, dada la situación, debería aplicar: eso de reinventarse. Y así fue, me reinventé. Hice caso omiso al macho orgulloso que llevo dentro… y me vine el domingo en el último bus que salió hacia Villa Alemana. Orgulloso y resiliente de mi cita en la city.v

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